Esta meditación debe hacerse sentada para que puedas tener el contacto de Gaia directamente en tus pies.
Respira hondo tres veces.
De las plantas de tus pies comienzan a salir pequeñas raíces iluminadas, que penetran en el suelo de Gaia, no importa cuán altura a la que te encuentres en suelo real de Gaia. Ahora mismo puedes verte con los dos pies en el suelo de Gaia. Sus raíces siguen descendiendo, atraídas por tu chakra estelar de la tierra, y toman la dirección del corazón del planeta.
Sus raíces tocan este gran corazón iluminado de Gaia. En ese momento, Gaia comienza a darte todo el amor que siente por cada uno, y esta energía sube, subiendo, subiendo, hasta llegar a sus pies y sube por tus piernas, llega a su tronco, llena su torso, llena sus brazos, cuello y cabeza. Siéntete completamente lleno de la energía de Gaia.
A la altura del suelo de Gaia, aparece una pequeña llama violeta. Respira hondo, observa que la llama ha crecido. Una vez más. Ella comienza a tocar su cuerpo. Una vez más. Llena casi todo su tronco. Una vez más. Ahora, una gran llama violeta envuelve tu cuerpo, de la cabeza hasta los pies.
La energía de Gaia que estaba dentro de sus cuerpos se vuelve violeta, y un gran torbellino comienza a suceder en el centro de su cuerpo, como un gran huracán de Luz dentro de su cuerpo. Déjate llevar por este huracán. Si te sientes flotando, girando, no te preocupes. Entrégate a ese momento, deja que este huracán de Luz Violeta actúe dentro de tu cuerpo, en el centro de tu cuerpo. No importa si lo ves o no, hay cosas que salen de tu cuerpo. Les aseguro que saldrán, y este huracán continúa, continúa…
Ahora empieza a perder un poco de velocidad. Para aquellos que estaban volando junto con el huracán, son devueltos al lugar donde estaban. Calma sus mentes y corazones. La Luz Violeta emana ahora pequeñas partículas iluminadas, como si pequeños trozos de oro brillaran dentro de ti, y estas partículas doradas llenan toda esta llama violeta, brillan y el resplandor es tan intenso que pasa más allá de tu cuerpo. Y como si no hubiera límite en sus cuerpos.
Siente la fuerza de estas partículas doradas. Y ahora están desapareciendo, desapareciendo, solo queda la llama violeta. Respira hondo. La llama comienza a disminuir en intensidad, pero la Luz dentro de su cuerpo sigue siendo violeta.
Y esa luz violeta está bajando, bajando, y llevando consigo todo lo que fue tomado de su cuerpo y de tu alma, todo lo que le impidió de vivir el amor incondicional. Y esa Luz está bajando, bajando por tus piernas y penetra en el suelo de Gaia, donde será transmutada.
¡Respira hondo!
¡Siente lo que es estar limpio y listo para vivir el Amor Incondicional!
Quédate en ese sentimiento todo el tiempo que quieran, y cuando quieran, abran los ojos y vuelve a tu conciencia.