¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡YO SOY HILARION!
Traigo conmigo una bola de luz verde, lo suficientemente grande para que podáis entrar en ella. Así que, ahora mismo, la dejo ahí, a vuestro lado. Puede ser cualquier lado: derecha, izquierda, delante, detrás. No importa. Se quedará ahí. Y te diría que puedes entrar en esta bola tantas veces como quieras, porque la estaré alimentando con la energía de la curación, del equilibrio. Sanando tus células, sanando tu cuerpo; este cuerpo físico que está siendo tan bombardeado con Luz y está cambiando tanto.
Este cuerpo necesita ser cuidado. Necesitan prestar atención a sus cuerpos en este momento. No lo ven, no lo sienten todavía, pero sus cuerpos están cambiando. Vuestras células están muriendo para nacer en otra estructura. Todo esto provoca algunos desequilibrios: cansancio, debilidad, dolores de cabeza, dolores corporales; en las partes más sensibles de vuestros cuerpos.
Experimentarás muchos síntomas, cada uno a su manera. Y no pienses que te estás poniendo enfermo. Sobre todo, antes de irte a dormir, pon la pelota en la cama… Sí, es una pelota grande y maleable. No es dura. Adopta la forma de tu cuerpo. Así que pon la pelota en la cama. Métete en ella y túmbate. Pasa la noche dentro de ella.
Es un momento muy interesante para que yo actúe; para que mi Rayo Verde actúe y traiga el equilibrio; limpien sus cuerpos. Por la mañana, saca la bola y déjala al lado de tu cama. Un buen lugar, para que no se pierda en el mundo, no quiera rodar. Déjala al lado de la cama. Pero si durante el día tienes la oportunidad de entrar y quedarte allí un rato, hazlo. «Ah, pero es que se me ha olvidado bajarme y he salido de casa, me he ido a trabajar». No, ella no irá contigo. Desde luego que no. Ella siempre se quedará en tu casa. Me la llevaré lejos de ti. Y se quedará junto a tu cama.
Así que, hermanos míos, hagan este pequeño ejercicio. No es difícil. Es fácil. Y será bueno para cada uno de ustedes comenzar a notar los cambios en sus cuerpos. Beban mucha agua. Comed mucha fruta líquida. No es hacer zumo. Es comer la fruta. ¿Y por qué no es zumo? Porque cuando tomas fruta y la haces zumo, has desintegrado la energía de la fruta. La has convertido en un millón de pedacitos. Por supuesto que es bueno; es obvio. Pero la fruta natural, con su energía vital, es mucho mejor.
Algunas frutas hay que cortarlas. Pero que sean los menos cortes posibles. Intenta comerlas casi tal y como vienen de la naturaleza. Quítales la piel, si es necesario, e intenta cortar lo menos posible. Corta trozos grandes para no cortar la energía de la fruta. Es como si transformaras algo muy poderoso en pequeños trozos que son solo un poco diferentes.
Intenta comer la fruta lo más entera posible. Sobre todo fruta líquida, fruta que tenga zumo. Este líquido es extremadamente importante en este momento. Ahora te digo, no te excedas. No te comas una caja o una docena. Come dentro de tus límites, una a la vez. Y varía las frutas. Hay muchas frutas que producen zumo. Alterna entre ellas. Se trata sobre todo de cítricos que ayudan a la sangre de tu cuerpo. Tienes muchos ejemplos de ello. No es que no puedas comer otras frutas, puedes y debes, cualquier fruta. Pero come siempre una que tenga zumo, que produzca zumo durante el día. Haz un par, una con zumo, otra sin.
Entonces mucha gente me dirá: «Pero yo no puedo permitirme fruta». Entonces bebe agua. Mucha agua. Y siempre que sea posible, compra fruta. Yo diría que en este punto ya has hecho un decreto. Tienes la terrible costumbre de decretar que no puedes, que no puedes, que no tienes acceso. Donde deberías decir: «Maestro Hilarión, ayúdame a conseguir mi fruto diario». Ciertamente te ayudaría. Pero ya has dicho que no. Ya has dicho que no puedes. Así que tu decreto está hecho.
Así que, hermanos míos, hacedlo; no olvidéis la burbuja, no olvidéis la fruta. Y comed lo más sano posible. Intentad evitar tantos alimentos procesados, tantos alimentos con tantos conservantes. Come cosas naturales, usa especias naturales, nada precocinado. Haz tus propias especias con cosas de la naturaleza, con las hojas de Gaia. Evita los alimentos procesados.
Si comes, hazlo una vez a la semana, dos como mucho. Aprende a comer sano. Verduras, frutas, legumbres. Evita la carne; toda, en la medida de lo posible. Entiendo que muchos de ustedes estáis enfermando por falta de nutrientes, pero yo os digo que es porque no sabéis elegir lo que vais a comer. Porque Gaia os trajo todos los alimentos adecuados, para que no os faltara de nada. Pero necesitas equilibrio. Necesitas saber comer.
Así que cuenta con mi ayuda. Pídeme ayuda y te enseñaré a comer correctamente. ¿Cómo lo haré? No importa. Solo cree y verás los resultados.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza