¡Queridos! ¡YO SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL!
Puedo deciros que puedo sentir la dificultad por la que está pasando esta hija. Pero depende de cada uno escuchar a su corazón. Yo no estaría aquí hoy, pero ella no ha aceptado mi guía. Así que voy a transmitir el mensaje que tengo que transmitir y no me extenderé demasiado, para no dañar aún más su cuerpo.
Tengo pocas palabras que decir, hermanos míos. ¿Dónde está la confianza? ¿Dónde está la fortaleza de mis guerreros? Algunos tiemblan. ¡Algunos están sufriendo! Guerras y actitudes que no deben ser experimentadas por ustedes. No puedo decir aquí, hermanos míos, que las cosas mejorarán. ¿Qué hace un enemigo acorralado? ¡Arroja todas las armas que tiene! ¡Juega con lo que tiene! Así que lo único que pido a cada uno de mis guerreros es que empuñen su espada, pero que no luchen, que no apunten con ella a ningún hermano. Usar la espada, sí, y apuntarla hacia el cielo, para que esta espada reciba la Luz de Alción y se energice. ¡No quiero a mi guerrero llorando, sufriendo por cosas que no son suyas! No te pido que seas insensible. Pero hay cosas que no puedes hacer, como sufrir el sufrimiento de los demás. ¡No puedes hacer eso! ¡Cada hermano está aceptando sus propias decisiones! Cada hermano está recibiendo lo que ha sembrado. Cada hermano está donde tiene que estar. Hazte la pregunta: “¿Por qué no estoy allí?” ¡Hazte esa pregunta! No estás allí porque tu Ser Superior determinó que estuvieras aquí o donde quiera que estés. ¿Por qué? ¡Porque no fue la elección de tu alma! ¡Porque no fue tu cosecha! ¡Por eso estás aquí! Entonces, ¿por qué sufrir por algo que no te concierne?
Hermanos míos, ¡que sus corazones sean fuertes! ¡Lo que está por venir no será fácil de mirar y soportar! Pero cada uno de ustedes estará también donde tenga que estar y cosechará lo que tenga que cosechar. Nadie, repito, nadie puede pensar que está a salvo. Nadie puede pensar que no le va a pasar nada. ¡Nadie! Porque no conocéis el camino de vuestras almas. ¿Estoy trayendo miedo? Tal vez. Pero a veces necesitamos meter un poco de miedo en ustedes para que bajéis de sus pedestales, porque muchos se creen por encima del bien y del mal, muchos se creen superiores… “¡A mí no me pasará nada, porque soy un guerrero de Miguel!”. Realmente eres un guerrero mío, pero no por eso voy a quitarte la cosecha de tu camino, por lo que tengas que pasar, y seguirás siendo mi guerrero. ¡Así que bájate de tus pedestales! ¡Nadie es mejor que nadie! ¡Nadie es superior a nadie! Todos estáis en la misma historia, en el mismo momento, en el mismo tiempo, ¡en la misma ascensión del planeta! ¡Todos ustedes! ¡Nadie está fuera! ¿Por qué te crees superior? No sabes en un segundo lo que va a pasar. Entonces, ¿qué tienes que hacer? Simplemente, como dijo Sananda, sigue el río. ¿Dónde estará la cascada? ¿Dónde estará la caída? ¿Dónde estarán las rocas? No lo sabes. Así que ríndete y confía en que lo que ocurra, lo que tenga que ocurrir, es porque tenía que ser, el resultado de lo que tenga que ser. No te creas superior. No te sientas mejor que nadie. Porque aquí, supuestamente, hay paz, hablo de este país, Brasil. ¿Hay paz? No en todo el país. ¿En qué vives? El mundo, sólo si es un mundo de fantasía porque el mundo real no es bonito de mirar.
Así que, hermanos míos, no miréis a los hermanos que sufren lejos y penséis que sois mejores, ¡porque no lo sois! No sabéis nada. Ríndanse a su viaje. Confiad en que cualquier sufrimiento que venga será necesario para que lleguéis a donde queréis estar, que es la ascensión, sin él no llegaréis. Así que ¡aplaudan el sufrimiento! ¡Aplaude los desafíos! ¡Aplaude el dolor! ¡Porque son los escalones que necesitas subir para ascender! Míralo así: allí están sufriendo lo que están sufriendo, aquí tú también puedes sufrir de “n” otras maneras. ¡Nadie está libre de nada! Así que lo único que te pido: ¡no mires a ningún hermano o hermana con lástima! ¡No mires a ningún hermano o hermana con sufrimiento! ¿Qué dijo María hoy? Sus palabras fueron perfectas. Espero que escuches las palabras de María de hoy varias veces.
