¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY ADAMA!
Nuestro trabajo ha sido constante y, al mismo tiempo, tranquilo. Estamos preparando todo este proceso para poder estar con ustedes muy pronto.
Hermanos míos, abran sus corazones. En este momento, apliquen todo lo que han aprendido, pero sobre todo sean Amor; emanen Amor. Esta es el arma más poderosa que pueden usar: emanar Amor. Es necesario que comprendan que este Amor no puede tener condiciones, no puede tener un objetivo específico. Este amor debe ser generalizado, para todos, sin excepción.
Por lo tanto, es necesario que en sus corazones visiten áreas, tal vez dolorosas, tal vez enfadadas, pero que en este momento necesitan ser visitadas. Busquen dentro de ustedes a aquellos a quienes nunca mirarían, o por quienes nunca sentirían ternura, cariño, afecto.
No es necesario que sean personas conocidas. Pueden ser personas que nunca han visto, pero a las que discriminan, acusan, odian. Y serán estas personas a las que pondrán delante y percibirán la mirada de cada una de ellas. La mirada de odio, la mirada de ira, la mirada de desprecio, la mirada malvada.
Pero mirarán a cada una de ellas, no con miedo, no con ira, no con odio, sino con Amor. Emanarán todo el Amor que tienen en el corazón. No las juzgarán. No las separarán de su mundo. Esto es el Amor Incondicional.
Entonces, voy a darles una pequeña orientación para que este ejercicio sea más fácil. Al traer a cada una de ellas a su mente, no miren a los ojos; miren a sus corazones. Y verán una chispa, muy débil, pero verán una pequeña chispa en el corazón de cada una de ellas. Porque todas son hijas de Dios Padre/Madre. Todas ellas.
Esas personas a las que discriminas, odias, criticas, fueron creadas igual que tú. Así que no las veas como diferentes. Todas son similares a ti. Entonces, mira su corazón. Evita la mirada. Y estarás actuando de manera magnífica en todo este proceso.
Los que te rodean reciben tu Amor a diario. Aquellos con los que convives: amigos, compañeros, familiares, todos reciben tu atención y tu Amor. Pero a estos, a los que he mencionado, los separas de tu mundo. Los colocas en otro lugar.
Entonces, ha llegado el momento de invitarlos a tu mundo. No para que formen parte de tu vida, ese no es el propósito; solo para que formen parte de este mundo al que tú emanas Amor. Y te garantizo que sentirás una alegría tan grande, un retorno tan magnífico, que aprenderás, casi, lo que es el Amor Incondicional.
¿Y por qué casi? Porque el Amor Incondicional debe vivirse en la mirada. Pero comencemos por el corazón. Ya será un gran paso. Ya será un gran ejercicio. Comiencen el ejercicio con una persona, solo una. Y vayan aumentando este contingente cada día. Y emanen Amor. Amor, Amor, Amor.
Exactamente como lo emanan a aquellos que aman. A este Amor que viven en la Tierra. Así es. Vamos despacio. Pero no dejéis de hacer este ejercicio. Será muy importante en el camino.
Para el Código de Luz de hoy, os dejo las siguientes frases:
«Todos en la Tierra son Chispas de Dios Padre/Madre.
Todos son Luz; solo que con elecciones diferentes.
Todos son mis hermanos; solo que con elecciones con las que no estoy de acuerdo.
Pero todos forman parte de mi mundo».
Después de estas frases, digan la siguiente palabra:
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Sí, vamos a vibrar la paz en el planeta. Vamos a vibrar la unión de los pueblos. Vamos a vibrar la alegría. Este es el camino. No hay otro. Intensifiquen este camino. Amplíen este camino. Para que cada vez más personas puedan estar en él. Siguiendo este camino de evolución.
Traducción: Regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
