¡Queridos! ¡SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL!
¡Me gusta cuando pasan estas cosas! Cuando algo se sale de lo normal, ¡me encanta! Porque sois como cucarachas tontas, de hecho, ese es un término muy interesante: ¡cucarachas tontas! ¿Alguien ha identificado alguna vez si una cucaracha se marea? Pero vamos, lo repito: cucarachas tontas, corriendo sin saber qué hacer. Los problemas ocurren, ¡en todas partes! Y te lo digo yo: las comunicaciones van a empezar a darte muchos problemas, ¡porque está pasando de todo a la vez! Pero hoy no voy a extenderme demasiado, voy a ser rápido y sucinto.
Me gustaría que cada uno de los que van a ir a la reunión del sábado intente no hacer de la reunión una fiesta, intente no hacer de la reunión un lugar de murmuraciones, de conversaciones inútiles y fútiles. Que todos lleguen con el corazón iluminado y que, cuando pongan un pie en el lugar donde se celebrará la reunión, se dejen envolver por la energía que allí se implantará. Por supuesto, no quiero 800 marionetas, una frente a otra, sin decir una palabra. Lo único que quiero es que la concentración y la entrega salgan del corazón de cada uno. ¡Que nada, nada pueda perturbar la mente de cada uno de los que estaréis allí!
El momento, hermanos míos, aunque muchos no estén de acuerdo, el momento es de alegría porque poder reunir a 800 personas en un mismo lugar, con una misma idea, un mismo propósito, ¡no es fácil! ¡No es fácil! Pero lo hemos conseguido con el tiempo (…) por el clima que se respira en lo ambiente. Hablar, sí, ¡pero intentar mantener una conversación de alto nivel! ¡No hablar de problemas! ¡No cotillear! ¡No comentar la ropa de los demás! ¡No quejarse del avión que se ha sacudido o del autobús que también se ha sacudido! ¡No quiero quejas! Lo que sucedió en el viaje de cada persona para llegar al lugar, ¡se quedó en el momento en que sucedió! Cuando entre en ese lugar, ¡no quiero quejas! ¡No quiero comentarios que hagan que tú vibra baje! ¡Comenta lo bueno que es estar allí! ¡Cuán agradecido estás de estar allí! ¡Lo feliz que estás de estar allí! ¡Por conoceros en persona! ¡Por crear este gran grupo, esta gran familia con el mismo propósito!
Así que os digo a cada uno de ustedes, ¡este es más que nunca un momento de interiorización! En la última reunión, tuvimos algunas personas que dije que no vendrían. ¡Y afirmo que no lo harán! No quisiera impedir que ninguno de ustedes fuera a la próxima. Me gustaría que todos fueran con el corazón abierto, ¡con mucho amor en el corazón! Cada uno pensando en lo que puede hacer en su propio camino en este momento.
Hermanos y hermanas están sufriendo, cada uno con su propio dolor. ¡Por supuesto que no me he olvidado de nadie! ¡Claro que les ayudaremos! Ahora no necesito coger a todo el mundo de la mano para que haga algo. Les he estado diciendo: ¡sean solidarios, ayuden como puedan! Pero no creo que tenga que seguir repitiéndolo todo el tiempo, ni tampoco necesito seguir dándoles mensajes para que hagan algo. Todos los que sepan lo que significa ser solidario deben poner de su parte.
En la reunión decidiremos qué hacer en la próxima reunión. No tomaré la decisión porque… antes de que lo digas, ¡no es por miedo! ¡Sería bastante gracioso que tuviera miedo de algo! Pero quiero dejar que ustedes decidan, lo que cada uno de ustedes piensa realmente, si la reunión de noviembre será buena o no. Lo decidiremos en la reunión del sábado. Es importante que cada uno de ustedes no piense solo en sí mismo, ¡sino que piense en todos los demás! Pensad en la logística necesaria para que todo el mundo esté allí. ¡Así que empezad a pensar con mucho cuidado!
No le preguntes a la otra persona, depende de ti, ¿qué crees que debería pasar en la próxima reunión?
Dejo la decisión en sus manos y cada uno hará su propia votación.
¡Solo quiero que no penséis en ustedes, sino en el conjunto!
¡Pensad en el todo, no en ustedes! Y sois precisamente los que tomaréis la decisión, no yo.
Así que, hermanos y hermanas, no tengo mucho que decir hoy, porque tendré mucho que decir en la reunión. Que todos lleguen, como ya he dicho, con el corazón abierto e iluminado. Que todos lleguen con amor en el corazón. Y que dejen todos los problemas fuera. No será un lugar para quejas o problemas. ¡Será una reunión de acción para todo el planeta! ¡No hay A o B! ¡No hay aquí y allá! ¡Hay un planeta en el que muchos están sufriendo! Dejemos a un lado nuestro ego por un momento. Y una vez más digo: ¡pensemos en el conjunto! Nadie sufre más que nadie. ¡Cada uno sufre lo que cosecha según lo que ha sembrado a lo largo de su camino! La intensidad varía con el camino de cada uno. Pero nadie sufre más de lo necesario, ¡porque Dios Padre/Madre no lo permite! Pero Dios Padre/Madre acepta las elecciones, y todo sufrimiento es siempre el resultado de una elección.
Así que pensemos en el todo, no aquí, no allá, es el todo, ¡el planeta como un todo! Y que cada uno venga con su parte de amor y luz, ¡qué juntos marcarán la diferencia! ¡Entendedlo!
¡Estaremos juntos de nuevo! ¡Será un día maravilloso! ¡Espero sinceramente que el amor y la luz llenen cada rincón de ese lugar! Y que aquellos cuyos corazones estén un poco duros tengan tiempo de aquí a entonces para ablandar sus corazones. ¡El sufrimiento es cosa de todos! ¡Nadie tiene por qué sufrir el sufrimiento de otro!
Y para terminar, solo quiero hacer una advertencia más: ¿recuerdan la prohibición de la reunión del año pasado? Nada de abrazos. ¿Creéis que lo he olvidado? ¿Creéis que algo ha cambiado? Nada ha cambiado. ¡Una mirada cariñosa vale más que un abrazo falso! ¡Si no entiendes por qué, pregúntale a otros! Pero yo te lo explicaré. Cuando te abrazas, los corazones se unen, las energías se intercambian. Si ambos corazones están iluminados, ¡maravilloso, hay un intercambio de energía iluminada para ambos! Pero si uno de los corazones no está iluminado, estás dejando tu energía, una parte de ella con el otro corazón y recibiendo una parte de esa cosa mala en tu corazón. Entonces alguien podría replicar: «¡Pero yo sé a quién voy a abrazar sin él!». ¿Os conocéis todos? ¿Os conocéis todos? ¿Son todos amigos desde hace mucho tiempo? ¿Confiáis los unos en los otros? En caso de duda, ¡mejor no hacerlo! Ahora bien, como siempre digo: yo pongo las reglas, pero si no quieres seguirlas, no pasa nada, es tu elección. Pero me gustaría que esta regla se respetara, como se hizo en la última reunión, ¡y no murió nadie! ¡Nadie dejó de querer a nadie porque no le abrazaron! ¡Todo fue muy bien! Así que, ¡en este (encuentro) seguimos igual!
Y no te olvides de pensar en el todo, no en ti mismo, no en un lugar específico, ¡sino en el todo! El planeta no existe solo aquí en este país, el planeta es muy grande, ¡así que pensemos en el todo! ¡Y que todos lleguéis con mucho amor y luz!
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza