¡Queridos Hermanos! ¡SOY ADAMA!
Siguiendo nuestra jornada, comentaré el capítulo 7 del libro primero de Telos.
Este capítulo se centra en nuestros hijos. Hay una gran diferencia en el nacimiento de nuestros hijos. Traer un nuevo ser al mundo, como tú dices, es algo de gran responsabilidad, es algo muy deseado y planificado. No está permitido en Telos el nacimiento de hijos si no es planeado y deseado, y si es para la evolución del Todo. No voy a entrar aquí en detalles de cómo sucede, porque esto está en el libro.
Me gustaría comentar lo que se ha hecho con sus hijos en este mundo. Sus hijos a menudo ya no experimentan lo que es ser un niño. Tienen deberes, compromisos, actividades, a menudo incluso más agotadoras que para vosotros los adultos. Los niños son niños pequeños, porque desde pequeños se les enseña a ser mejores; mejores que su amigo, mejores que el otro, mejores en todo.
A los niños no se les da el derecho a elegir, el derecho a hacer lo que quieran, que puede ser no hacer nada en ese momento. La educación en su mundo no amplía el conocimiento, no amplía la capacidad para la vida, para la supervivencia, para hacer lo que les gusta. Es como si se cogieran varios libros y se pusieran todos en la mente de un niño. ¿Aprovecharán todo eso? Yo diría que no, porque ir a la escuela se vuelve tedioso, aburrido,y los niños acaban pasando este tiempo porque tienen que hacerlo, porque su sociedad les obliga a ello.
No son niños dentro del espectro de la palabra. Y ustedes, padres, imponen a sus hijos, además de la escuela, que ya es aburrida y agotadora, una serie de compromisos, de normas, para que ese niño sea el mejor en todo, para que su hijo o hija sea alguien que destaque en la sociedad. Imponen al niño actividades que muchas veces es incapaz de cumplir. ¿Por qué? No porque sea incapaz, sino porque ese no es el camino del alma del niño, se lo imponen por la voluntad de un padre que muchas veces quiere que el niño siga su propio camino, no lo que el niño realmente quiere.
Hoy sus niños están en desequilibrio porque las almas que han venido aquí son almas que son puro amor incondicional y no pueden entender un mundo que es tan violento y tan lleno de reglas sin sentido como se les impone y reaccionan a ello. Así que una serie de enfermedades son impuestas a sus hijos para mantenerlos dentro de lo que la sociedad impone. Y así han criado a sus hijos. Muchos niños están en la cima del estrés porque trabajan con un horario de actividades que a menudo es imposible que un niño complete. ¿Por qué? Porque el padre, la madre o el cuidador no quiere tomarse la molestia de cuidar, de educar, de querer a ese niño.
Entonces llena su tiempo con actividades para que otro haga esto, para que otro eduque, para que otro enseñe. Echan la responsabilidad de la educación a otros cuando el papel de un padre y una madre no es ese. Tenemos que hacer que nuestros hijos crezcan queridos, respetados, y cuando digo esto, no mimados, haciendo lo que quieran.
Los niños necesitan ser educados y enseñados y los padres de hoy en día no quieren perder el tiempo en esto. Y muchos jóvenes, que fueron niños hace muy poco tiempo, hoy están perdidos, porque no recibieron amor en el momento adecuado. Así que no se aman a sí mismos y no aman a su prójimo. Son volubles, están vacíos, totalmente desconectados de cualquier sentimiento de unión y de familia.
Llegará un momento en el futuro en que sus hijos recordarán a qué vinieron, y muchos se alejaron de sus padres porque no verán en ellos a quienes esperaban para recibir amor y cariño, y serán acogidos por muchos padres que, por el contrario, saben amar a sus hijos. Este será un momento difícil para muchos en el planeta, pero os aseguro que los niños, las almas evolucionadas que hoy están encarnadas no se quedarán en la Tercera Dimensión por culpa de los padres que tengan. Esto no sucederá, y entonces será demasiado tarde para que muchos padres se den cuenta del tiempo que han perdido con un alma tan evolucionada que era muy capaz de enseñarles tanto, pero que ellos no fueron capaces de aprender ni de respetar.
Aquellos que aman a sus hijos, que respetan y que actúan como un padre y una madre dando educación y amor, tendrán a sus hijos a su lado, ascenderán juntos; ahora aquellos que no elaboren un camino correcto para sus hijos serán separados de ellos, porque no permitiremos que almas evolucionadas que vinieron aquí con una misión se pierdan por el egoísmo y la falta de amor de sus padres.
Estas palabras no pretenden causar miedo, porque quienes aman y respetan a sus hijos no tienen nada que temer. El problema son aquellos que tienen hijos por tenerlos, que no saben lo que es amar a un hijo, que no saben lo que es educar a un hijo, que no saben lo que es la familia. Para terminar sólo diría: respetad a sus hijos, dejadles ser niños, no queráis hacerles adultos antes de tiempo.
Como está en el libro, sí nuestros hijos ven programas en su televisión, no todo está perdido, pero sabemos elegir los que son evolutivos, que son importantes para la comprensión. Así que sepan hacerlo también. Pero sobre todo, no lo olvidéis nunca, los niños necesitan tener una vida de niños, no de adultos.
Traducción: Rita Silvana Monteiro
Revisión: Ana Maria Souza
