Queridos hijos e hijas del planeta Tierra ¡SOY SANANDA!
Mi corazón se llena de alegría una vez más. Me gusta cuando puedo venir aquí, cuando puedo traer más mensajes para ti. Muchos sienten que nuestros mensajes de hoy ya no traen esperanza, al contrario, traen miedo a un mundo complicado y lleno de problemas. Hijos e hijas, ningún cambio es fácil, ninguna transformación se produce en un chasquido de dedos, todos y cada uno de los cambios son difíciles y complicados.
Trayendo este concepto a vuestro mundo, mirad dentro de vuestras vidas los cambios que ya habéis hecho o los que os estáis preparando para hacer. Hay un lado alegre en el cambio, hay un lado ilusionado en todo lo nuevo que está por venir. Pero siempre hay ese mariposeo en el estómago de lo que está por venir, lo nuevo siempre trae un poco de aprensión y un poco de miedo. Entonces, mira como cualquier cosa en tu mundo que quieras cambiar, el sentimiento es el mismo; hay alegría por algo nuevo, pero hay inseguridad por algo que no sabes como vendrá.
De la misma manera, todos los cambios que ocurrirán en el planeta, ocurrirán en vuestras vidas. Hemos dicho aquí que nada será igual para todos, los cambios serán individuales. Cada uno pasará por lo que forma parte de su proceso de aprendizaje, lo que forma parte de su evolución y yo añadiría, lo que es necesario para su evolución. Así que, en este momento, no sirve de nada mirar a otra persona: “Ah, hay mucho sufrimiento en tal o cual lugar”. Ah, no hay sufrimiento en ninguna otra parte. Lo que hay es el camino de cada uno y cada uno pasará por lo que tenga que pasar.
Mira una casa, muy bonita, ordenada, limpia, florida y pensarás: “Todos los que viven allí son felices, todos están alegres, llevan una buena vida”. Y yo te pregunto: ¿Lo será? ¿Cómo será la vida dentro de esa casa? Puede que, efectivamente, todo el mundo esté feliz y alegre al 100% y se note en el exterior de la casa. Pero le aseguro que es muy probable que no sea así. Es probable que haya felicidad, es probable que haya alegría, pero seguro que todo el mundo está pasando por sus propios cambios internos e íntimamente está sufriendo, está triste, está preocupado. Como grupo, hay alegría, pero individualmente, está el sufrimiento de cada persona.
Por tanto, no se puede generalizar ni mirar nada desde fuera. Cada ser humano en este momento, en este planeta, está pasando por sus… yo diría transiciones, elevaciones, tristezas y decepciones. Pero al pasar por cada uno de estos puntos, seguramente vendrá la alegría, porque la evolución, la superación, el crecimiento, trae alegría, trae felicidad. Superar un obstáculo nunca trae tristeza, trae victoria, alegría y confianza en uno mismo.
Así que son estos sentimientos los que tienes que intentar vivir: la superación, la superación del obstáculo, demostrarte a ti mismo que eres capaz, demostrarte a ti mismo que has estado equivocado todo este tiempo, pero que todo está bien al respecto. Se acabaron los juicios y las críticas. Hay una nueva mirada, una nueva forma de pensar, una nueva forma de actuar, que conduce a la victoria, que conduce a la superación.
Así que, hijos e hijas míos, no miréis el momento venidero con miedo, mirad el momento presente, porque es el momento presente el que definirá lo que viviréis más adelante. Es el momento presente el que creará tu camino hacia adelante. Entonces, ¿Qué hacer en el momento presente? Mírate con Amor y corrige tus faltas. Tus errores tienen muchos orígenes, creencias limitantes, aprendizajes erróneos, decisiones equivocadas. No importa de dónde venga el error, lo que importa es la conciencia de que existe y de que hay que corregirlo.
Así que camina en esta dirección: por cada falta, por cada desvío que encuentres; míralo con Amor, encuentra el camino correcto y síguelo. Si necesitas perdón, pídelo o dalo y adelante, es así como crearás un mañana más ligero, muy diferente al de hoy. Y el mundo que te rodea no importará porque eres tú quien hace tu camino, no tu entorno. El entorno hace tu camino, si lo permites, si permites que el entorno cambie tu forma de ser, ten por seguro que vas por mal camino. Así que no culpes al entorno, está ahí, puedes ceder a él si quieres. Eres poderoso y puedes superar tu entorno.
Así que, hijos e hijas míos, no hay que tener miedo de todo lo que decimos. Debemos mirar nuestro propio camino y estar seguros de que el camino que recorramos hoy tendrá consecuencias mañana. Y cuanto más evolucionado sea el camino hoy, más ligero, florido y perfumado será el camino mañana. No importa el entorno, importa el camino que estás creando hoy, en este momento, que delineará lo que vivirás en el futuro.
Así que la preocupación no puede ser lo que está por venir, la preocupación es el ahora, lo que estás sintiendo ahora. ¿Hay algo que deba mejorarse? ¿Hay algo que deba examinarse? ¿Hay algo que deba analizarse? Así que el momento no es mañana, el momento es ahora, el momento es hoy. Porque has visto el problema hoy, no mañana. Así que el momento de resolverlo y pensar en ello es hoy, no mañana. Piensa en ello.
No dejes para mañana el problema que aparece hoy. Si ha aparecido hoy es porque hay que verlo hoy, no mañana. Así es como se cambia el mañana, no es empujando hacia adelante como se resolverán los problemas. Todo llega en el momento oportuno, si el problema ha llegado hoy, resuélvelo hoy, no mañana.