¡Queridos hermanos del planeta tierra! ¡Soy HILARION!
Es con mucha alegría que vengo a participar una vez más en la jornada del Perdón. El Rayo Verde es el rayo de la sanación, es el rayo del equilibrio. En este viaje que están haciendo, muchas energías están siendo limpiadas de sus almas y, en consecuencia, reverberan en sus propios cuerpos físicos. El Rayo Verde es el rayo que reequilibra cada punto, que trae energía primordial a cada célula.
Cada momento vivido, en el que practican algo contrario a la luz o algo que fue practicado contra ustedes, el almacenamiento de este momento, esta energía, sucedió en el cuerpo, en ese momento, en esa encarnación. Pero también se marca en el alma. Las almas viejas son almas extremadamente deformadas. ¿Por qué deformadas? Porque apenas llegamos a ver el alma brillante y limpia tal como fue creada.
Son tantos los obstáculos, los bloqueos que se han ido acumulando a lo largo del tiempo, que el alma en realidad pierde su forma y pierde su esencia. Es como si tuvieran un muñeco, un muñeco con la que juegan sus hijos, y crean varias bolas de arcilla y las pegan alrededor de esta muñeca. Llegará un momento en el que este muñeco ya no aparecerá, solo aparecerá una bola de arcilla sin forma y totalmente extraña.
Entonces traigan esa imagen a sus almas. La gran mayoría son almas que han perdido su identidad, han perdido su forma original, porque son tantos momentos, tantos bloqueos, tantas energías negativas que llevan, que ya no podemos ver la esencia de la propia alma. Así que esta es otra pieza de este trabajo.
Cada energía de perdón o disculpa sobre la que actuamos, ese lugar donde se almacenó esa energía se limpia. Así que imaginen que no está siendo fácil para nosotros ni para sus almas librarse de todo este proceso. Porque han sido muchos años, muchas eras, algunos incluso miles de años, en los que esto ha quedado arraigado, pegado, petrificado. Limpiar la energía es precisamente quitar ese peso del alma, para que no lo cargue más y se vuelva poco a poco más liviana y limpia.
Ahora volvamos a ese muñeco: si ustedes, después de un tiempo, cuando la arcilla se haya endurecido, intentan limpiar este muñeco… no con agua, porque sería fácil, sino tomando pedazos de esa arcilla, corren el riesgo de romper al muñeco. Porque la arcilla está tan incrustada en él, que cuando tiran de la pieza, sale también un trozo de la muñeca.
Entonces la acción del Rayo Verde es regenerar ese punto del alma. La regeneración hay que hacerla, no basta simplemente con ir allí a quitar la energía y listo. No, ese punto debe ser restablecido, para que el alma empiece a encontrar su propio equilibrio y su propia belleza original. La acción del Rayo Verde en cada uno de ustedes, en este momento, en cada vuelta, fue y será esta regeneración en el ámbito de sus almas; y por qué no decirlo, a nivel físico también. Porque muchos sentimientos que vivieron sus almas se reflejan hoy en su cuerpo físico.
Muchas cosas que sienten, que tienen hábitos, no vienen de esta vida, vienen de sus almas. Y tal desequilibrio necesita ser corregido también en el cuerpo físico. De nada sirve limpiar el alma y enfermar el cuerpo físico. Así que este es el papel del Rayo Verde, es traer equilibrio a cada célula, traer limpieza a cada ADN en sus cuerpos, para que ya no repercuta en las próximas células que nacerán. Sus células se regeneran constantemente y se crean nuevas células, pero si no cambiamos el ADN original, seguirán llegando nuevas células con el mismo desequilibrio.
Entonces este es el trabajo del Rayo Verde. Claro que sí, también limpiaremos almas, obviamente, la jornada es para eso, la actuación del Rayo Verde tiene ese objetivo. Entonces perciban que el proceso es lento, cada pedacito que tomamos de sus almas, corresponde a una persona o a muchas personas que lo provocaron o lo provocaste tú; tú, tu alma. Pero no se desanimen, el trabajo se está haciendo con mucha voluntad y hemos logrado limpiar muchas cosas de sus almas.
Volviendo a esa imagen del muñeco, estamos en la parte más externa y muchos ya están viendo escenas que no son tan bonitas. La gran mayoría solo ven a la gente, no pueden saber exactamente lo que hizo o hicieron. Pero algunos ven las escenas y no son escenas fáciles. Y vuelvo a repetir: todavía estamos en el exterior del alma, en la capa más externa. Porque esas capas internas serán mucho más difíciles de disolver. Pero este es nuestro propósito, y depende de ustedes permitirlo. ¿Y cómo lo permiten? Haciendo la jornada del Perdón.
Con cada vuelta profundizaremos más y más en la limpieza. Así que estamos en la tercera ronda; podemos decir que estamos en la tercera capa, de afuera hacia adentro. Y cuanto más profunda es esta capa, más petrificada está, más arraigada en el alma. Pero vayamos despacio, ya hemos despejado con éxito las capas más externas. Esta tercera también es una buena capa. Diría que hasta la quinta capa no sentirán tanto, podrán seguir como hasta ahora. Ahora las últimas vueltas serán muy difíciles. Pero no es para tener miedo, al contrario, se sentirán cada vez más fuertes, porque todo el poder de sus almas está volviendo, porque se están sintiendo vivas, vivas de nuevo, tal como fueron creadas.
Toda esta experiencia, todos esos momentos negativos se están yendo. Y no querrán dejarlo a la mitad. Estoy seguro de que llegarán hasta el final y esto será de suma importancia para aquellos que pretendan ascender junto con Gaia. Yo estoy aquí, siempre, sanando a cada uno de ustedes. No olviden el cristal verde que les di en la otra jornada. Siempre que sea necesario, colóquenlo entre sus manos y pidan equilibrio y sanación. Ahora, junto con eso, necesitan hacer su parte.
Como ejemplo: De nada sirve que me pidas que te cure de una adicción si sigues viviendo esa adicción. Así que haré mi parte y tú harás la tuya, y juntos obtendremos tu sanidad. Entonces estén preparados para una limpieza más, una pieza más de esta tercera capa que desaparece. Y créanme, cada vez se sentirán más y más ligeros, y sobre todo más confiados.