¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOMOS LOS ARCTURIANOS!
Hemos estado junto a ustedes durante mucho tiempo. Siempre hemos formado parte de cada proceso existente en el universo para la liberación de cualquier planeta. Cuidamos de los portales. Cuidamos de las almas que se desprenden del cuerpo físico. Cuidamos de aquellos que nos permiten utilizar nuestros tratamientos.
Siempre estamos dispuestos a ayudar. Muchos de ustedes nos conocen, conocen nuestras formas de tratamiento a través de nuestras tecnologías. No tengan miedo de nada. No haremos nada que no esté escrito en su propio camino. No invadimos el libre albedrío y mucho menos curamos solo por curar, quitándoles las lecciones que necesitan aprender.
Hemos estado todo el tiempo en los cielos de su planeta y cada vez que nos piden ayuda acudimos inmediatamente. Pero siempre es bueno recordar que no hacemos milagros. ¿Tenemos tecnología para curarlos? Sí. Podemos afirmar que todas las enfermedades que padecen los seres humanos hoy en día son curables mediante nuestras tecnologías.
Hay mucho sufrimiento entre ustedes. Y el sufrimiento que traen las enfermedades es costoso, complejo y desalentador. Para muchos, son dolores intensos, dolores diarios, dolores que no tienen fin. ¿Y por qué sucede todo esto? Muchas enfermedades no provienen de esta vida, sino de vidas pasadas, y se suman al desequilibrio provocado por ustedes, mental, físico y espiritual, y se manifiestan.
Solo las enfermedades congénitas provienen del alma. Las que no son creadas por ustedes, la gran mayoría proviene del alma. Entonces, ¿qué camino seguir? En primer lugar, curar el alma. Curar todo este desequilibrio que el alma trae de otros tiempos. Curar todos esos dolores, los traumas.
No vamos a hacer aquí apología de nuestras tecnologías. Pueden buscar cualquier técnica holística que trata eficazmente el alma. Muchos de ustedes comienzan en sentido contrario. Comienzan por tratar el cuerpo. Es necesario, antes que nada, tratar el alma. Porque es ella la que trae los desequilibrios en la gran mayoría de los casos.
Entonces, ustedes se tratan y no mejoran. Se tratan y no mejoran, porque no han llegado a la raíz del problema. Busquen tratar sus almas. Es necesario que todo…, que todos los desequilibrios que su alma lleva sean eliminados para que su cuerpo no reciba más esas influencias y, por sí solo, inicie el proceso de curación.
Para muchos, todavía existe una desconfianza sobre el alma, sobre otras vidas. Entonces te digo, hermano, si todavía tienes esas dudas, empieza por ahí. Empieza a aceptar que tu alma ya ha reencarnado muchas veces, y es precisamente por tantas reencarnaciones que trae tantos desequilibrios. Entonces, busquen cuidar el alma, busquen hacer lo que sea necesario para traer el equilibrio a sus almas. La parte física viene después.
Y para completar el tema, muchos hacen los tratamientos con nosotros y todo mejora. De repente, todo vuelve. Muchos se vuelven incrédulos del tratamiento realizado. Pero podemos afirmar lo siguiente: no fue el tratamiento lo que no funcionó; fue su desequilibrio lo que provocó nuevamente los mismos síntomas.
Así que, hermanos míos, es necesario que cambien su forma de vivir, su forma de pensar, su forma de actuar, para no provocar de nuevo desequilibrios en sus cuerpos. Y que aquellas enfermedades que estaban a punto de desaparecer vuelvan a manifestarse.
Como pueden ver, no es un proceso sencillo, es muy complejo. Y les digo lo siguiente: la cura depende de cada uno de ustedes, no de nuestros tratamientos, ni de ningún tratamiento. Es necesario que crean en ella, que busquen el camino, pero que se coloquen correctamente en él. Entonces sí, encontrarán la cura.
Tenéis este poder. Tenéis el poder de curar sus células, sus cuerpos, sus almas. Entonces busquen este poder. Actúen para que vuelva a actuar. Pero sobre todo, crean en el poder que tienen.
Para el Código de Luz de hoy, dejamos las siguientes frases:
«Soy un ser poderoso.
Soy un ser poderoso.
Soy un ser poderoso.
Y necesito aprender a usar este poder en mí mismo».
Después de estas frases, diga la siguiente palabra: ¡Kurânticum! ¡Kurânticum! ¡Kurânticum!
Crean, hermanos míos, ustedes tienen este poder. Necesitan aprender a creer en él. Necesitan cambiar sus mentes para cambiar sus cuerpos. Crean, lo lograrán.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho
