¡Queridos hermanos! ¡SOY ADAMA!
Continuando con nuestro recorrido, hoy hablaremos del capítulo número 2 del libro I de Telos.
Muchos aquí se preguntan: ¿Por qué decimos que son almas Lemurianas? Este planeta fue habitado hace millones de años, por muchas civilizaciones. Era un planeta elevado de Quinta Dimensión. Había 7 (siete) continentes distribuidos en el planeta, incluyendo Lemuria y más tarde Atlántida. Lemuria era un continente inmenso, por lo que podemos decir que fue el hogar de muchas almas que llegaron aquí para poblar este planeta. Almas provenientes de muchos lugares del universo y estas Almas pasaron a vivir en Lemuria durante millones de años. Por eso podemos decir que son almas Lemurianas, pero en realidad, cada una tenía su origen al venir aquí.
Éramos un pueblo pacífico, vivíamos en altas vibraciones. Las dos grandes civilizaciones de esa época eran las del continente Lemuriano y del de Atlántida. Siempre hemos notado que había desequilibrios de evolución entre las almas que aquí estaban. No todas tenían el mismo nivel, no todas eran altamente evolucionadas. Muchos vinieron para aquí para aprender con nosotros cómo desarrollarse y cómo evolucionar. Entonces siempre creímos, nosotros, los Lemurianos, siempre creímos que nuestra misión era ayudarlos a evolucionar dentro del Amor y la Luz y que habría suficiente tiempo para eso.
Los habitantes de Atlántida no estaban del todo de acuerdo con eso, pensaban que estábamos perdiendo el tiempo y que deberíamos obligarlos a evolucionar a toda costa. Hubo un gran desacuerdo entre los dos continentes y una guerra severa estalló. No necesito comentar aquí lo que hacen las guerras. Sí, nosotros vivimos este proceso en ese momento. Y entonces ustedes pueden preguntarnos: “Pero ustedes estaban tan evolucionados, ¿por qué permitieron involucrarse de esta manera?” Hace parte de cada alma creer o no en el amor pleno, o simplemente dejarse llevar por ideas de dominación, por ideas de esclavitud, que aquí se habían implantado.
No todos los seres que vinieron aquí tenían el corazón lleno de Luz. Muchos comenzaron a hacer su trabajo; trabajo que dura hasta hoy. Que es esparcir el poder, esparcir la guerra, el mal. Y durante muchos años todo esto sucedió. Nosotros también tuvimos nuestra cosecha; plantamos la guerra. Y el resultado de todo eso fue nuestro hundimiento; el nuestro y el de Atlántida. Los otros continentes han ido cambiando a lo largo del tiempo.
Cuando nos dimos cuenta de que todo este proceso sucedería, pedimos la dispensación de Dios Padre/Madre para elegir un lugar en la Tierra donde pudiéramos refugiarnos y sobrevivir a todo ese proceso. Pero para eso necesitamos demostrar que habíamos aprendido la lección, que habíamos entendido lo que habíamos hecho, y tener la consciencia de que no podríamos salvar a todos, solo a unos pocos. Y así recibimos la autorización para crear Telos; la ciudad intraterrena para los Lemurianos. Con eso logramos traer mucho de la historia para que no se perdiera, pero mucha cosa se perdió. Pero lo más importante aún sigue con nosotros y todo esto se lo transmitiremos muy pronto.
El continente se hundió en una sola noche. Muchos dormían, muchos pasaron ese momento despierto, y un gran número de sacerdotes se puso a puestos, cantando la canción que ustedes conocen hoy, para traer un poco de vibración positiva y eliminar el lastre de miedo que se instaló en todos. Fue un momento muy difícil. Y como se había dicho, no todos, de nuestra raza, de nuestra ciudad, de nuestro continente lemuriano logramos sobrevivir. ¿Y por qué no? Porque no sabíamos con certeza cuándo sucedería, y sucedió antes de la hora. Así que no hubo suficiente tiempo para que todos huyeran al refugio, que ahora llamamos Telos.
