Queridos hermanos y hermanas ¡YO SOY ADAMA!
Hoy voy a comentar el capítulo 12 del libro III de Telos.
No hay mucho que comentar en este capítulo; hay una guía. Habla de las 7 Llamas Sagradas, una para cada día de la semana. Sólo diré que debes acostumbrarte a permitir que estas llamas actúen en tu cuerpo cada día, según las instrucciones. ¿Cómo hacerlo?
Imagino que cada uno de ustedes, a estas alturas de su jornada, ha adquirido el hábito de meditar por la mañana y por la noche antes de irse a dormir. Si aún no tenéis este hábito, yo diría que sería bueno que lo creáis, porque por la mañana estaréis anclando todas sus protecciones y devolviendo su cuerpo y su mente por completo a la presencia física, dejando atrás lo que experimentaste por la noche. Es importante hacer esto por la noche antes de ir a dormir, porque estáis preparando la protección de tus almas, para que todo el trabajo que hay que hacer no tenga ningún problema.
Espero que ninguno de ustedes me pregunté qué hacer. A estas alturas de la jornada, esta pregunta ya no puede hacerse. Cada uno de ustedes ya tendría que tener una pequeña rutina de meditaciones para hacer, protecciones para activar. No hay receta. No hay nada preparado. Todo tiene que salir del corazón. Y cuando hablo de meditaciones, esto también depende de cada uno de ustedes, porque un corazón lleno de Luz y haciendo afirmaciones es mejor que una mente extremadamente agitada intentando hacer una meditación.
Tenéis que daros cuenta de que necesitáis dominar sus mentes, necesitáis calmar sus mentes. Voy a enseñaros un pequeño ejercicio. Un ejercicio fácil y sencillo, pero que con el tiempo os ayudará a aprender a calmar su mente. Encended una vela. No, no vas a ofrecer esta vela a nadie, es sólo una vela encendida. ¿Qué vela? Cualquier vela. Y haz el ejercicio.
Empieza con 15 segundos, mirando la llama de la vela, sin pensar en nada más. Si te viene un pensamiento a la mente, repite los 15 segundos al día siguiente. Así, mientras te vengan pensamientos a la cabeza, repite los 15 segundos. El día que no vengan, aumenta a 30. Y continúa de la misma manera. Hasta que llegues a un minuto. Es un ejercicio largo para muchos de ustedes, pero os garantizo, que enseñareis a tu mente a calmarse, a crear el hábito de mirar mentalmente una vela, y su cerebro sabrá: “Es hora de parar”. Y de esta manera podrás aprender a calmar tu mente.
Pero volvamos a las llamas. Así, después de las meditaciones matutinas y vespertinas, cada día, te colocarás mentalmente dentro de esa llama. Lee el libro; comprende cada llama; y en el momento en que esté actuando, haz la petición que quieras, inherente a esa llama. Cada llama tiene un poder. No son peticiones cotidianas; son peticiones inherentes al color de la llama.
Permanece en esta llama todo el tiempo que quieras. Incluso si quieres tumbarte por la noche, sentir la llama actuando en todo tu cuerpo e irte a dormir, está bien. Esta llama, si pides que permanezca en tu cuerpo durante toda la noche, permanecerá; todo lo que tienes que hacer es pedirlo. Son pequeños ejercicios, pero te aportarán mucha evolución.
Ahora hay un punto muy interesante. Cuando empiezas a hacer cualquier tipo de limpieza como ésta, surgen muchas cosas, sobre todo problemas. ¿Por qué? Porque estas llamas limpian todo lo que necesita salir a la superficie. Así que cada problema que surja, ten por seguro que surgió porque estás haciendo el proceso, y ha llegado el momento de que lo mires con Amor y lo enfrentes, lo domines, y efectivamente lo dejes atrás.
Yo diría que a menudo no es fácil hacer estos ejercicios, porque suscitan mucha reflexión, y sobre todo la necesidad de tomar decisiones, lo que para muchos de ustedes no es agradable. Porque procrastináis, pensando siempre que mañana será mejor que hoy, y nunca hacéis lo que hay que hacer.
Sólo digo que cuanto más lo pospongáis, más intenso será lo que tenga que venir. Así que os aconsejo a cada uno de ustedes que os enfrentéis al problema en el momento en que aparezca. Os aseguro que será más fácil de resolver.
Así que ese es otro camino que podéis tomar. Ahora bien, es importante que no os agobiéis. Elige qué hacer. No se trata de añadir más procedimientos a lo que ya haces. Cambia, deja de hacer uno y haz este otro. No tiene por qué hacerse todas las semanas. Aprende a ponerte límites. No quieras hacerlo todo a la vez. Primero, porque tu cuerpo no lo aguanta; segundo, tu mente no lo aguanta; y tercero, no harás nada bien, porque cansa y pierdes la concentración.
Así que cada día, haz un proceso. Y haz sólo eso. Cuando termines ese, haz otro. Como dices, rota tus tratamientos. No los hagas todos a la vez. Sepa adaptar cada procedimiento a su propia evolución. Y si tomas contacto con las 7 llamas y te resulta demasiado pesado, para inmediatamente; es señal de que aún no estás preparado para ellas.
No todo es bueno para todos en este momento. Sepa autoevaluarse. Porque hacer algo que está más allá de lo que tu cuerpo puede soportar no traerá beneficios, traerá más confusión y descontrol a sus mentes. Así que sepan elegir lo que hacen. Sepan alternar los tratamientos. Esa es la gran sabiduría. Y así, cada vez, os estáis exponiendo a algo que os hará bien, pero sin exagerar, sin sobrecargar.
Este es el mensaje de hoy, hermanos míos. Haced este ejercicio de las llamas y haced el ejercicio de la vela. Pero siempre, siempre, siempre, seguid a su corazón. No porque yo lo diga, no porque otro lo diga, sino simplemente porque su corazón se lo pide. Tu corazón dijo, sólo una palabra: Sí. Entonces puedes estar seguro, es el momento adecuado, para hacer lo que quieras hacer.
Traducción : Ana Maria Souza
Revision: Regiane Maria Bugalho
