¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!
Siempre, siempre, siempre, tengan a mano mi manto. Cubríos con él, para resguardaros del frío, para un momento de acogimiento, para un momento de dolor. Siempre estará listo para protegeros y ayudaros a seguir el camino correcto.
Es importante estar alerta en todo momento, porque el ego es astuto. Finge perder el control. Pero en el fondo, solo está esperando un resquicio para volver a trabajar. ¿Y cómo puedes controlar esta poderosa fuerza interior? Simplemente teniendo siempre cuidado con lo que piensas, lo que dices y cómo actúas. Pregúntate siempre si lo que quieres hacer será bueno para ti y para el Todo. Si la respuesta es sí, vas por buen camino; si no, no sigas adelante con tu idea.
Así es como funciona el ego, mostrándote que eres más importante que los demás; que no necesitas pensar en los demás; que siempre puedes hacer lo que quieras sin preocuparte por los demás. Porque el ego quiere que sobrevivas. Siempre quiere que ganes, cueste lo que cueste.
Así que estar atento al ego, estar atento a todo, es el gran camino. Incluso podría decir que es el camino más adecuado para la Quinta Dimensión, porque allí no habrá ego, siempre estará el Todo. Pero a pesar de todo lo que acabo de decir, hay algo muy importante. Muchas personas hacen estos ejercicios de atención plena, pero a menudo se exceden. Se vuelven casi lunáticos para alcanzar este objetivo.
Por eso os digo, hijos míos, que todo tiene un tiempo, todo es aprendizaje. Deshacerse del ego no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Es algo que hay que trabajar, sí, pero con calma, con paciencia, estratégicamente. No con desesperación. No tiene sentido intentar conseguirlo todo a la vez. Eso puede llevar al dolor y al desequilibrio.
Intenta seguir siempre el camino correcto, pero no te exijas demasiado. No te exijas demasiado. No te regañes demasiado. Todo en el universo existe en equilibrio. Tú todavía estás en la dualidad. Así que mira siempre la balanza. Te mostrará el punto de equilibrio. Ni esos momentos de desapego total de todo, ni esos momentos de desequilibrio total.
Comprended, hijos míos, que el camino necesita equilibrio, necesita amor, necesita dulzura. La rigidez, el exceso de fuerza, las restricciones al máximo, no os llevarán al equilibrio, porque iréis en contra de vuestras naturalezas.
Actúa en todos los sentidos, con equilibrio, con amor y con dulzura. No olvides estas palabras. Equilibrio, amor y dulzura. Úsalas en cada momento que sea necesario. Y te darás cuenta de que las cosas irán más fluidas y que los resultados serán intensos y fructíferos.
Lleva siempre mi manto. Siempre te traerá estas 3 palabras: Equilibrio, Amor y Dulzura.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Regiani Maria Bugalho