Mis hermanos, cada uno de ustedes, debe tener el Mandala frente a sí. No importa si tienen una mesa sobre él o si están sentados con el Mandala en sus regazos. Debe estar frente a ustedes para que toda la energía que emana los envuelva.
Así es como donaremos energía al Planeta.
Así que, abran las manos para recibir al Planeta en el centro, sobre el Mandala.
Sientan al planeta girando entre sus manos.
Sientan, sientan toda la energía del Planeta transmitiendo a cada uno de ustedes en este momento.
En este momento, nosotros — Yo, Melquisedech y Metatrón — estamos los tres rodeando el Planeta, elevando su vibración y protegiendo a todos aquí.
En este momento, pongo una espada detrás de cada uno de ustedes, protegiéndolos de cualquier ataque o agresión.
En este momento, Yo envuelvo el planeta Tierra en una ampolla de luz Azul.
Vean el Planeta ahora, en este momento, rodeado por una ampolla de luz Azul. Esta ampolla crece y crece, envolviendo a cada uno de ustedes, junto con el Planeta.
Ahora sí, todos están completamente protegidos.
Repitan conmigo:
«Yo emano Amor al planeta Tierra.
Yo emano Luz al planeta Tierra.
Yo emano energía sanadora al planeta Tierra.»
Si no tienes ninguna técnica, no te preocupes, la energía vital de tu cuerpo es sanadora, así que también estás contribuyendo con este proceso.
«Yo envío Amor y Luz a todos los seres humanos del Planeta.
Yo envío Amor y Luz a todos los animales del Planeta.
Yo envío Amor y Luz a los océanos.
Yo envío Amor y Luz a toda la superficie de la Tierra.
Yo envío Amor y Luz al aire.
Yo envío Amor y Luz a cada rincón de la Tierra.»
En este momento, todas las ciudades del interior de la Tierra están enviando Amor y Luz desde el interior del Planeta hacia el exterior, lo que aumenta aún más el poder de esta Meditación.
Repite:
«Yo transformo toda y cualquiera energía de baja vibración en Amor y Luz».
En este momento, Saint Germain está con nosotros, envolviendo al Planeta y a todos en su ampolla de Luz Violenta, ayudando a transmutar todo lo que está distorsionado de la Luz, en cada uno de ustedes y en el Planeta mismo.
Vean, mis hermanos, en sus mentes, el Planeta brillando, brillando tanto, tanto Amor, tanta Luz, alrededor del planeta, modificando las egregoras, eliminando las egregoras que alimentan los sentimientos bajos.
Sean fuertes, mis hermanos, ustedes son poderosos.
Repite conmigo:
«Yo tengo el poder, Yo tengo el poder, Yo tengo el poder para borrar todas las energías negativas que rodeen y habiten este Planeta.
Porque Yo Soy Luz, Yo Soy Luz, Yo Soy Luz».
Cada uno de ustedes permanecerá dentro de la llama Violeta de Saint Germain.
Mientras tanto, la ampolla Azul se va disipando.
Gaia vuelve a ser simplemente el Planeta Azul girando delante de ti.
Mi espada permanecerá detrás de cada uno de ustedes hasta el final de esta marcha. No lo olviden: ¡Todos están protegidos, nada los afectará, nada los tocará!, venga de dónde venga, porque ¡YO SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL, Y NADIE PUEDE TOCAR A MI EJÉRCITO!
¡Sean Luz, mis hermanos, sean Luz, sean Luz!
El planeta entre sus manos también se va disipando.
Que cada uno de ustedes ponga sus manos extendidas sobre el Mandala, concluyendo el envío de energía.
¡No teman, mis hermanos, no teman! El mal podrá golpear en su puerta; será su decisión abrirla. Que cada uno tome su propia decisión. ¿Qué camino quieren continuar siguiendo? El camino de la Luz, elevándose a cada momento, u olvidar todo y centrar su atención en todo lo que sucede en el planeta.
Tomen sus decisiones, pero no se olviden que solo hay una opción. Es una cosa u otra. Así que sepan cómo elegir.
Traducción: Ingrid Elena Sanchez Schnoor Nunes
Revisión: Regiani Maria Bugalho
