¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY EL MORYA!
El Rayo Azul es el rayo de la creación, es mi rayo. Entonces, en este momento, entrego en sus manos una pequeña esfera de Luz Azul. Miren esa esfera. Vean cómo brilla. Vean cómo centellea. Vean los rayos que salen de ella. En este instante, sin pensar, instantáneamente, traigan un deseo a su mente.
Miren la esfera. Y digan en voz alta lo que acaban de pensar. ¡La bola ha desaparecido! Se ha llevado su deseo al universo, para que se cree efectivamente; para que el universo se movilice para hacerlo realidad.
Pero nunca lo olvides: el universo trabaja junto con tu Ser Superior. Y ambos saben el momento adecuado y si tu petición será atendida. Porque saben lo que es mejor para ti.
Pero que una cosa quede muy clara: cuando haces una petición y no es atendida, no es porque el universo se haya olvidado. Esa petición queda como en una cajita, en proceso. ¿Y en qué consiste ese procesamiento? Es como si el universo y tu Yo Superior estuvieran en constante reunión, preguntándose: «¿Cómo modificar ese pedido para que sea atendido de forma adecuada? ¿Qué se puede hacer al respecto?». Nada se olvida. Nada se deja de lado.
Entonces ese sentimiento, ese pedido, queda ser analizado; múltiples posibilidades, algunas pruebas, para que el universo lo atienda incluso de forma indirecta. Pero que algo llegue a ti. Solo hay un tipo de pedido que efectivamente se coloca en una cajita y se guarda para siempre: lo que pides en relación con el otro.
Porque, cuando pides algo en relación con el otro, estás invadiendo su libre albedrío. ¿Es eso lo que él quiere? Entonces me dirás: «Pero yo ya he pedido muchas cosas y me han sido concedidas». Sí. Has atraído lo que has emanado, pero no a través de la petición. Las peticiones son un departamento; la emanación es otro departamento.
Así que evítalas. No hagas peticiones para los demás. Porque invades su libre albedrío. Y eso no te trae buenas consecuencias. Porque es como si estuvieras obligando al otro a hacer algo. Y eso es dominación. Es un karma negativo para tu camino. Y eso hará que atraigas exactamente lo mismo hacia ti. Alguien te pedirá algo que tú no quieres, que tú no has pedido. Pero lo has recibido.
Cada petición realizada puede ser atendida o no. Como ya he dicho, o bien va a la caja de procesamiento o bien va a la caja de «esta no», que es cuando ustedes hacen una petición al otro. «Ah, pero si va a la caja y no es atendida, ¿por qué entonces he invadido el libre albedrío?». El acto ya se ha realizado. Ya le has pedido algo al otro. No importa si fue atendido o no.
Su gesto ya ha sido contabilizado en el universo. Ya han generado karma negativo, y eso es incuestionable. Se les ha enseñado a hacer esto constantemente; a hacer peticiones, oraciones, incluso promesas, en nombre del otro. No tienen idea de lo que han creado con todo esto. ¿Quieren ayudar a alguien? Envíen Amor y Luz. Solo eso.
El Amor y la Luz no rompen el libre albedrío, no afectan, no traen retorno negativo, al contrario, traen retorno positivo. ¿Quieren que algo bueno le suceda a alguien? Emanen Amor y Luz. Y la Luz se encargará de mirar el camino de ese otro y le traerá lo que sea necesario. ¿Entienden? No insistan en eso.
Muchos lo decimos, y siguen haciéndolo. Están alimentando el karma negativo. No pidan nada al otro. El otro tiene tanta conciencia como ustedes. En casos excepcionales, si el otro no tiene conciencia o aún no piensa, emanan solo Amor y Luz. Es lo único que pueden hacer, sin traer ningún tipo de retorno negativo para ustedes.
Aprendan, hermanos míos, se les ha enseñado mucho para mantenerlos atrapados en la Rueda del Samsara. Para mantenerlos presos, en la línea del karma, para que nunca salieran y alimentaran cada vez más el karma. Entonces aprendan: «Las únicas cosas que puedo enviar a un hermano son Amor y Luz». Repitan esto siempre. Y así no lo olvidarán, no cometerán más el error de hacer peticiones, oraciones y promesas por el otro.
¡No lo hagan! Eso es dominación. ¿Lo entienden? Cuando insisten con una persona para que haga algo que ustedes quieren, eso es dominación. Es hacer valer su ego. ¿Cuántos padres empujan a sus hijos a hacer lo que no quieren, para satisfacer sus propios deseos? Eso es dominación.
Tú, padre, tú, madre, estás tratando de convertir a tu hijo en una marioneta, sin deseos ni voluntad, tratando de que sea lo que tú quieres. Eso es dominación. «Ah, pero yo no tengo esa intención». Pero esa es la verdad. Tu ego está hablando más alto y estás tratando de dominar a ese ser para que haga algo que no quiere.
Así que piensen, piensen bien cuántas veces han cometido esto. Pero es importante, a partir de ahora, la conciencia. Pidan perdón por todas las veces que han intentado imponer su camino a quienquiera que sea. Y así irán apaciguando ese karma negativo. Sí, hermanos míos, muchos de ustedes aún tienen mucho que aprender.
Mucho de lo que han aprendido no es correcto. Todo les ha llevado a enredarse cada vez más en el karma, en el peso, en el camino difícil. Entonces cambien. Pidan perdón a todos aquellos a quienes les han hecho esto. Y emanan mucho Amor y Luz. Eso es lo que pueden hacer. Nada más.
Pide siempre que el universo y la Luz te traigan lo mejor para tu camino. ¡Listo! Solo recibirás bendiciones. Aunque no sean las que te gustaría, no serán malos caminos. Serán caminos iluminados porque dejaste que la Luz guiara tu camino. Así que ten cuidado con lo que pides.
Muchas veces pasan por situaciones y se preguntan: «¿Por qué estoy pasando por esto?». Retrocedan en el tiempo y observen si en el pasado no pidieron pasar por eso. Solo que no tenían conciencia de que sería así. Idealizaron algo que en realidad no era; nada de lo que imaginaban.
Así que tened cuidado con lo que pedís. ¿Y la petición que habéis puesto hoy en la Esfera Azul? Ya está siendo analizada por el Yo Superior y por el universo. Ahora, esperad la respuesta. No hay nada más que hacer.
Para el Código de Luz de hoy, os dejo las siguientes frases:
«Entregaré mi camino a la Luz.
Entregaré mi camino a mi Yo Superior.
Acepto todo lo que la Luz me envíe.
Y acepto vivir solo dentro del camino que la Luz elija».
Después de estas frases, digan esta palabra:
¡Tatilômberum! ¡Tatilômberum! ¡Tatilômberum!
No tengan miedo, hermanos míos. Emanen Luz y Amor hacia sus caminos. Confíen en la Luz. Y con certeza, aunque ella traiga el resultado de su petición y que en realidad no sea tan bueno, al emanar Amor y Luz hacia su camino, eso vendrá suavemente, solo para un pequeño aprendizaje, nada pesado.
Por eso es importante iluminar el camino que tienen por delante, para que todo lo que llegue tenga la acción de la Luz.
Traducción: Regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
