¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY LANTO!

Traigo un gran Rayo Dorado y os envuelvo a cada uno de ustedes en esta gran burbuja de sabiduría y prosperidad.

La sabiduría es algo que se construye. Es la suma de todo el aprendizaje, toda la experiencia, todo lo que ha traído algo nuevo a tu vida. La sabiduría puede venir de muchas formas. Puede venir de un estudio profundo; puede venir de una conversación; puede venir de un libro. Hay muchas formas de absorber sabiduría. Pero la sabiduría, la que realmente te hace crecer y evolucionar, necesita ser absorbida en momentos de interiorización.

No se trata sólo de escuchar o leer, de poner los ojos en blanco, como usted dice. Porque en unos instantes todo se olvidará. Horas y horas y horas de lectura y nada absorbido. Te pondré el ejemplo de un libro; una buena historia, de las que captan tu atención. De esas que no quieres soltar el libro para ver el siguiente paso. Casi empiezas a vivir esa historia, queriendo averiguar a toda costa cuál será la siguiente escena.

Estas historias tienen poder: el poder de atraerte, el poder de hacer que te sumerjas en ellas. Y cuando termines de leer ese libro, serás capaz de contar la historia, al menos su trama. ¿Por qué? Porque te has quedado ahí, presente, concentrado. Has leído con atención. Leíste cada palabra. Y viviste esos momentos. ¿Había sabiduría en esta lectura? Por supuesto que la había. Experimentaste muchas cosas. A menudo te ponías en la piel del personaje y casi vivías los momentos que ellos experimentaban.

Y así es todo en tu vida. Todos esos momentos en los que te entregas, en los que te olvidas del mundo exterior y simplemente te quedas ahí, inmerso, son momentos de sabiduría. Porque son historias y experiencias y conceptos que se guardarán, porque tú estabas allí, presente, atento, esperando el siguiente paso.

Así que te digo: Intenta estar siempre inmerso. Pero busca buenas fuentes. No te sumerjas en noticias violentas. No te sumerjas en cotilleos. No te sumerjas en la vida de otras personas. Sumérgete en algo que realmente te traiga buenos momentos. En algo que pueda aportar buenas ideas; que incluso pueda aportar soluciones a tus propios problemas.

No pierdas el tiempo en cosas inútiles. Sumérgete, literalmente. E incluyó en esta sumergirse un hermoso baño en el mar, donde puedas, en ese momento, absorber toda la energía contenida en ese ambiente. Absorber el poder, la fuerza de las olas, intercambiar energía con los elementales del agua, quedarte unos instantes, literalmente, con la mente vacía, viviendo en ese momento.

También puedes hacer esto en la tierra. Puedes sentarte y respirar. Siente cómo el aire penetra en tu cuerpo. Siente cómo sale el aire, prestando atención sólo a la respiración. Calma, despeja la mente, trae respuestas, trae conexiones. A menudo te quejas de que no puedes conectar con nosotros, de que ni siquiera puedes conectar con el Ser Superior que está dentro de ti. ¿Por qué?

Porque no paras. Te sientas e inmediatamente quieres que tu Yo Superior empiece a parlotear. Se necesita preparación. Requiere un momento de calma. Requiere un momento de respiración profunda, de comprensión de todo lo que está sucediendo. Necesitas estar atento a las señales de tu cuerpo. Tienes que ser consciente del momento presente. No te dejes atrapar por otros pensamientos. Permanece allí con un solo propósito: hablar con tu Yo Superior.

Esto es un ejemplo; se aplica a cualquier conexión. Aprende a vaciar tu mente. Comprendemos que hay muchos compromisos, muchas tareas. No te das tiempo para descansar. Cuando vas a descansar, es sólo para dormir. Y a menudo no duermes bien porque tu mente no para. Así que tienes que aprender a hacer que tu mente se detenga. Tienes que dar órdenes. Tienes que enseñarle a tu mente quién manda.

«Pero hay un problema. Como la mente está al mando, ¿cómo voy a controlar la mente?». Entiéndelo. La mente es una máquina que procesa todo lo que estás haciendo todo el tiempo. Pero recibe órdenes. Tú decides. Tú tomas decisiones. Decides cuándo levantarte. Decides cuándo acostarte, cuándo comer, qué decir. Es una decisión tomada por tu conciencia. Y la mente responde.

Así que puedes ordenar a tu mente. Y empezar a decirle: «Mantén la calma. Sí, tenemos muchas tareas, pero este es un momento para la calma». Entonces ten cuidado, porque tu ego empezará a gritar: «No, no puedes parar. Tienes demasiado que hacer, estás perdiendo el tiempo». Esto es el ego. Porque te han enseñado a no parar nunca. Porque si paras, estás desconectado, eres descuidado, estás ocioso.

Entonces aprende que parar no es nada de eso. Y cuando el ego empieza a parlotear, dile que se calle. Sí, puedes y debes parar. Intenta hacer ejercicios de orden. No quieras empezar a hacer una meditación de una hora, intentando que tu mente se detenga; no lo conseguirás. Todos son ejercicios.

Empieza con 5 segundos. No parece mucho, pero no lo es. 5 segundos de mente vacía es un gran progreso. Y pocas personas lo consiguen rápidamente. Haz el ejercicio. Dedícale tiempo. Y durante este tiempo, vacía tu mente. No pienses en nada. Si te ayuda, enciende una vela delante de ti y mira la llama. Pero no pienses en la vela ni en la llama, es sólo un punto de enfoque.

Esa vela no representa nada. Mira la llama y obsérvala durante 5 segundos. Cuando te des cuenta de que durante esos 5 segundos has conseguido mantener la mente vacía, aumentarlo a 10. Y sigue, gradualmente. No hay tiempo, no estoy estableciendo el tiempo aquí. Este es un ejercicio fabuloso. Y durante el tiempo, mantén la respiración tranquila y sosegada. Y veréis, hermanos míos, que podéis hacerlo. Sólo tenéis que creer que podéis. Y lo haréis.

Aprended a calmar su mente. «Oh, ¿pero tengo que hacerlo con la vela?» »No. Puedes hacerlo sin la vela, pero es una buena manera de empezar a concentrarte. Porque simplemente detener tu mente puede ser más difícil. Así que mirar la llama de la vela es tener algo a lo que prestar atención. Y tu mente se vacía. Porque prestar atención a la vela no es pensar, es tener concentración. Y eso es lo que hace falta: concentración. Concentrarse en el momento. Enfócate en el aquí y ahora.

Intentadlo, hermanos míos. Sois seres poderosos. Chispas divinas. ¿Por qué no creéis en sí mismos? Yo también he estado encarnado, yo también he tenido las mismas dudas. Y hoy, siendo más evolucionado, me doy cuenta de cuánto tiempo perdí, creyendo que no tenía poder, creyendo que no podía hacerlo. Todo equivocado. Sí tenemos poder y podemos hacerlo.

Inténtalo. Busca el camino. Y llegará un momento en que estarás tan centrado, tan concentrado, que casi tendrás que sacudirte para volver al mundo, porque nada más te sacudirá; nada más te golpeará. Porque casi habrás eliminado el mundo exterior. Y estarás centrado y enfocado. Y listo para cualquier conexión.

Traducción: Ana Maria Souza

Revisión: Regiane M. Bugalho