La gran enseñanza de este capítulo es hacerlos pensar en sus propias guerras individuales. Muchos de ustedes piensan: “¡No, no soy culpable por guerra alguna!”. ¿Será que no? ¿Quién elige a sus gobernantes?, ¿quién los pone en posiciones de mando?, ¿quién les da el poder de decidir por cada uno? Entonces yo diría que cada ser humano en este planeta tiene su parte de culpa, sí, en cada guerra que todavía hoy se da. En toda esta violencia que hoy se vive. Ustedes han aceptado esto y muchas veces ustedes alimentan esta guerra por el odio, la envidia, la discriminación, por el sentimiento de poder.
Muchos hoy comienzan a reevaluar sus posturas y se dan cuenta de la cantidad de errores cometidos en el camino. Pero la idea aquí no es de juicio. Es de perdón; y muchos aquí han hecho este trabajo de pedir perdón y perdonar. Pero les puedo asegurar a cada uno de ustedes que el mundo en el que viven hoy es producto de cada uno de ustedes. No se puede negar, no hay escapatoria. Todos tienen parte de culpa. Y diría que no sólo de esta vida, sino de vidas pasadas. Pero ahora no es más el momento de mirar atrás, de juzgarse a sí mismo, de juzgar al otro; ahora es el momento de despejar el camino, limpiar el alma, y eso es lo que venimos haciendo durante estos miles de años que llevamos en Telos.
Siempre fuimos conscientes de que algún día volveríamos a estar cerca de los habitantes de la superficie y que los ayudaríamos a evolucionar, a no alimentar más esos sentimientos que alguna vez siempre alimentaron. Podemos decir que fuimos y somos humanos tanto como ustedes, solo que estamos en una dimensión mayor y somos plenamente conscientes de lo que es vivir esencialmente en Amor y Luz, sin necesidad de nada más, y esto es lo que les estamos trayendo: Esta energía, este momento de unión, entre estas almas lemurianas, que se quedaron aquí por tanto tiempo, esperando este gran momento de que regresaremos a la superficie, de que estuviéramos junto a ustedes.
El sentimiento para cada uno de los que vivimos ese momento, es de dolor, por cierto, pero sabemos que cada uno de los que perecieron en ese momento ya tenía algo escrito para ello, y que una gran mayoría hoy está encarnada en la Tercera Dimensión, viviendo todo lo que provocaron, todo lo que alimentaron y desequilibraron al planeta. Entonces no es el momento de juicio, no es el momento de señalar quién fue el culpable; ahora es el momento de Luz, el momento es de evolución. Y queremos ayudarlos en este proceso. Es una misión que tenemos: Ayudarlos en este pasaje para la Quinta Dimensión.
Entonces quisiera, dentro de lo dicho en el libro, hacer una invitación: que en un horario definido, todos ustedes estén juntos, cada uno en su tiempo, en su refugio, pero todos conectados en un mismo corazón, y todos nosotros desde la Ciudad de Telos estaremos con ustedes, ayudando en este momento a eliminar todo lo que se quedó en sus corazones, de trauma, de dolor, de desesperación, de ira. Será un momento inolvidable. Y les pido a cada uno de ustedes que traten de limpiar todos los sentimientos negativos en sus corazones. Esta es la gran lección aquí.
Si cada uno de ustedes limpia su corazón y se convierte en un Pilar de Luz, ustedes iluminarán este planeta. ¡Créanlo! Miren un punto de luz, mira una pequeña lámpara, no solo ilumina donde está, es capaz de iluminar una habitación grande, y dependiendo de la luz, un lugar aún más grande. Sean, pues, Pilares de Luz y cuanto más fuertes sean vuestros Pilares, más iluminarán el planeta, y estén seguros de que estaremos juntos, ayudando a cada uno a superar los obstáculos y las dificultades.
No todos los que viven en la Tierra hoy son Lemurianos o Atlantides, muchas otras razas viven en la superficie, pero el continente Lemuriano era enorme. Así que puedo decir que la mayoría de las almas evolucionadas de este planeta vivieron en Lemuria, y en este momento es el momento adecuado para que nos unamos para encontrarnos, en el futuro, en una dimensión superior y poder revivir buenos tiempos, sabiendo que esos malos momentos, que todos pasamos y que todos los momentos que sus almas pasaron en la Tercera Dimensión, fueron necesarios para la evolución, la efectiva evolución de sus almas.
Traducción: Ingrid Elena Sánchez Schnoor Nunes
Revisión: Regiani Maria Bugalho