Una vez, esta hija me preguntó: “¿Por qué sigo viviendo en un estado tan complicado? Quería marcharme, ir a otro sitio, a un lugar tranquilo”. Y yo le contesté: “¿Cuál es tu papel?”. Ella contestó: “¡Ser luz!” “¿Y cómo vas a dejar que la oscuridad se apodere de ti?”, fue mi respuesta. Ella debe ser luz. No puede irse. Como ella, muchos de ustedes sois luz en los lugares donde vivís, con toda la violencia, con todo lo malo, ¡sois luz! Este es vuestro papel, ¡ser luz! ¡No es abandonar el barco! ¡No es huir! ¡No es esconderte en una cueva! ¡El papel de un pilar de luz es ser luz y emanar esta luz para que las sombras no se apoderen de ti! ¡Para que las sombras tengan un luchador! Para que sepan que no están solas. Ahora, os pregunto: ¿estáis siendo pilares de luz? ¿O estáis dejando que la luz se filtre por la base del pilar? ¿Por qué sufres, por qué lloras, por qué te quejas? ¿Qué estás siendo? Y digo y repito: ¡no va a mejorar! ¡La lucha será cada vez más intensa hasta que hayamos derrotado a todo el mal de este planeta! Pero contamos con ustedes, con los pilares de luz que un día acordaron conmigo: “¡Seré vuestro guerrero y seré vuestro pilar de luz!”. Entonces, ¿dónde estáis? ¿Vas a cumplir el acuerdo o no? ¡Necesito saber si cuento con mis guerreros o no!
Así que, hermanos míos, ¡sed pilares de luz! Estáis enterrados en Gaia, ¡así que tomad energía del corazón del planeta, tomad energía de la fuente y simplemente sed luz allí donde estéis! Si sois luz, ¡no habrá sombra que se resista! ¡Ninguna sombra actuará donde tú seas luz! Si vives en un edificio, ¡sé un pilar de luz en el centro del edificio! Vives en un lugar con muchas casas, ¡sé un pilar de luz en medio de este lugar! ¡Y estarás protegiéndote a ti mismo y a tus hermanos y hermanas! ¡Eso es ser un pilar de luz! No es preocuparse de que la sombra esté a la vuelta de la esquina, no es preocuparse de que vayas a salir de casa y ser el blanco de la violencia. Es salir de casa iluminado, ¡porque donde hay luz, la sombra no llega! Ahora, si vibras dolor, vibras sufrimiento, vibras todo lo que está sucediendo en tu mundo, no estás vibrando luz.
Y entonces puedo decirte que estás a merced de las sombras. Este es mi mensaje de hoy. Escuchad a menudo, para que inculquéis en vuestras cabezas lo que digo y lo que dijo María. ¿Sois pilares de luz? ¿O no, jugáis a ser puntitos? Porque también podéis ser sólo puntitos y como puntitos no venceréis a las sombras, ¡os lo garantizo! Así que dejad que cada uno de los presentes tome ahora su decisión: ¿queréis ser un pilar de luz? ¿O quieres ser un punto? Es vuestra elección, ¡no estoy obligando a nadie a hacer nada! Lo único que tengo que decir, para terminar, es que quien sea un pilar de luz, quien realmente emane su luz, ¡que su corazón sea sólo una gran bola de luz! Yo digo: ¡será muy fácil ascender, porque ese es tu papel! Nadie fue elegido para ascender por sí mismo: “¡Oh, así que ahora me ocuparé de mí mismo y ascenderé!” ¡Desafortunadamente no! Desgraciadamente no. Porque eres parte del planeta, así que tienes que ayudar a eliminar el mal que tú también has ayudado a crecer. El mal no creció por sí solo, hermanos míos, le echasteis mucha levadura. Así que ahora os toca a cada uno de ustedes pagar vuestra parte de la levadura que pusisteis, ¡pero sólo siendo un pilar de luz! No estoy aquí pidiendo a nadie que coja una espada y vaya a la batalla, que desafíe a nadie, las batallas son nuestras, no vuestras. Sólo tenéis que ser luz, ¡pilares de luz! Y si cada uno de ustedes, que os hacéis llamar mis guerreros, sois un pilar de luz, ¡el futuro será muy brillante! ¡Porque nos ayudarás a eliminar las sombras y ascendemos como contrapeso! ¡La elección es tuya!
¡Sed luz!
¡Sed pilares de luz!
Traducción: Bernadete Maria Marafon
Revisión:Regiani Maria Bugalho
