¡Queridos hermanos! ¡SOY ADAMA!
Estar hoy aquí con ustedes una vez más es una fuente de gran alegría para mí y para mi pueblo. Estamos en una gran corriente; una corriente que está activa todo el tiempo, emanando amor, emanando mucha Luz a nuestro planeta.
Poco a poco, la Luz está destruyendo todo lo que puede ser utilizado contra ustedes. Todavía quedan algunas cosas por hacer, pero ten por seguro que el dominio del mal está llegando a su fin. Muy pronto, los grandes comandantes de este proceso comenzarán a caer, uno por uno. Y todos aquellos que han sido sus vasallos durante tanto tiempo también caerán.
Por supuesto, los que adoran las sombras seguirán en el planeta, pero estarán dentro del proceso de separar el trigo de la paja. Porque para todos siempre habrá una elección. Siempre podrán cambiar. No importa si no pueden ascender, lo que importa es que pueden elegir volver a la Luz. Así que siempre habrá, por nuestra parte, la insistencia y el intento de traer a estas almas volver al camino de la Luz.
En este momento, lo importante para aquellos que reconocen la Luz es su propia importancia en el planeta. Es hora de enviar Luz, mucha Luz. Es hora de que todos se remanguen para cumplir una única tarea: emanar Luz. Si cada ser despierto de este planeta emprende hoy el camino de la Luz, ganaremos. Pero nosotros, los Seres de Luz, no ganaremos; yo estoy con ustedes, nosotros los humanos, y habremos desempeñado nuestro papel en el proceso de ascensión.
No depende de nosotros sentarnos y esperar a que las cosas sucedan. Tenemos que tomar las riendas de nuestra caminata. ¿Y cómo lo hacemos? Emanando luz. Siempre lo he dicho aquí y lo repito: no ha sido un proceso fácil. Pero hay una diferencia, y es que nosotros, en su momento, tuvimos mucho tiempo para reorganizarnos, para crear Telos y otros hermanos para crear “n” otras ciudades intraterrenas.
Tu tiempo es corto. Pero, ¿cuál es la diferencia? La diferencia es que ahora es el planeta el que asciende, no sólo nosotros. Así que el proceso es mucho más rápido y mucho más intenso. Sentimos la aprehensión, y a menudo incluso el miedo, en sus corazones. Pero yo les digo: Dejad que la Luz ordene sus caminos. Dejad que la Luz os muestre el camino correcto.
¿Y cómo sabéis que el camino es el camino de la Luz? Sintiendo alegría en ese camino. Si es un camino que eliges y emanas una hermosa sonrisa, una alegría que viene de dentro, entonces seguramente este camino es un camino de la Luz, es el camino de tu alma. Y debes seguirlo. Esto no significa que el camino que has elegido, con tanto amor, sea un camino de rosas. Puede que incluso sea un camino bastante complicado, pero te llevará donde necesitas estar y en la vibración que necesitas sentir.
Ha llegado el momento, hermanos míos, de que todos trabajemos por un único objetivo: ascender el planeta. Y si sigues la corriente, ascenderás con él. No te preocupes tanto por si lo conseguirás o no. Lo que importa es la intención, es el camino que estás recorriendo. Y puede que haya muchas etapas antes de que asciendas junto con el planeta.
No te desanimes. No tengas miedo. Si te pones al servicio de la Luz, serás Luz, y como Luz estarás al lado de Gaia. Hay muchas bandas en la Quinta Dimensión y cada uno de ustedes será llevado a una; la que mejor se adapte a tu vibración en ese momento. Y tendréis mucho tiempo para acostumbraros, para aprender, para comprender lo que es estar en una vibración superior.
El camino no termina en el momento de la ascensión. Simplemente empiezas a vibrar un poco más alto. Una vez que estás ahí, entonces comienza el verdadero camino. Porque todo será una experiencia de aprendizaje, y tendrás que pasar cada prueba para que efectivamente puedas seguir vibrando más alto, vibrando más alto, alcanzando el nivel en el que estamos.
Puede llevar mucho tiempo, pero llegarás y esta es la gran victoria. Así que confía, sigue el camino de la Luz. Destierra todos los miedos de tu corazón y simplemente repite una y otra vez:
¡YO SOY LUZ!
¡YO SOY LUZ!
¡YO SOY LUZ!
Y como Luz, ¡permito que la Luz me guíe!
Hazlo. Repítelo constantemente, y verás el verdadero poder de la Luz.
Traducción: Ana Maria Soza
Revisión: Regiane Maria Bugalho