¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY EL ARCÁNGEL GABRIEL!
Hoy traigo conmigo una jarra llena de agua. Esta jarra permanecerá en mis manos hasta el final de este mensaje. Al final, lo entenderán.
Vuestros cuerpos están cambiando. Sus estructuras se están modificando. Y con el paso del tiempo, veréis esos cambios. Pero es necesario que cada uno de ustedes cuide adecuadamente de su cuerpo.
Es necesario llevar una alimentación saludable. Pocos alimentos preparados, industrializados. Poco azúcar, pocas harinas blancas. Coman mucha fruta, legumbres, verduras. Estos alimentos aportan lo necesario a sus cuerpos. Eviten al máximo los suplementos. Si se alimentan bien, no hay necesidad de tomarlos.
Es necesario sentir que hay equilibrio. El equilibrio de tu cuerpo proviene de tu mente. Si tu mente está en equilibrio, comes lo necesario; comes adecuadamente. Las supuestas ganas que tenéis de vez en cuando de comer lo que no es bueno, principalmente dulces, se deben a que en ese momento hay un desequilibrio. Hay una necesidad de recompensa.
Y entonces pregunto: ¿Recompensa por qué? No eres un animal amaestrado que hace un movimiento para ganar una golosina. No estás amaestrado. Eres un ser humano. Entonces, ¿por qué darte una recompensa? Solo sé agradecido contigo mismo, por el esfuerzo, por haber logrado superar cualquier desafío. No necesitas recompensa. Pero si aun así quieres una recompensa, come algo saludable. No dulces.
Es necesario que aprendan a eliminar este vicio, el sabor dulce, de su organismo. Es una cuestión de control. Es una cuestión de hábito. Un niño al que no se le ha ofrecido nada con azúcar comerá de todo sin echar de menos lo dulce, porque no está acostumbrado. Ahora bien, aquellos que acostumbran a sus hijos al sabor dulce, serán adultos iguales a ustedes, dependientes de la recompensa.
No son animales amaestrados. Son seres humanos. Y, como tales, tienen fuerza de voluntad. Sepan hacer valer aquello en lo que creen. No caigan en las tentaciones, porque serán muchas. No caigan en ellas. Sean fuertes y valientes, y firmes en sus decisiones.
No se dejen llevar por los demás. Mientras todos eligen un postre delicioso, elijan una fruta. Les garantizo que, de todo el grupo, ustedes serán los que saldrán ganando. Muchos pensarán que eso sería ser diferente, maleducado. Y yo diría que eso sería ser consciente de lo que se come.
Entiéndanlo, no hay ninguna prohibición. Pueden comerlo de vez en cuando, pero no como muchos, que lo convierten en un hábito diario. Estos deben tomar medidas. El azúcar obstaculiza la evolución de sus cuerpos. Cuanto más azúcar ingieren, más se retrasa el paso a la forma cristalina.
Entonces, en lugar de hacerse de forma gradual y tranquila, llegará un momento en que vendrá de golpe. Y no será nada agradable. Estamos siendo muy sinceros y honestos. Escuchen y actúen, si quieren. Repito: no hay ninguna prohibición. Pero sepan hacer todo con equilibrio. Para que no sufran después.
Para el Código de Luz de hoy, dejo las siguientes frases:
Mi voluntad es soberana.
Mi deseo necesita evolucionar.
Soy capaz de elegir lo correcto,
y actuaré según mis decisiones,
para alcanzar mi evolución.
Después de estas frases, diga la siguiente palabra:
¡Caprocântilum! ¡Caprocântilum! ¡Caprocântilum!
¿Y qué hay del agua, en esa botella? Al terminar este mensaje, cada uno de ustedes tome un vaso y llénelo de agua. Y yo pondré un poco de mi agua sobre la suya. Bébalo inmediatamente, y verán y sentirán la diferencia en su cuerpo.
Traducción: Regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza


 
															
 
															 
								