¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY EL MORYA!
Estar aquí, una vez más con ustedes, es siempre un momento de gran alegría para cada uno de nosotros. En nuestros mensajes, no solo traemos enseñanzas. Cada vez que estamos aquí, traemos nuestra energía, traemos nuestro Amor y mucha Luz para cada uno de los que nos escuchan.
Muchos de ustedes aún dudan de todo. Escuchan, incluso creen algunas veces, pero en el fondo, en lo más profundo de su corazón, siguen teniendo muchas dudas. ¿Cómo es posible creer sin dudar? ¿Qué hay que hacer para creer sin más? ¿No cuestionar, ni dudar, no buscar pruebas de todo lo que se dice?
En los tiempos actuales, hermanos míos, se dicen muchas mentiras. Se proclaman falsas verdades. ¿Y cómo saber que no es verdad? ¿Cómo saber si ese ser está diciendo algo que realmente es serio o no? Desgraciadamente, en su mundo no existe un aparato… Existen aparatos que detectan la mentira, pero no tenéis acceso diario a ellos.
Entonces es necesario que aprendan a distinguir todo lo que oyen, todo lo que leen. Para ello, debemos hablar del principio; de cada palabra, de cada sonido. Cada palabra, incluso escrita, tiene una energía. ¿Por qué no escriben todos igual? ¿Por qué cada uno tiene su propia caligrafía?
Porque cada letra creada por ti tiene su propia energía. Tu caligrafía es el reflejo de tu alma, de tu ser; por eso cada uno tiene la suya. Así que cada palabra, incluso las escritas por máquinas, ha sido dictada, pensada por alguien. Por lo tanto, contiene la energía de quien la creó, de quien la pronunció, de quien la escribió.
Entonces, las palabras pronunciadas o escritas en un libro, o en cualquier otro medio, cada una tiene su propia energía; la energía de quien las creó. Siempre. Entonces, todo lo que es energía es emanado por alguien y recibido por el otro lado.
Entonces, voy a poner un ejemplo; algo invisible: el viento. Sientes el viento, pero no lo ves. El viento a veces puede ser frío, otras veces puede ser cálido, puede ser agradable, puede no serlo. Solo lo sientes, no lo ves. Cuando tocas tu cuerpo, percibes su existencia. ¿Y qué es el viento? Es un conjunto de moléculas de varios elementos químicos reunidos, dispersos. Pero estas moléculas son tan pequeñas que no se pueden ver. Sin embargo, cuando se unen al viento y golpean tu cuerpo, las sientes, incluso por la energía que producen.
Del mismo modo, las palabras escritas o habladas contienen energía, y tú puedes sentirla. Una palabra pronunciada de forma “no humana” no tendrá energía alguna, porque no tiene dueño. Una máquina no es un ser que emana energía, por lo que no tiene dueño. Un ejemplo: un robot que habla. No hay energía ahí. No emana sentimientos. Incluso la Inteligencia Artificial actual habla y piensa, pero no emana energía, porque es una máquina. No es un ser vivo.
Entonces, ¿Cómo saber qué es verdad y qué es mentira? Solo sintiendo con el corazón, nunca con la mente. La mente nunca te responderá si es verdad o mentira, porque la mente tenderá a analizar, juzgar y criticar lo que se ha dicho. Y pasará por alto la energía que se emite allí. No se conectará con la energía, se conectará con el contenido.
Ahora, el corazón, no. El corazón recibirá energía. Y podrás sentir si esa energía te está trayendo paz, enseñanza, armonía o miedo; o nada. Sí, hay algunos…, algunos textos, algunas charlas que no aportan nada; son palabras al viento. Sin sentido, sin contexto, sin enseñanza, sin nada. Palabras vanas; no te aportan nada. ¿Pero contienen energía? Sí, la contienen. Una energía vacía, fútil, que no te aportará nada. Y tu corazón lo sentirá.
Pero si aún así sigues dudando, si no confías en tu corazón, lo que yo diría es que, a estas alturas del camino, es muy peligroso que sigas sin confiar en tu corazón. Pero sigamos. Si aún así sigues sin confiar, proclama la Ley de la Verdad. Invoca la Ley de la Verdad. Has oído algo y quieres estar seguro: “Invoco en este momento la Ley de la Verdad”. Y espera, porque tendrás tu respuesta.
Puede que no te des cuenta en ese momento, puede que no veas nada, que no sientas nada, pero la respuesta llegará, porque nada de lo que decís se pierde en el universo. Son miles de millones, billones, cuatrillones; no importa el número de seres que existan en el universo. No importa el número de seres que existan en este planeta. Cada uno tiene su marca. Y cada palabra dicha tiene su energía que contiene su marca, inconfundible, individual, como sus huellas dactilares, como su caligrafía.
Entonces espera el resultado y sabrás si es verdad o no. Sí, hoy en día os cuesta mucho identificar lo que es correcto y lo que no lo es. Porque, del mismo modo que la Inteligencia Artificial trae muchos beneficios, también trae perjuicios. Pero esto siempre ha sido así. Internet trajo muchos beneficios, pero también trajo el mal. Hay muchas cosas allí que no son de la Luz. Entonces, todo lo que es creado por la Luz, el otro lado, hace exactamente lo contrario. Aprovecha el camino para generar y difundir el mal.
Entonces, solo aprendan a identificar. No acusen a nadie. No critiquen, no juzguen a nadie. Necesitan escuchar al corazón. Si escucharon un mensaje, pidan al corazón que les diga: “¿Este mensaje vino de este ser? ¿Es verdadero? ¿Puedo confiar en él?”. Y esperen la respuesta. Su corazón les dirá o invoquen la Ley de la Verdad. Y sabrán la respuesta.
Recuerden, la duda no lleva a ninguna parte. La crítica y el juicio disminuyen su vibración. Porque no es criticando y juzgando que lograrán nada. Deben buscar la verdad, siempre. Porque quien es verdadero no teme nada. Quien trae las noticias verdaderas no teme nada. Porque está siendo el vehículo de la Verdad. Y la Verdad es poderosa. Nunca lo olviden.
La Verdad es suprema. Siempre. Y siempre viene cargada de mucha Luz. Siempre.
Para el Código de Luz de hoy, dejo las siguientes frases:
“Soy un ser verdadero.
Busco seguir el camino recto.
Y siempre debo recordar que, cuando haya dudas,
debo invocar la Ley de la Verdad.
Ella me dirá lo que necesito saber”.
Después de estas frases, digan la siguiente palabra: ¡Magôntenum! ¡Magôntenum! ¡Magôntenum!
Y continúen, hermanos míos, el camino. Vístanse de Verdad, vístanse de Luz, vístanse de Amor, y sigan el camino. Cada vez es más interesante y cada vez más cercano a los cambios finales. Estén preparados.
Traducción: Kely Neri
Revisión: Ana Maria Souza
