¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY LANTO!

¿Han multiplicado mucho las monedas de Uriel? Espero que sí. Espero que se multipliquen en sus vidas, muchas, muchas y muchas veces.

Es interesante cómo muchos de ustedes se quejan de la vida; que es dura, que no pueden prosperar, que no hay abundancia en sus vidas. Pero cuando reciben algo, sencillo, fácil, no lo creen. Piensan que es una tontería. Piensan que están yendo más allá de lo que deben ir.

¡Es interesante! Porque si supierais el poder de cada cosa que enseñamos, no lo pensaríais dos veces, ni siquiera lo pensaríais, lo haríais sin pensar. Pero también es importante que penséis. Porque si hacéis todo sin pensar, os convertís en marionetas, en seres manipulables.

“Ah, pero son Seres de Luz los que están enseñando”. No importa. Muchas veces es necesario que escuchen lo que decimos, lo analicen y tomen una postura: hacerlo o no hacerlo. Todo el tiempo les hacemos pruebas. Por eso es importante que piensen, analicen, escuchen a su corazón, antes de seguir lo que les decimos.

Porque puede llegar un momento en el que enseñemos algo muy extraño y os preguntéis:“¿Qué está pasando aquí? ¿Es eso cierto? ¿O tendremos que seguir fielmente el camino que nos muestran?”. Y yo respondo: No. No tenéis que seguir fielmente el camino que os mostramos. También tenéis que pensar. Y lo más importante, tenéis que sentirlo en vuestro corazón.

Puede ser el ritual más tonto, más fácil, más tranquilo. Pero si vuestro corazón os dice: “No, no me gusta”. No lo hagáis. Os prometo que no me enfadaré, porque para nosotros eso no existe. Nos gusta que cuestionéis. Nos gusta que dudéis. Es señal de que os paráis a pensar. Es señal de que estáis atentos a todo lo que estáis recibiendo.

Porque ustedes no reciben directamente del ser; pasa a través de otro ser humano. ¿Entendió bien este ser humano? ¿Transmitió correctamente lo que decimos? No estoy menospreciando el trabajo de este canal. Porque creo que muchos de ustedes han aprendido a confiar en lo que se dice a través de ella.

Por supuesto, de vez en cuando, es su mente la que habla. Porque nosotros le transmitimos la idea y ella la construye para transmitirla a ustedes. Así es como funciona. Solo puedo decir que en muy pocas ocasiones, muy pocas, ella ha transmitido algo que estuviera en su mente. Pero existe este pero. Así que voy a hablar de forma generalizada.

Ni todos los canales repiten lo que decimos con fidelidad. Muchos añaden sus propias ideas sin darse cuenta. Por eso es importante pensar, analizar y, sobre todo, escuchar con el corazón. Hay que acudir a la Presencia Divina y preguntar: “¿Es esto correcto? ¿Proviene realmente del Ser de Luz?”. Y esperar la respuesta.

Como dije, estoy hablando en general, no solo de quien está hablando. Hay muchos canales en este planeta, cada uno con su manera, cada uno con su forma de expresarse. Cada uno con su trayectoria y su camino. No hay mejor. No hay peor. Solo hay seres humanos.

Ninguno de ellos es santo. Ninguno de ellos es especial. Para nosotros, no. No tratamos a ninguno de manera especial. Estamos muy agradecidos de tener cómo transmitir nuestros mensajes. Ese es su papel: ser nuestra voz. Pero es importante que siempre analicen lo que se dice, escuchando con el corazón, estando en la Presencia Divina.

Así que, en cada ritual, en cada enseñanza, acudan a su Presencia Divina y pregunten: “¿Es esto verdad? ¿Es correcto lo que se está diciendo?”. Y esperen la respuesta. Es necesario, hermanos míos, que adquieran el hábito de confiar únicamente en la Presencia Divina.

Entonces muchos pueden decir: “Pero no confío porque creo que es mi mente la que habla”. Entonces yo les pregunto: ¿Qué han hecho en su camino hasta aquí? ¿Están simplemente saltando como un niño, saltando de aquí para allá, sin hacer nada que valga la pena? ¿No han conquistado nada? Entonces, ¿Por qué pensar que cuando le hacen una pregunta a su Presencia Divina, es su mente la que responderá?

Tienen que dejar de hacer eso. Tienen que creer en el poder que tienen. La Luz está llegando con intensidad. Nunca ha sido tan fácil estar en la Presencia Divina, porque es inmensa. Vuestra Chispa Divina está siendo bombardeada de Luz, las 24 horas del día, intensamente. Entonces, la Presencia es cada vez más fuerte, más estable, más presente en cada uno de ustedes. Entonces, ¿Por qué pensar que es la mente la que habla?

Hiciste tu preparación; estás en tu Templo Interno, en tu cueva, en tu habitación, donde sea, no importa el lugar, ni dónde lo creaste; en la naturaleza, en tu propia casa, no importa. Fue creado por ti, o mejor dicho, lograste verlo. Porque el Templo Interno es un lugar que siempre ha existido en vuestras almas.

Es un lugar al que os retirabas cuando estáis en la Quinta Dimensión. Para rezar, para estar con ustedes mismos.

Hoy solo estáis conociendo ese lugar. “Ah, pero fui yo quien lo creó”. Vuestras células lo recuerdan. Entonces crees que lo creaste, pero ese lugar siempre ha existido. E incluso las almas que nunca han vivido en la Quinta Dimensión pueden crear un lugar más sencillo, más humilde, diría yo, pero pueden hacerlo, porque está ahí, dentro del corazón espiritual. Y pueden hacerlo, aunque nunca hayan estado en la Quinta Dimensión, aunque no sean almas extremadamente evolucionadas, como la mayoría de las que están aquí.

¡Entonces, vamos! ¿Vamos a dejar de hacer esto? ¡Estar en la Presencia Divina es estar en la Presencia Divina! ¡Confíen! Necesitan confiar para liberar sus almas, ¿Recuerdan? Es necesario que este ejercicio se haga en la Presencia Divina. De lo contrario, nada funcionará. ¡Entonces, vamos! Vamos a aprender a confiar en el poder que tienen, en la Luz que está llegando.

Si pudierais veros a ustedes mismos, hace mucho tiempo erais solo pequeños puntos caminando por el planeta; puntos de Luz, diminutos. A nuestra distancia, casi como hormiguitas, caminando por la superficie del planeta. Hoy, os habéis vuelto inmensos, inmensas bolas de Luz visibles desde muy lejos.

Entonces, ¿Cómo es posible que la Presencia Divina no esté ahí? ¿Quién es la mente que habla? A menos que sigas alimentando mucho tu ego. Pero quien se está iluminando está perdiendo el ego. Porque si sigues manteniendo tu ego y alimentándolo, sigues siendo ese puntito, como una hormiga en la superficie del planeta. No eres un Pilar de Luz. Pero quien ya es un Pilar de Luz, está hablando efectivamente con su Presencia Divina.

Así que creed, pero creed con el corazón. Pregunta a la Presencia: “¿Es correcto lo que se ha enseñado?”. Y espera la respuesta. Este es un buen ejercicio para que aprendáis a no dejaros manipular por nadie. Del mismo modo, si alguien te cuenta algo, pregunta a tu Presencia: “¿Es esto cierto? ¿Es cierta esta historia?”. Antes de salir creyéndotelo. Es importante, muy importante en este momento.

Usen y abusen de la Presencia Divina. Este es el único ejercicio que necesitan hacer todo el tiempo.

Para el Código de Luz de hoy, les dejo las siguientes frases:

“Estoy evolucionando.

Me estoy convirtiendo en un Ser de Luz, cada vez más poderoso.

Creo en mi poder.

Porque Yo Soy Luz, y como Luz tengo este poder”.

Después de estas frases, digan la siguiente palabra: 

¡Besmentótinum! ¡Besmentótinum! ¡Besmentótinum!

Y recuerden siempre, hermanos míos, que también podemos responderles si lo que están escuchando es cierto o no. ¿De qué manera responderemos? Por supuesto que no será a través de un canal, pero tengan la certeza de que haremos llegar la respuesta hasta ustedes. Estén presentes, estén atentos, y oirán la respuesta. No en su oído físico, pero sin duda la respuesta llegará hasta ustedes.

Traducción: Kely Neri

Revisión: Regiani Maria Buagalho