¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!
Una vez más traigo conmigo mi manto, pero traigo un manto para cada uno de los que estáis aquí en este momento, y lo coloco sobre cada uno de ustedes. No importa quién seas. No importa si sois de la Luz o no; mi manto está disponible para todos y siempre os amaré a todos por igual.
La época que estáis atravesando es una época turbulenta en la que parece como si un gran caldero estuviera hirviendo dentro de vuestros cuerpos. Puedo ver a muchos aquí respondiendo: “¿Por qué el caldero? Un caldero es para una bruja, un brujo, y yo no soy eso. Fijaos cómo ponéis la fuerza donde no hay que ponerla. Un caldero es cualquier objeto que se puede llenar de agua y hervir; ¿por qué tiene que ser un caldero de bruja?
Y entonces os pregunto: ¿Son todos los brujos y brujas, malos? Muchos de ustedes fuisteis brujos o brujas en encarnaciones anteriores. ¿Por qué tanto juicio? No voy a cambiar mi imagen; es un caldero, hirviendo, debajo de cada uno de ustedes. ¿Qué ocurre cuando hierve? El agua se convierte en vapor y sube.
Entonces aumentaré este caldero; no tiene agua, dentro de él están todos los sentimientos, todo lo que has vivido, todas las energías generadas. Así que este caldero está hirviendo y las energías están subiendo y seguirá hirviendo hasta que no quede nada que sublimar. ¿Qué sucede cuando las energías se subliman y se elevan? Se apoderan de tu conciencia y de alguna manera tendrás que lidiar con ellas, tendrás que mirarlas y dependiendo de tus elecciones y decisiones pueden desaparecer; transmutarse y ya no ser parte de tu caldero. O no; puedes solidificarlo de nuevo y puede volver al caldero, solo que con una diferencia: vuelve más grande, más fuerte, más profundo.
Así que en este momento estás lidiando con sentimientos muy extraños, con sentimientos que no comprendes, con sentimientos que te hacen dudar si realmente estás en el camino hacia la Luz. ¿Y cómo lo sabes? No huyendo de esos sentimientos, sino mirándolos sin miedo. Pueden parecer feos, pueden hacer muecas, pero son fruto de tu conciencia. Entonces, ¿quién manda? Pues míralos con Amor, con ternura, y verás como pierden su fuerza y se hacen pequeños y fáciles de resolver. O no lo hagas, ponles más miedo e ira y se convertirán en pequeños monstruos. La decisión es de cada uno de ustedes.
Hijos e hijas míos, los calderos están hirviendo, sacando los sentimientos, y tened por seguro que os encontraréis con tantos sentimientos horribles, y diréis: “¡No, esto no es mío!”. Siento deciros que sí lo es, y solamente tenéis que mirarlo con Amor y cariño, y simplemente desaparecerá cuando comprendáis lo que significaba.
Hijos e hijas míos, muchos obstáculos aparecerán en el camino. Miradlos con resignación, con aceptación, con la comprensión de que el mundo no gira a vuestro alrededor, que ese problema puede haber sido causado para una lección, no para vosotros, sino para el otro. Y desgraciadamente tú estabas en el camino de ese otro y recibiste un poco de esa lección. Entonces, si aceptas, comprendes, está bien, colaboras con la lección del otro; ahora, si recibes con rabia, gritando, quejándote esa lección que no era tuya, se volverá tuya también, porque te has acoplado a ella, te has unido a la lección del otro. Ahora tienes 2 problemas: lidiar con lo que no sucedió para ti y con los sentimientos que acabas de generar.
Así que cuando las cosas no salgan como imaginas, no te quejes. Hay una conspiración en el universo para el viaje de todos. Tu viaje está entrelazado con el viaje de muchos y las lecciones de otros llegan a ti; de ti depende involucrarte o no. Si lo aceptas y lo dejas pasar, entonces no te golpeó; tu ego no pudo hacerte creer que estaba destinado a golpearte. Comprendiste que solo era un contratiempo y que la otra persona es la que necesita aprender algo, no tú.
Ah, sí, yo diría que aprendiste a darte cuenta de que el mundo no gira a tu alrededor, que muchas veces los contratiempos no son para ti, sino que tienes que aprender a aceptarlos, a entender el lado del otro. Trata de pensar en esto, antes de juzgar, antes de criticar al otro y terminar absorbiendo una lección que no es tuya, es del otro.
Así que vuelvo al caldero. Los sentimientos están ahí, saliendo, todos ellos, y yo diría que a veces salen todos a la vez, y es difícil para ti tratar con todos ellos. Vuelvo a decir que pidas nuestra ayuda para que volvamos a poner algunas cosas en el caldero y puedas ocuparte de cada una a su debido tiempo. Pero lo olvidáis. Lo único que haces es quejarte y enfadarte porque no puedes ocuparte de todo al mismo tiempo. Demasiados problemas al mismo tiempo es señal de que intentas cargar con todo tú solo. Pídenos ayuda.
Aquí estamos. No te voy a decir que estamos todo el rato sin hacer nada, durmiendo en una hamaca, como dice Miguel, esperando tu llamada de auxilio, pero te puedo asegurar que cuando oigamos tu llamada, será nuestra prioridad; y estaremos dispuestos a ayudarte. Pídenos ayuda y pondremos un poco de agua fría en ese caldero para que hierva más despacio y puedas afrontar todo lo que está pasando con calma y tranquilidad.
No os juzguéis, no os desesperéis porque aparezcan tantos problemas. Necesitan levantarse para irse y la forma correcta de despedirlos es mirarlos con Amor, con afecto, con aceptación; no con ira, no con juicio.
Puedo asegurarles que ninguno de ustedes lo está pasando fácil. Algunos están bien, pero de vez en cuando surge algo que aún hay que resolver; otros están totalmente atrapados en todo lo que está surgiendo de la caldera. Cada uno de ustedes está viviendo su momento. Cada uno de ustedes está viviendo su evolución.
Es una pena que muchos, en vez de mirarse a sí mismos, miren al otro, miren el camino del otro. Critican, juzgan, atacan al otro, cuando el momento es de mirarse a uno mismo, entendiendo que si el otro está haciendo algo mal, cosechará las recompensas por delante; no necesita tu juicio, tu crítica, tu señalamiento. Cada uno recoge lo que siembra. Ahora bien, tu juicio, tu crítica, tu señalamiento le golpearán seguro, porque le has lanzado una energía; no olvides que esta energía, según la forma y la intensidad que hayas emanado, volverá a ti. No importa cuándo, pero volverá.
Entonces, ¿de qué te ha servido criticar al otro? Solamente estás añadiendo más energías negativas a tu caldero, que te aseguro, debe estar muy lleno, porque si estuviera vacío ya no te preocuparías por el otro, solo te mirarías a ti mismo, a tu camino, que es lo que cada hijo e hija de este planeta, en este momento, debe hacer.
No importa lo que pienses, lo que pienses en relación con el otro; nada cambiará en relación con lo que pienses, porque es el caminar del otro, no el tuyo. Así que mira tu camino, olvida el camino del otro. Todavía no lo has aprendido. Recuerda, hay un caldero hirviendo, vomitando todos los sentimientos que necesitas transmutar, y cuando juzgas y criticas a la otra persona, este es otro sentimiento que irá a ese caldero tuyo, porque has invadido la energía de la otra persona, has emanado algo malo en relación con la otra persona y esto volverá a ti, a tu caldero. ¿Es esto bueno? Pregúntate si estás eliminando sentimientos de tu caldero o si estás añadiendo más cada día.
Hijos e hijas míos, todo va demasiado deprisa. Mirad sus propios caminos, olvidad los caminos del otro. Por mucho que en vuestra conciencia penséis, creáis, que el otro está equivocado, no es vuestro problema, es el problema del otro; él estará atrayendo a su caldero las acciones que haga. Así que deja de llenar el tuyo; ocúpate de lo que ya tienes ahí. No aumentes tus problemas. No lo olvides.
Cada uno debe ocuparse de su propio camino. Y no me preocupa si la palabra “caldero” te parece extraña o no. Siento la energía de algunos. ¿Me juzgas a mí o juzgas a quien habla? Es mi palabra y la traigo aquí y ahora para poner a prueba a cada uno de ustedes. ¿Hasta dónde llegan vuestras creencias? ¿Hasta dónde llega la creencia? ¿Hasta dónde? Empezad a escuchar lo que decimos desde el corazón, de lo contrario cada día entrarán más dudas en vuestra mente.
Traducción: Rita Silvana Monteiro
Revisión: Regiani Maria Bugalho