¡Queridos hijos de mi vientre! ¡YO SOY GAIA!
Muchas acciones se están llevando a cabo. Muchas conciencias están siendo activadas. El tiempo está maduro para esto. Porque cuando os dais cuenta de todo el mal, de todo el desequilibrio, de todas las malas acciones hechas contra mí, empezáis a actuar.
No hay juicio, hay realización.
Hoy, vuestras conciencias están cambiando. Parece que me miráis con más amor, con más responsabilidad. Este es el camino. El camino de vuestra evolución pasa por la toma de conciencia del entorno; por la toma de conciencia del entorno en el que vivís; por la toma de conciencia de lo que consumís y desecháis.
Todo es muy superfluo. Todo es desechable. Para la gran mayoría, no hay preocupación alguna. La gran mayoría de este planeta piensa que soy un trozo de roca, lleno de agua; y que les doy qué comer, qué beber y el aire que respiran. Eso es todo. Y que soy muy grande. Así que está bien, lo que haces para provocar el desequilibrio. Sigo siendo grande.
Así que te será muy difícil perderlo todo, no tener qué comer, o no poder respirar. Eso es un error.
Muchos llevan mucho tiempo pasando hambre. Muchos no pueden respirar por el humo de los incendios. Muchos no tienen agua para beber a causa de la sequía provocada por el desequilibrio. ¿Hasta cuándo pensará la mayoría que puede hacer lo que quiera sin consecuencias? ¿Cuándo se dará cuenta la mayoría de que no soy infinito? Es más, todo el mundo está dentro de una gran burbuja. Y todo lo que se hace aquí repercute en todo el planeta.
Creo que este es el mayor malentendido de la población humana. No darse cuenta de que cada acción que realizamos reverbera en el Todo; alimenta el desequilibrio del Todo. Por desgracia, muchos ya están sintiendo profundamente las heridas de mi desequilibrio. Y muchos más lo harán. Porque las reacciones continúan.
Haz una comparación. Cuando estás en equilibrio, centrado, tranquilo, la enfermedad está lejos. Pero basta que te desequilibres para que aparezcan todo tipo de problemas físicos. ¿Y por qué ocurre esto? Exactamente por el desequilibrio.
Tu cuerpo es una armonía perfecta. Pero si algo se desequilibra, esa armonía desaparece y todo se desequilibra. Todo empieza a funcionar de forma desorganizada, abriendo la puerta a las enfermedades. Sobre todo las internas. Los desequilibrios mentales, la ansiedad, los problemas cardíacos, el cáncer, los problemas óseos… todos proceden de este desequilibrio.
¿Se puede frenar? Yo diría que hasta cierto punto, sí. Pero efectivamente, una vez que se produce el desequilibrio, tienes que tomar medicación, que yo diría que ayuda hasta cierto punto, pero que trae más desequilibrios. Así que difícilmente volveréis a ser los seres sanos y equilibrados que erais antes. Hay que trabajar mucho, equilibrar, cambiar de hábitos, cambiar de vida, para que vuelva el equilibrio, para que el cuerpo vuelva a estar en armonía. Y con el tiempo, armonizar todo el cuerpo. Todas sus funciones.
Pero mira tu tamaño. Quédate con esta imagen. Ahora vuelve a mí todo lo que he dicho. Estoy desequilibrado. Nada en mi cuerpo está en equilibrio. Estoy tan enfermo como la mayoría de ustedes. Hoy prácticamente no hay medicinas para mí. Así que las enfermedades siguen actuando, siguen manifestándose. Y lo que es peor, se alimentan cada día.
Así que mi cuerpo reacciona como sabe: intensamente. Causando estragos. Porque todo en mí es grande. Todo en mí es poderoso debido a mi tamaño. Así que no veas los acontecimientos como mi castigo. Como ira, como venganza. Mi cuerpo duele. Duele por el desequilibrio. Y duele por lo que te pasa a ti.
Amo a cada niño de este planeta. Cada ser que pisa mi piel es un pedazo de mí. Y quiero a cada uno. Pero, por des fortunio, tengo niños muy traviesos, tengo niños malos, que no me quieren; que me intimidan, me atacan, por broma, por arrogancia o simplemente por despecho. Así que esa es la causa de mi desequilibrio. Y al igual que vuestros cuerpos, recuperar el equilibrio no será fácil. Porque las enfermedades siguen carcomiéndome.
Tú alimentas mis enfermedades. ¿Cómo puedo curarme? Tienes que hacer mucho para que se produzca esta curación Las conciencias tienen que abrirse. Los corazones tienen que verme como un ser vivo que necesita ayuda urgentemente. Porque estás alimentando tu futuro; un futuro cada vez más peligroso y desastroso. Porque mi desequilibrio no hace más que crecer.
Haces poco o nada para reducirlo. No me mires como un ser vengativo, como alguien que no tiene corazón. Lo tengo, y sufro demasiado. Por cada ignorancia medioambiental que existe en este planeta; por cada persona a la que le importa un bledo lo que me está pasando. Hay que actuar. Hay que actuar. Yo diría directamente que no por mí, porque ya llegará el momento en que vuelva a ser bella y limpia. Puede que tú no lo creas, pero yo sí. ¿Pero a qué precio para ti?
Volveré a ser bella y limpia en la Quinta Dimensión. ¿Y qué precio tendrás que pagar para que esto suceda? ¿Qué precio? Que todos se den cuenta de que sus acciones no son en vano. Que todos aporten sus ideas, por pequeñas que sean. Pero tú ya estarás provocando un cambio.
No, no pienses que eres pequeño, no pienses que eres invisible, porque no lo eres. Todo el que pisa mi cuerpo está conectado a mí. Lo sé. Así que todo lo que haces por mí, yo lo siento. Y es un equilibrio mutuo. Ambos tratamos de equilibrarnos, todo el tiempo.
Así que tomémonos de las manos. Hagámoslo juntos. Tú me ayudas y yo te ayudo. Porque estamos conectados, siempre. Conéctate conmigo cada día y te ayudaré a equilibrarte. Y tu gratitud será hacer todo lo que puedas por mí. Esa pequeña gota de amor, esa pequeña acción tuya, ya valdrá la pena.
Unámonos. De hecho, convirtámonos en uno. Yo te ayudaré y tú me ayudarás. Y juntos, con mucho amor, alcanzaremos el equilibrio.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza