¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOMOS LOS INTRATERRENOS!
Hemos estado reunidos todo el tiempo, emanando Amor y Luz desde el centro de la Tierra hacia afuera. La superficie en este momento está siendo bañada por la Luz que llega y por la Luz que emanamos, quedando completamente llena de Luz.
Ya no hay forma de ocultar nada. Las sombras se están desvaneciendo. Los procesos están en marcha, todos ellos sucediendo dentro de lo esperado. Pero para cada uno de ustedes solo hay un camino: mirarse a sí mismos. Olvidar lo que sucede afuera. Olvidar las cosas que les atraen, pero que no traen ningún resultado, no traen ningún beneficio, solo distraen, los desvían del camino.
Entonces, el momento actual es mirar dentro de ti mismo. Es hacer un análisis de tu vida. Levantar todos los puntos que te gustaría cambiar. Hacer un análisis profundo; sin juicios, sin culpa, sin exigirte demasiado. Solo ser consciente de cada punto en el que aún es necesario cambiar; tomar decisiones; romper las cadenas.
Aún queda mucho por hacer, para muchos de ustedes. Aún hay mucho apego. Aún hay mucha posesión. Es necesario tratar esto con intensidad, con profundidad, para que no cosechen sufrimiento. La comprensión, la conciencia, la sabiduría sobre cada punto, es imprescindible. Es importante que no conviertan nada en un martirio, en un pozo de dolor, solo para llamar la atención de ustedes mismos o de otros.
Sufrir no hace evolucionar a nadie. Ser un mártir no es una elección. Y cuando ocurre, ¿qué beneficio ha aportado? Por lo tanto, aprendan a mirar dentro de ustedes mismos, pero con mucho amor. No sirve de nada juzgarse a sí mismos. «Ah, debería haber hecho esto», «Ah, debería haber actuado así», «Ah, debería haber…», «Ah, debería haber…».
No importa lo que debieras haber hecho. Lo que importa es lo que harás hoy. Lo que importa es lo que harás hoy para tu evolución. Lo que importa es lo que harás hoy para aumentar tu coeficiente de Luz. No te aferres al pasado.
Cada energía que retienen, el pasado está ahí, junto a ustedes. Suelten, liberen, olviden. ¿Por qué seguir recordando? El dolor ya fue sembrado. Cuanto más se aferren, mayor será la cosecha, de más dolor. Entonces, liberen. Liberen esa energía. Para que no florezca y la cosecha sea pequeña.
Tengan por seguro, hermanos míos, que el aprendizaje aún es largo. Pero son las pequeñas cosas las que les hacen cambiar de rumbo. Son las pequeñas cosas las que les hacen evolucionar, ya que dejan de repetir cada una de ellas, haciendo que el camino que tienen por delante sea cada vez más luminoso.
Ábranse para recibir la Luz. La Luz está ahí, disponible para todos. Dejen que actúe en sus mentes, en sus cuerpos, exponiendo las sombras. Y para que la Luz actúe y ustedes vean las sombras, es necesario entregarse al flujo. Solo hay que existir y dejar que la Luz haga el resto. Y mirar cada sombra que aparezca con una mirada de Amor.
Es como si, ante cada sombra, encendieras una lámpara y la miraras con mucha atención. Verás lo pequeña que es. Solo parecía enorme. Y al ser tan pequeña, tendrás el valor de actuar sobre ella; de encontrar los medios para eliminarla, con mucho Amor. Siempre.
Entonces, déjense iluminar. Déjense conocer las sombras. No huyan de ellas. Están ahí. Son suyas. Solo usted puede destruirlas. Entonces, ¿por qué temerlas? Son suyas. Por lo tanto, el único que tiene la fuerza y el poder para destruirlas es usted mismo. Solo tiene que quererlo.
Para el Código de Luz de hoy, dejo las siguientes frases:
“He sembrado mucho dolor.
Yo sembré sufrimiento.
Pero hoy, con toda la conciencia que tengo,
tengo la fuerza y la capacidad para lidiar con cada uno de ellos.
Después de estas frases, diga la siguiente palabra:
¡Kaprilúntum! ¡Kaprilúntum! ¡Kaprilúntum!
Hermanos míos, el poder está en ustedes. No pongan en otros la solución a sus problemas. No pongan en nosotros la solución a sus problemas. Los problemas son suyos, creados por ustedes. Son ustedes quienes tienen que resolverlos. Podemos ayudarles, sin duda alguna. Pero es necesario que usted haga su parte.
Traducción: Regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
