¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY HILARION!
Como os venimos diciendo desde hace tiempo, vais a pasar una época difícil. La cosecha no es fácil, y todo esto está afectando profundamente sus cuerpos. Pensáis que se trata de pequeñas partículas que no hacen ningún daño, pero no es así.
Os diría a cada uno de ustedes que este es un momento muy serio en su camino. Es un momento en el que tenéis que prestar atención a sus cuerpos para no enfermar. Bebed mucha agua. A algunos de ustedes no les gusta beber agua; les resulta muy difícil; y yo diría que esto les está haciendo mucho daño.
Bebe mucha agua. Porque toda esa suciedad que estás respirando está circulando por tu cuerpo; y el agua tiene el poder de limpiar todo lo que no es bueno que está circulando por tu sangre. Así que es importante que bebas mucha agua.
Bebe zumos de fruta naturales. No zumos artificiales. Son zumos de fruta, recién hechos o lo más frescos posible. Acostúmbrate a ello. Si no te gusta beber zumo, cómete la fruta; fruta que tenga líquido; cítricos, sobre todo limón. Pon limón en el agua que bebas. No mucha. 1 litro de agua, medio limón, es lo ideal. No es imposible de beber. Es refrescante y fácil de beber. El limón es muy limpiador.
Hermanos míos, no juguéis con la salud de sus cuerpos. Tenéis que manteneros limpios para no enfermar, para que el cuerpo se mantenga en equilibrio. El equilibrio mental es importante, muy importante. Así que intentad hacer cosas que os complazcan. Buscad momentos; que sean momentos pequeños, pero que sean intensos.
Ten momentos intensos de alegría. Intenta no escuchar malas noticias; si te sacuden. ¿Qué sentido tiene estremecerse? Sí tenéis que hacer algo, que es cuidar de sí mismos y, en la medida de lo posible, cuidar de Gaia. Ese es el papel. No se trata de sufrir por Gaia. Igual que decimos que no sufráis por los demás, no sufráis por Gaia. Tu papel es ayudar, no sufrir por ella.
Así que traten de mantener sus cuerpos en equilibrio. Intentad ser felices en la medida de lo posible. Cuando te des cuenta de que la tristeza o el dolor se apoderan de tu mente, mira a la naturaleza. Mira una flor. Ten flores en casa. No necesitas muchas. Una sola flor, pero una que puedas dedicar unos minutos a observar, a mirar, a ver la belleza de cada trocito. Esto traerá equilibrio y Alegría a tu corazón.
Una flor no es sólo una flor. Es un ser vivo que emana energía. Tiene elementales que la cuidan. Cuando te paras a mirar una flor, ella te devuelve el amor que tú le das a la flor. Ah, hermanos míos, si supieras cuánto tiempo perdéis, tantas cosas que podríais hacer para estar siempre elevados.
Juega con tus animales. Juega con tus niños. Aléjalos de sus aparatos. Los aparatos no son para los niños. Estás inundando a tus hijos de mala energía. Dedica tiempo a tus hijos. ¿Qué serán cuando sean adultos? Totalmente dependientes de los aparatos. Y entonces querrá que cambien, y usted no podrá.
Juega con tus hijos. No sólo es bueno para ellos, sino también para ti. ¿No quieres jugar, estás cansado? Ve a dar un paseo. Lleve a su hijo a dar un paseo. Enséñale la naturaleza. Enséñale los árboles, enséñale los pájaros, enséñale las flores. Será un momento muy importante de interacción, aprendizaje y, sobre todo, de elevación.
Podéis hacer muchas cosas sencillas y elevaros. Pero no encontráis el tiempo. Empezad a encontrar el tiempo. Es el factor más importante ahora mismo. Os diré algo: a menudo decís que no tenéis tiempo para nada. Pues empieza a repetir que tienes todo el tiempo del mundo. No digas que no tienes tiempo; di lo contrario, que tienes todo el tiempo del mundo; que tienes tiempo para hacer todo lo que quieras; que tienes tiempo para divertirte; que tienes tiempo para ser feliz; que tienes tiempo para pasear; que tienes tiempo para hablar.
Cambia las palabras. Y verás cómo la vida se ralentiza. La vida será más tranquila. Y tendrás tiempo para ti, para leer un libro, para sumergirte en esa historia, para vivir cada personaje. Dale tiempo a tu cuerpo para que se relaje del trabajo del día. Y cuando llegues a casa, deja todas tus preocupaciones e inquietudes fuera. Deben estar en el trabajo, no en casa.
Tu casa tiene que ver con otras cosas, con otras ideas. Tu casa tiene que ser alegría, compañía y juego. Ah, pero eres adulto, ¿no tienes niños cerca? ¿Nunca has sido niño? Compra juguetes para niños y juega. No, no te volverás loco. Sólo estás saliendo de este prototipo que se ha creado, que cuando te haces mayor, te vuelves duro; ya no puedes jugar.
Es un error. Juega. Salta a la comba. Juega a la pelota. Cosas de niños. Júntense en casa y jueguen. ¿Juegos tontos? Cuanto más tontos, mejor, porque te ríes más. No juegues a cosas serias. El objetivo es reírse, divertirse, pensar que es gracioso; imitar a los demás, hacer mímica. Crea juegos. Hay miles de ellos. Llevad la alegría a sus hogares. Recordad siempre: sus casas son suyas. Y si convertís esta fortaleza en un infierno, ¿qué estáis atrayendo?
El infierno está al otro lado de la puerta. La fortaleza tiene que ser todo alegría, todo luz. Volved a ser niños. Y veréis cuánto mejorará su vida.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho