¡Queridos, Yo Soy el Arcángel Miguel!
Estoy aquí hoy para explicar la interrupción de La Jornada de La Ascensión. Permítanme comenzar diciendo que ustedes son humanos y cualquier cosa puede suceder.
Estás en una fase en la que muchas cosas necesitan ser miradas y cuidadas con mucho amor y cariño. Y una de ellas es tu cuerpo. Para muchos, puede ser que incluso aparezcan cosas indeseables en su cuerpo, pero no en el sentido de castigarlos o hacerlos pasar por otro sufrimiento más.
El objetivo en este momento es que mires el cuerpo que llevas con gran afecto y amor. No ignores cada señal. No desprecies cada pequeño aviso que te dé. A menudo piensas que los pequeños detalles no te llevarán a nada. Hasta que llega el día en que esos pequeños detalles no son ni más ni menos que pequeños avisos de que tienes que tener más cuidado.
Esta hermana mía pasó por ese proceso. Le impidieron continuar con la Jornada porque estaba fuera de casa. Estaba en un entorno en el que era imposible hacer nada. No quiero emitir juicios, que ya los ha habido, pero quiero que cada uno sepa recoger lo que ha sembrado.
¿Y qué ocurrirá? La jornada se reanudará. Realmente no puede haber interrupciones, excepto las del fin de semana. Así que comenzarás de nuevo hoy, El Morya. Continuarás de la misma manera. Cada día, cada uno de los símbolos que ya han sido presentados. Esto no te hará ningún daño, sólo un pequeño retraso. Esto también le dará tiempo a esta hermana para recuperarse completamente del desequilibrio que la ha afligido.
No ha sido ni fácil ni sencillo. Pero se ha aprendido la lección y ahora se cuida a sí misma, con la atención que debería haber prestado a su cuerpo. Ella está bien. No se preocupe. Lo peor ya ha pasado. Fue un gran susto. Los más cercanos a ella ya saben lo que pasó.
Lo diré otra vez: no quiero juicios. Porque todos y cada uno de ustedes están expuestos a pasar por lo que ella pasó. No se quejen. No hagáis ningún tipo de comentario. Todo lo que has dicho ya se ha dicho. Todo lo que has pensado ya ha sido pensado. Así que ahora recoged lo que habéis sembrado.
Te diría que ésta es otra enseñanza: no juzgar. No sabes lo que pasó; no te lo hice saber, porque no todos los que leen los mensajes tienen un buen corazón. Y donde ella estaba, no podía recibir otra carga de pensamientos tan malos. “Oh, ¿pero no la protegéis?” Claro que sí. Pero está la energía que liberas. Y donde ella estaba, esta energía estaba amplificada porque era un lugar de gran dolor y sufrimiento. Así que, por mucho que la pongamos en una burbuja de Luz, no sirve de nada, porque es un lugar muy contaminado, muy trabajado para que no haya curación.
Pero todo ha pasado. No la juzgues y no nos juzgues. Y aprendan a comprender siempre. Creo que ya ha dejado un camino muy sólido y la mayoría de los que la conocéis sabéis de su integridad y de su compromiso con cada uno de ustedes. Lo que pasó fue algo inesperado para ella, porque ya sabíamos que iba a pasar.
Es lo que os decía: prestad atención a las pequeñas señales de vuestros cuerpos. Porque llega un momento en que el cuerpo grita. Y entonces puede ser demasiado tarde. No te pido que la perdones. Ella no te pedirá que la perdones. Porque lo que pasó fue algo que ella no esperaba. Pero ten por seguro que su compromiso con nosotros nunca se rompió.
Entonces los símbolos vuelven a empezar y la Jornada continúa. Normalmente, como habíamos planeado. Y tranquilos, nada ha cambiado. Pero una vez más les recuerdo: tengan cuidado con sus pensamientos y palabras. Cuidado con los juicios. Todo es muy rápido. Y eso es seguro. Recibirás de vuelta lo que gastes.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho