¡Queridos hermanos y hermanas de este hermoso planeta! YO SOY ANIMANI, ¡un Hermano Solar!
Vengo hoy aquí una vez más para traer conmigo las energías de este nuevo tiempo, las energías de este nuevo ciclo para este planeta. Miles de seres, del mismo origen que el mío, se dirigen a este planeta en este momento para servir como los pilares que llevan la red del planeta Tierra. Trabajaremos todos juntos, un trabajo de puro amor y mucha, mucha alegría. Este tipo de trabajo trae alegría no solo a nosotros, sino a todo el universo. Cuando el planeta emprende un camino evolutivo, un camino ascensional, es motivo de gran alegría y de gran vibración en el universo.
Cada ser de luz, cada ser evolucionado, recibe esta pequeña llamada, como si dijera: “Centrad vuestra atención en este pequeño planeta azul, y enviad todo vuestro amor y vuestra vibración a la gente de este planeta”. Y esta petición ya ha resonado a través del universo, y cada ser de Luz que la ha recibido (o que aún la está recibiendo) está haciendo su parte, enviando su amor incondicional y toda su vibración. Y todo esto está reverberando a través de todas las líneas del universo y llegando a vuestro planeta.
¡Ha llegado el momento, hermanos y hermanas de este hermoso planeta! Ha llegado el momento de la liberación total, ha llegado el momento de la liberación de todos los bloqueos, de todos los velos del olvido, de todo lo que os ha mantenido dominados o apartados de todo el proceso del universo. Cada uno de ustedes recibirá este nuevo ciclo de manera diferente. Cada uno de ustedes, dentro de su camino, dentro de su punto evolutivo, recibirá lo que es proporcional a su momento del alma, y cada uno de ustedes, como si lo supiera desde hace mucho tiempo, hará lo que debe hacerse.
Nadie necesitará deciros nada; nadie necesitará enseñaros nada, porque vuestras almas ya saben exactamente qué hacer. Cada alma encarnada en este planeta, en este momento, ha sido plenamente orientada sobre qué hacer y cómo hacerlo, en el momento adecuado. Así que no hay desesperación, no hay ansiedad, solo hay gratitud. Este es el sentimiento que cada alma de este planeta debería emanar: ¡Gratitud! Gratitud por formar parte de ella, gratitud por ser un elemento importante en semejante transformación.
Hoy, este planeta azul tiene miles de millones de habitantes, todos conocidos. Cada uno está siendo acompañado en este momento y cada uno seguirá el camino determinado por Dios Padre/Madre. No importa qué ser os esté acompañando; puede ser un ángel, puede ser un hermano galáctico, puede ser un dragón, puede ser un punto de Luz, no importa. Cada uno de ustedes está debidamente acompañado por el ser que es compatible con vuestra escala de evolución, y dependerá de este ser acompañaros a cada uno en el camino correcto a seguir. Por lo tanto, no hay nada que temer, nada que aterrorizar. Solo hay confianza, solo hay entrega, y veréis cómo todo sucederá, como por arte de magia, sin que necesitéis emprender ninguna acción, ni buscar ninguna información de nadie ni de ninguna parte.
Venimos a cumplir nuestra misión. Somos el fruto del Gran Sol Central y es él, su fuerza, el que traerá la evolución a este planeta. Muy pronto, todos estaremos atracados aquí, y estaremos debidamente anclados en los puntos estratégicos del planeta para «El Gran Día». Todo está sucediendo muy rápidamente. Así que ahora es el momento de dejar ir las cosas sin sentido, las cosas que no te aportan nada. Ahora es el momento de mirar hacia dentro y experimentar todo lo que enriquece tu alma, tu camino.
Olvida la futilidad, olvida todo lo que has aprendido y que ahora sabes que no vale la pena vivir bajo estas ilusiones. Aléjate lo más posible de cualquier energía que pueda empañar lo que estás recibiendo. Así que, como un pequeño ejercicio, y que es totalmente factible y fácil para todos, haz lo siguiente: No hace falta que mires al Sol; haz un dibujo, como cuando eres niño, cuando toda la magia del mundo te atrae y te gusta dibujar el Sol. Luego dibújalo en una hoja de papel (no cojas nada ya hecho, dibújalo en una hoja de papel). Dibuja un sol enorme que ocupe toda la hoja. Después de dibujar este sol, coloréalo de un amarillo muy fuerte, el amarillo más bonito que encuentres. Este sol no será dorado, será amarillo.
Después de pintar este sol, haz un pequeño dibujo de ti mismo en el centro. No importa cómo sea este dibujo, lo que importa es que digas: «Este pequeño ser que he puesto aquí me representa». Después de decir estas palabras, coge esta hoja de papel y colócala, si es posible, sobre el cristal de una ventana para que la luz del día (y quizás incluso la propia luz del Sol) pueda llegar hasta el dibujo. Y déjalo ahí todo el tiempo que quieras. No pasa nada si otras personas tocan tu dibujo, porque ese estar ahí te representa, nada cambiará eso.
Así que siente este gran Sol envolviéndote, no solo con calor. No veas el calor en este Sol, este Sol es la Luz, es la vibración, es todo lo que necesitas para tu evolución en este momento. Hazlo con mucha calma, sin desesperarte, sin intentar complicar algo tan simple. Vuelve a ser un niño y simplemente dibuja un gran sol y colócate justo en el centro, muy pequeño. Y sentiréis toda la Luz que este Sol os dará a cada uno de ustedes. Dibuja lo que quieras, cada uno a su manera, cada uno creando su propio Sol. Pero que sea muy amarillo, un amarillo tan vibrante que solo con mirar este sencillo dibujo, seréis capaces de viajar a través de las dimensiones.
Traducción: Kely Neri
Revisión:Regiani M. Bugalho