¡Queridos hermanos y hermanas! ¡YO SOY ADAMA!

Hoy vamos a comentar el capítulo 9 del libro III de Telos.

En este capítulo hablamos de la Rejilla Cristalina. Todo por lo que nuestra civilización y la civilización de Atlantis pasaron fue una gran experiencia de aprendizaje. Tomamos decisiones equivocadas, seguimos caminos equivocados, pero no es el momento de mirar atrás con juicio, es el momento de aprender de todos esos errores.

En aquella época teníamos una conexión directa con la Rejilla de Cristal del planeta. Nos traía poder, nos traía todos los dones que teníamos en ese momento, y podíamos utilizarlos libremente. Los Seres de Cristal son tan antiguos como el universo. Y no es diferente aquí en este planeta. Están, en todas partes, en la mayor parte de la estructura interna del planeta.

Podemos decir que son los que mantienen todo el equilibrio, dentro y fuera del planeta. No tienen ni idea de las reacciones que se producen dentro del planeta. Y si no hubiera contención, todo se habría descontrolado. Estos seres son conciencias muy elevadas que se sitúan exactamente en los puntos clave de la estructura de cada orbe, tanto física como etéricamente.

Como dice el libro, después de todos los acontecimientos, esta rejilla fue eliminada del planeta, porque los que vinieron aquí nunca podrían haber tenido tanto poder en sus manos. Pero la humanidad hizo una elección: la humanidad decidió volver a ser Luz, volver a su propia conexión con la Fuente, volver a ser sólo corazón.

¿Sucedería esto de todos modos? No, no ocurriría. Gaia ascendería de todos modos porque ha llegado la hora del planeta. Si la humanidad no hubiera hecho esta elección, a la civilización le ocurriría lo que ya ha ocurrido en muchos otros orbes; se extinguiría o sería desterrada para renacer en la dimensión correcta, en la dimensión más elevada.

Pero la humanidad eligió, porque aquellas almas que tenían sus orígenes fuera de este planeta sabían que en este momento, en este momento de la ascensión de Gaia, tendrían un gran papel, recordarían lo que siempre habían sido, y comenzarían un proceso de despertar para todos ellos, y también para la propia civilización terrestre, que también podía elegir evolucionar o no.

Y todo está sucediendo. Por esta elección, de estas almas evolucionadas que se han puesto ante este proceso, la Rejilla Cristalina ha sido traída de vuelta. Pero fue traída de vuelta, no antes de que todo lo que había sido colocado aquí hubiera sido destruido. Hoy, está completamente acoplada al planeta de nuevo, y cada uno de ustedes, cada alma evolucionada, está sintiendo su energía cambiando con el tiempo.

Esta rejilla forma parte del proceso. Es la Luz que viene de Alcyon, es el poder de esta Rejilla de Cristal que ayuda a cada civilización y al planeta mismo a ascender. Muchos de ustedes nunca habéis entendido realmente lo que es una piedra de cristal. Siempre se os ha hecho creer que allí sólo hay algo sólido, sin vida, sin función y que podría ser explotado, explotado, destruido para satisfacer el ego y el dominio de los que han venido aquí.

Hoy en día, se mata y se destruye a la gente para acceder a estos seres supuestamente valiosos. Valiosos, no energéticamente, sino valiosos físicamente. Y todo se hace para robarlos, extraerlos, dinamitando así toda la estructura interna del planeta, la que mantiene toda la presión y el equilibrio interno y externo del planeta.  Todo ha sido muy bien planeado.

Hoy, algunos de ustedes son conscientes de que en cada piedrecita hay una conciencia, hay una historia. Como preferiríais decir, hay un espíritu ahí dentro. Y cada piedrecita, por grande o pequeña que sea, forma parte de una gran conciencia. Cada piedra extraída de Gaia permanece conectada a la gran madre, al lugar del que procede.

Así que, en cierto modo, siempre hay energía cristalina en muchas partes del planeta, no sólo concentrada en las grandes vetas del interior del planeta. Esto ha sido algo bueno, porque ustedes han esparcido los cristales por todas partes, ya sea por total incredulidad o por una total falta de conocimiento de lo que significan, pero muchas personas tienen cristales en sus casas.

Y esto está provocando un gran cambio en estos momentos, porque los que están ahí, aunque sean inertes a tu visión, están haciendo un gran trabajo porque todos están conectados a la Rejilla Cristalina y están emanando toda su energía a los que les rodean. Así que indirectamente, conscientemente o no, todos están siendo afectados. Hay cristales que tienen un poder y una potencia inmensos, incluso los pequeños, y están marcando la diferencia en el planeta.

Así que te diría que, si quieres ayudar en el proceso, esparzas cristales por ahí, regales cristales. No necesitas dar muchas explicaciones. Compra cristales hermosos y regálalos a las personas que no tienen ninguno en casa. Puedes hacerlo, porque sólo emanarán Luz y Amor; la Luz y el Amor necesarios para la evolución de cada ser humano.

Llena tus casas de cristales. No hay que ser muy cuidadoso, basta con limpiarlos de vez en cuando. Y desempeñarán el papel de equilibrio, contención, protección y expansión. Tienen muchas facetas y muchas funciones. Cuando les das una función, empiezan a hacer exactamente lo que les has pedido, con mucho amor y gratitud. Pero si sólo tienes cristales y los limpias de vez en cuando para eliminar todo lo que absorben, cumplirán su función original, que es limpiar, proteger, absorber energías negativas y emanar mucho Amor y Luz.

Regala cristales a tus amigos. No, esto no fomentará más la destrucción del planeta, porque esto ya se ha convertido en rutina, y ahora mismo estos cristales están felices de salir de su matriz y poder esparcirse por todo el planeta. Así que hazlo, ayúdales a esparcirse por todo el planeta, ayúdales a convertirse en lo que realmente son: conciencias iluminadas y desarrolladas, muy superiores a cualquiera de ustedes.

Sólo hazlo. Sólo enseña; lávate de vez en cuando. Eso es todo. No hace falta explicar mucho. La mera presencia de un cristal es suficiente para actuar en ese entorno y sobre todos los que están en él.

Traducción: Rita Silvana Monteiro

Revisión: Regiani Maria Bugalho