¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡YO SOY METATRÓN!
Este es un momento de cautela. No es un momento de miedo; es un momento de cautela. ¿Y por qué cautela?
Te mostraré una imagen. Dos montañas. Hay un pequeño enlace entre ellas; un pequeño puente. Este puente es extremadamente seguro. Se mantiene constantemente. Y lo diré de nuevo: es extremadamente seguro. Pero no es un puente muy ancho. Es solo lo suficientemente ancho para que una persona camine en cada dirección.
Así que si caminas con precaución, vigilando cada paso que das, llegarás al otro lado sin problemas. Pero tienes que tener cuidado. No, no corres peligro de caerte del puente, pero podrías resbalar; podrías hacerte daño al caerte. Porque no es totalmente duro. Se balancea con el viento.
Así que tienes que dar un paso cada vez. No puedes correr por el puente, porque podrías caerte. No caer del puente, sino caer sobre el puente. Es como dije, es extremadamente seguro, pero podrías caerte, porque se balancea.
Así que el camino es cauteloso. Un paso cada vez. Pero un paso firme, un paso consciente, observando el camino que se pisa, para no salirse del camino, para no resbalar y no caer. Esto es cautela.
Me doy cuenta de que siempre habrá una dosis de miedo, porque el cerebro empieza a crear un millón de situaciones. “¡Oh, y si se rompe el puente! Oh, qué pasa si se rompen las cuerdas; Oh, esto; Oh, aquello”. Pero fíjate en lo que he dicho: El puente es extremadamente seguro y se mantiene constantemente. Así que no corres el riesgo de que se rompa una cuerda; no corres el riesgo de caerte por las cuerdas.
Entiende el escenario que estoy planteando. Es solo un escenario en el que tienes que ser cauteloso. Y así es tu mundo ahora. Es un momento de cautela total, en el que tienes que estar muy seguro de cada paso que das. ¿Dónde estás pisando? ¿En qué dirección te diriges?
Vigila siempre si caminas en la dirección de la Luz. Ten cuidado de no perder el camino.
Así que ahí es donde digo: ten cuidado. No hay carril en el camino. No hay flechas en el camino, no hay señales de dirección. Ahí está el corazón, ahí está tu mente, caminando hacia la Luz. Así que necesitas averiguar, necesitas saber, ¿Cuál es la dirección de la Luz? De nuevo, cautela. Porque muchos caminos pueden llevarte por mal camino. Y crees que estás caminando hacia la Luz y estás caminando en la dirección opuesta.
Por supuesto, puedo decirte que hay algunas…, algunas ayudas a lo largo del camino. La paz en tu corazón; la sensación de plenitud; la alegría de estar en cada punto. Estos son indicios de que estás en el camino correcto. Cualquier cosa que hagas que te traiga preocupación, un sentimiento de…, “Esto no está bien”, ¿Por qué continuar?
Encuentra otro camino. No pierdas el tiempo intentando averiguar adónde va. Encuentra otro camino. Ese no era bueno; te ralentizaría. Porque tú también puedes tomar a menudo caminos que son un poco más largos y acaban ralentizándote.
Así que el gran secreto es escuchar siempre a tu corazón. Cuando tomes una decisión o tengas que tomarla, detente; no tomes decisiones irreflexivas. Detente. Ve cómo tu corazón se llena de Luz, y simplemente siente si ese camino es el correcto. Y tu corazón te responderá. Nunca la mente.
La mente quiere todo rápido, quiere decisiones rápidas e irreflexivas, quiere decisiones momentáneas. La mente no tiene mucha paciencia. Porque vives en un mundo extremadamente agitado, donde todo tiene que decidirse al instante. Por eso tomas decisiones equivocadas. Por eso todo parece tan complicado y difícil.
Sepa elegir su camino. Sabed ser prudentes en vuestras elecciones. Yo te diría que los caminos no se vuelven más peligrosos cuanto más evolucionas. Se vuelven más difíciles. Porque las pruebas aumentan, las pruebas aumentan. Pero te diría que son pruebas fáciles de cumplir. Porque son pruebas para ver cuánto has aprendido. Y, por supuesto, cada prueba es sobre algo aprendido.
Ya no habrá exámenes en los que no hayas estudiado la materia. Cada uno será una repetición de algo que ya has vivido; algo que has resuelto; algo que has aprobado. Pero, ¿Vamos a repetirlo para ver si te acuerdas? ¿Aprendiste realmente la asignatura?
Este es tu camino ahora; lleno de pequeñas pruebas. Y te aseguro que son pequeñas pruebas. Pero son numerosas. Así que es un trabajo duro, es agotador. Sí, lo es. Pero es importante, porque aún estás en la fase de aprendizaje. Así que necesitas poner a prueba lo que ya has aprendido. Como si fueran las preguntas finales de un gran examen. La prueba que te llevará a la victoria. La prueba que podría prepararte para la Quinta Dimensión.
Así que no te aburras. No encuentres aburridas cada una de las lecciones que se te presenten. Míralas con Amor. Juega con ellas. Porque cuando haces eso, se vuelven tan pequeñas, tan fáciles de pasar, que mirarás atrás y dirás: “¡Vaya! Era solo una ramita. No era una piedra”.
Pero todo requiere precaución para saber por dónde caminar y dónde pararse. Te puedo asegurar que hay caminos donde las lecciones son más suaves, porque sabes elegir el camino. Eso también cuenta. Así que ten cuidado al elegir un camino concreto. Para que no caigas por un camino donde las lecciones son todavía un poco pesadas.
Así que siempre hay que saber elegir. Y siempre será la elección del corazón. Ese corazón. Corazón iluminado que te mostrará el camino correcto a seguir. No lo dudes. Tienes que confiar en tu corazón. Tienes que confiar en que has aprendido a escuchar a tu corazón. Y por supuesto, cada vez que tu corazón se ilumine. Se abrirá un nuevo camino, con preguntas cada vez más fáciles.
Este es el gran secreto. Puedes elegir caminos cuyas preguntas serán tan ridículas de responder que ni siquiera las verás como lecciones. Todo dependerá del camino que elijas. ¿Lo ves? Así que sepas elegir tu camino. Ten cuidado cuando elijas cada camino.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Regiani M. Bugalho