¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY ASHTAR SHERAN!
Cada vez que vengo aquí, traigo conmigo mucho Amor y mucha paz para los corazones de aquellos que están aquí en este momento.
¿Cómo desprenderse del sufrimiento? ¿Cómo dejarlo atrás? ¿Cómo alejarse del sufrimiento? ¿Cómo evitar que llegue a ti?
El miedo, la inseguridad, la falta de confianza… es como la levadura que se pone en la masa del pan y hace que crezca. Cuanto más lo aceptan, vibran, exaltan, se sumergen en el sufrimiento, más crece. Y se convierte, cada vez más, en un monstruo inalcanzable, inquebrantable.
Todo aquello en lo que pones tu atención, lo alimentas con energía. Aprended esto. Todo. Lo que varía es el tipo de energía. Así que, si miras algo y sueñan con tenerlo algún día, y emanan una energía de vibración, de alegría, como si ya estuvieras viviendo con ello, has puesto tu atención en ello. Y has puesto una energía positiva. Y eso se ha lanzado al universo.
Y de vez en cuando vas allí y prestas atención a esa energía, a ese objeto, a ese foco. Y el universo lo alimenta cada vez más. Pero eso es algo bueno. Y cada vez que piensas en vivir con eso, te llenas de alegría, te llenas de Luz, te llenas de Amor. Y esa masa va creciendo, porque estás poniendo tu foco en ella. Pero sin ansiedad. Sin desesperación. Entregando al universo el momento adecuado para la cosecha.
No sabes cuándo llegará eso. Yo diría que ni siquiera sabes si llegará. Pero lo alimentas; le añades cada vez más levadura. Y cada vez que piensas en ello, la alegría aumenta. Así que estás creando algo que, si regresa, será muy bueno para ti.
Ahora pasemos al otro lado. Tienes un problema. Y entonces te empeñas en contarle este problema a cada persona que encuentras. Porque eres un pobre desgraciado que está sufriendo. Entonces necesitas difundir tu sufrimiento para que los demás sientan lástima por ti.
Entonces, cada vez que le cuentas tu sufrimiento a alguien, le pones levadura y crece, toma forma. Y solo se complica más en tu camino. Pero te gusta contar tus quejas, tus dolores, tus sufrimientos, haciendo que cada uno de ellos crezca más y más. Pero, al mismo tiempo, te quejas: “¿Por qué sufro tanto? ¿Qué hice para merecer esto?”. Ten por seguro que hiciste algo. Nada te vuelve de cero. Algo emanó de ti y lo estás recibiendo de vuelta.
Entonces, ¿Entienden cómo funcionan las cosas? Todo aquello en lo que te enfocas, alimenta tu energía. Si es algo bueno, perfecto, aliméntalo mucho. Y el retorno será cada vez más maravilloso. Ahora bien, si es algo malo, ¿Vas a seguir alimentándolo? Solo para dar rienda suelta a tu ego, para demostrar que eres un pobrecito, que sufres, que sufres mucho, entonces tienes que contarle a todo el mundo tu sufrimiento. Tienes que quejarte de tu sufrimiento.
Entonces, ¿lo entendemos? Quejarse. ¿Qué es quejarse? Es pedir, suplicar. Entonces, estás quejándote de tu sufrimiento. Estás clamando por más sufrimiento. ¿Te das cuenta de cómo tú mismo creas tus jornadas? Entonces, cuando decimos: Vive el momento presente, con alegría, con paz en el corazón. Es para alimentar lo que vendrá a cambio. Para que el cambio sea…, no necesariamente maravilloso, pero al menos bueno.
Pero a ustedes les gusta alimentar lo negativo. Les gusta quejarse. Y entonces no pasa nada bueno. Por eso, estar en el presente, vivir cada momento con conciencia, es plantar la semilla correcta. Porque si no prestas atención al coger las semillas, puedes coger una semilla mala, que destruirá ese sueño. ¿Y qué es esa semilla? Perder el tiempo alimentando lo que no sirve, en lugar de alimentar tus sueños.
Muchos piensan que soñar es una tontería. Pero yo les pregunto a muchos de ustedes: ¿Cuántos sueños se han hecho realidad? Y muchos responderán: “¡Muchos!”, porque creyeron en ellos. Soñaron, alimentaron ese sueño y hoy están ahí, viviendo ese sueño, con alegría y paz en el corazón. Porque no perdieron el tiempo sembrando malas hierbas. Sembraron alegría. Sembraron amor. Sembraron bondad. Olvidaron la vida de los demás y solo miran la suya.
No pierdan tiempo con la cosecha de su hermano. Su hermano está cosechando lo que sembró. Ocúpese de su propia cosecha. Por eso, una vez más, les insisto a todos ustedes: siembren la esperanza en el Nuevo Mundo. No importa cómo les llegue este mundo; qué camino tomarán; qué vivirán.
Tienes un punto de llegada. Si les dijera que tendrán que atravesar cien montañas muy altas para llegar a ese punto de llegada, ¿Seguirán animados? Por supuesto que no. Muchos se lo pensarían dos veces: “No voy a poder subir cien montañas”. “Ah, creo que voy a rendirme”. Y muchos se rendirán.
Pero si no digo nada y ustedes comienzan el camino, al llegar a la primera montaña, dirían: “¡Vaya! Hay una montaña que subir, pero vamos allá!”, y subieron la montaña. Y se darían cuenta de que no era tan difícil. Y continuaron la caminata. Y más adelante, cuando llegaran a la segunda montaña, recordaría: “Ah, la primera fue fácil, así que vamos a subir esta también”. Y continuarán el camino y, sin pestañear, subirán las cien montañas.
¿Se dan cuenta de lo diferente que es? ¿Se dan cuenta de que vivir el momento es más importante que saber lo que está por venir? Lo que está por venir no ayuda en nada, solo quita el entusiasmo. Así que vivan el momento. Continúen el camino. Suban todas las montañas que sean necesarias. Pero con un objetivo: llegar a la Quinta Dimensión. Entonces todo valdrá la pena. Todo será importante. Por más difícil, por más complejo que parezca al principio, todo será importante para llegar allí.
Entonces, lo importante es vivir cada momento. Si una montaña es demasiado difícil, mira atrás y observa el camino que ya has recorrido. Nada se interpone en tu camino que sea imposible de superar. Así que ten confianza en ti mismo y comienza el ascenso. Y cuantas montañas se te presenten, no pierdas la esperanza; no pierdas la fe. Porque tienes un objetivo. Tienes una meta. Y esa meta nunca te decepcionará.
Para el Código de Luz de hoy, les dejo las siguientes frases:
“En mi camino, ha habido, hay y habrá obstáculos.
Pero soy capaz de superar cada uno de ellos.
Soy un ser poderoso.
Y mi objetivo se cumplirá: llegar a la Quinta Dimensión.”
Después de estas frases, diga las siguientes palabras: Momentáclitum! Momentáclitum! Momentáclitum!
Creedme, hermanos míos: nada es tan difícil que no se pueda superar. Todo es posible. El Amor de Dios Padre/Madre nunca permitiría que algo se interpusiera en su camino de forma insuperable. Puede ser extremadamente difícil, pero nunca imposible. Por lo tanto, aprende a sembrar sus semillas para que su camino sea cada vez más ligero y fácil de recorrer.
Traducción: Kely Neri
Revisión: Ana Maria Souza
