¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡YO SOY HILARION!
Cada momento, cada día, no importa la unidad de tiempo, cada uno de ustedes está siguiendo un camino. Muchos hacia la Luz. Muchos alejándose de ella. Y muchos parados, esperando que ocurra un milagro que los haga caminar.
A menudo, la inercia, el estancamiento, la falta de ganas de hacer algo por ustedes mismos es constante en sus vidas. El cansancio de tanta lucha; de tantos intentos infructuosos; de tantos caminos que no han llevado a ninguna parte; han hecho que muchos de ustedes estén desanimados, sin ganas de luchar por nada.
Y muchos de ustedes están así. Sentados, simplemente sentados. Ni siquiera avanzan, hacia la Luz, ni retroceden hacia las sombras. Se quedan quietos. Esperando no saben qué. Yo diría que en el fondo sabéis a qué esperáis. Muchos de ustedes esperan que alguien pase, les mire y les tienda la mano. Y esta mano confiada será capaz de levantarlos a cada uno y ayudarlos a avanzar, como una fuerza extra. Alguien en quien de repente has llegado a confiar.
Muchos de ustedes quieren un poco más, quieren que alguien pase, los suba a este coche y conduzca rápidamente hacia la Luz. Otros pensáis que habrá un milagro; que de repente, aunque llevéis mucho tiempo ahí sentados, apareceréis ahí delante, casi a las puertas de la Quinta Dimensión, sin tener que hacer nada.
Es interesante ver cómo muchos de ustedes se vuelven complacientes y piensan que los milagros ocurrirán. No estoy diciendo que los milagros no ocurran. Los milagros no son más que la respuesta a lo que creas con intensidad. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta ese punto. ¿Qué estás creando, qué has creado alguna vez?
Así que, para que el milagro ocurra realmente, tiene que haber una base para ello, tiene que haber algo que realmente lo cree. Así, muchos de ustedes, en esta complacencia, se enferman, se debilitan, se desaniman, sin siquiera ganas de vivir. ¿Y eso por qué? Porque la inercia lo provoca. Hace que tus células se asienten. Hace que tu cuerpo como un todo se asiente. Y entonces, como la energía no circula, aparecen las enfermedades. Y te vuelves más y más cansado, más y más debilitado.
Mis hermanos y hermanas, el camino hacia la Luz no es simplemente levantarse y dar un paso cada día. El camino hacia la Luz es mucho más que eso. Es un cambio completo en todo. En la forma de pensar, en la forma de sentir, en la forma de hablar, en la forma de comer, en la forma de relacionarse con los demás, en la forma de aceptar las opiniones de los demás, en la forma de mirar a los demás. Podría dar miles de ejemplos.
Caminar hacia la Luz es transformarse. Es crear un nuevo ser. Una nueva perspectiva. Ser alguien diferente. No puedes ser un ser de Quinta Dimensión y quedarte atascado en tantos conceptos y tantas cosas que existen en este mundo hoy en día. No se puede. Son incompatibles. El camino hacia la Quinta Dimensión es un camino de soltar, dejar, largar. No solo lo que te hace daño. Soltar sentimientos, soltar malos recuerdos, soltar a quienes no merecen estar en tu camino, soltar cosas que…, ¿para qué guardarlas? Es soltar, es dejar ir, es transformarte en un ser totalmente diferente.
Buscas una cura, una cura para tus enfermedades, una cura para tus problemas físicos, pero ¿qué haces para mejorarlos? Porque cada problema físico no es más que una respuesta a tus actitudes, a tus pensamientos, a tus palabras, a tu forma de actuar y de pensar. Entonces, ¿qué estás haciendo para curarte? ¿Estás cambiando tus pensamientos, estás cambiando tu forma de ver la vida, estás cambiando tu forma de vivir? Muchos no lo hacen, quieren milagros. Quieren que haya una píldora que puedan tomar y curarse inmediatamente, y que no sea necesario ningún cambio.
Por desventura, voy a decirte que esto no existe. El cambio siempre tendrá que venir de dentro, del corazón. La mente tendrá que ordenar este cambio, pero es el corazón el que realmente hace que suceda. ¿Y por qué? Porque es el corazón el que emana el sentimiento más puro, que es el amor. Así que cuando haces un cambio con amor, entonces realmente trae resultados. Cambiar por cambiar, sin sentimiento, sin amor, no conduce a nada. Es un error.
Cambiar, sí. Busca tu cambio, pero tiene que ser hecho con amor, tiene que ser hecho desde dentro. Y tiene que ser un cambio fuerte, tiene que ser un cambio eterno, no momentáneo, no para ese momento. El camino, hermanos míos, no es fácil. Nunca dijimos que lo sería. Pero podéis hacerlo. Muchos están haciendo el camino, muchos están cambiando, muchos se están dando cuenta de lo que hay que hacer.
Estamos aquí, a solo un pensamiento de distancia. Pídanos ayuda. Y sin duda estaremos ahí, lado a lado, mostrándote cómo hacerlo, cómo cambiar. Ahora bien, necesitas un factor muy importante: confianza; la certeza de que estamos ahí para ayudarte en todo momento. Esta es la confianza que hace posible el cambio. Porque este es nuestro papel, ayudar a cada uno de ustedes en este proceso. Y nos alegramos mucho cuando cada uno de ustedes tiene éxito.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza