¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!
Vengo hoy aquí con mucha gratitud y con mucho amor, con mucho afecto en mi corazón. El tema de hoy es cómo debéis superar las adversidades en vuestro planeta. Desde hace algún tiempo, parece que Gaia se ha rebelado, está actuando vengativa y nerviosa, aparentemente sin importarle aquellos que están bajo su piel.
Así que déjame decirte algo: Imagina un gran recipiente con agua, sólo agua. Y cada día añades un poco de arena, un poco de tierra, sólo un poco. Y luego miras esa agua y apenas cambia. Pero has repetido este gesto cada día durante milenios. Como era sólo un poco, tardé un poco en darme cuenta de que el agua que había allí dentro ya llevaba mucho tiempo brotando, con tanta arena, tanta tierra colocada en ese recipiente. Y luego esa agua empapaba todo a su alrededor, posiblemente estropeando algo. Pero, ¿era culpa del agua? Estaba ahí, tranquila, equilibrada en ese recipiente, y a ti te tocaba llenarlo de tierra y arena. Y el agua no tuvo más remedio que salir del recipiente, porque ya no cabía más.
Eso fue sólo una imagen, una pequeña invención, una pequeña historia. Ahora, traslada esta acción al conjunto de tu planeta. Habéis deforestado indiscriminadamente, no habéis tenido piedad ni misericordia con la piel de Gaia y ese equilibrio que había ya no existe. Así que, cuando aparentemente te das cuenta de que tu planeta está enfadado, que te está castigando, que es obra de Dios Padre/Madre, su castigo; entonces miras al cielo y te preguntas: “¿Por qué, qué he hecho yo para merecer esto? ¿Por qué estoy pasando por esto? ¿Por qué he perdido a alguien a quien amaba? La tierra se ha llevado todo lo que tenía”.
Pero no miras atrás, no te preguntas, ¿quién fue primero? ¿La cascada, el río, el mar o los edificios de alrededor? ¿Quién fue primero? ¿Por qué insistes en vivir en lugares que no son adecuados para la vivienda? Insistís en vivir cerca de ríos y mares, y olvidáis que allí hay naturaleza, y que todo lo que habéis causado, todo el desequilibrio, ha sido el resultado. Cuando antes había equilibrio en el planeta, las lluvias bastaban para mojar la tierra, para ayudar a las plantas a crecer, a desarrollarse. Pero todo en equilibrio, nada en exceso. Donde había hielo, el hielo permanecía allí, porque estaba a la temperatura adecuada, no cambiaba.
Habéis producido industrias, habéis producido calor, habéis producido partículas en vuestra atmósfera, habéis calentado el planeta, habéis deforestado el planeta, habéis entarquinado vuestros ríos, habéis eliminado algunos ríos, habéis cambiado el curso de los ríos; y queréis que todo esto alcance el equilibrio que esperáis, que queréis. Y por eso te pregunto: ¿Qué tamaño tienes en relación con el planeta? ¿Qué representas en la superficie del planeta? ¿Quién es más fuerte? ¿Crees que alguna vez podrás controlar el planeta, controlar sus acciones, sus actividades, los volcanes, los vientos, las aguas, los terremotos? ¿Crees que podrás?
Pues mirad el tamaño del planeta y miraos a vosotros mismos, no controláis nada. Y lo que es peor, lo habéis empeorado todo. Ese supuesto equilibrio, que antes funcionaba, lo habéis roto. Lo desequilibráis cada día con más basura que generáis, que arrojáis a los océanos, que mata animales, envenena la tierra, envenena el aire; construís vuestras casas en los sitios más absurdos posibles, sin importaros lo que hay arriba, lo que hay al lado, sin importaros el desequilibrio que vais a causar.
Luego, cuando llega la propia reacción del planeta, le echas la culpa a Dios Padre/Madre. Pero nadie mira sus propias acciones, nadie mira lo que cada uno ha hecho, con lo que cada uno ha colaborado para que esto ocurra.
Nadie retiene a la naturaleza, pero tú crees que puedes, crees que puedes hacer cualquier cosa, que puedes cambiar el curso de los ríos, que puedes almacenar agua y que todo permanecerá en equilibrio. Nada de lo que ocurre está desequilibrado. Todo es el resultado del desequilibrio que habéis generado, y una vez más, repetiré lo que ya hemos dicho: todo el mundo está donde tiene que estar, todo el mundo pasará por lo que tenga que pasar. No hay ningún error. Todo el mundo está allí porque era su camino, o porque emanó algo que le llevó allí. No hay error.
Todos cosechan los resultados de sus propias elecciones. Ya sea la elección del alma, que determinó cuándo se iría, o las propias elecciones vitales. Nada está mal. Vuestros corazones, los corazones de muchos en vuestro planeta, están de luto. Muchos están perdiendo a seres queridos. ¿Qué podemos hacer? Simplemente, cada uno de nosotros, especialmente yo, tomar a cada uno en mis brazos y envolverlo en todo mi amor y afecto. Ahora ese ser debe aceptar todo mi amor, porque si la rebelión se apodera de su corazón, se alejará de mí. Y a esas almas asustadas, muchas totalmente intoxicadas, enloquecidas por no entender nada, también las traigo a mi regazo, y dejo que cada uno de vosotros duerma el sueño del olvido, para que se produzca la desconexión del cuerpo, y cuando despertéis, estaréis más tranquilos y siempre tendréis un ángel que os lleve a cada uno en vuestro camino.
No somos impasibles, no somos insensibles a todo lo que ocurre en vuestro planeta, simplemente no podemos intervenir, porque todo lo que está ocurriendo son lecciones que esperamos que aprendáis, para que no repitáis los mismos errores en la Quinta Dimensión. Tenéis que aprender. Así que no podemos hacer nada. Lo único que podemos hacer es daros la bienvenida con mucho amor, abrazaros a cada uno con mucho amor, para que comprendáis la lección que hay que aprender. Y para aquellas almas que todavía están más maduras, podemos ayudar a cada una a recibir el camino que les está destinado.
Siento en el corazón de cada uno de ustedes el dolor, el sentimiento, la tristeza de ver a sus hermanos y hermanas sufriendo y muriendo. Muchos de ustedes se preguntan ¿qué pueden hacer? Para los que se quedan: ser solidarios, ayudar en todo lo que pueda; para los que se van, para las almas que se van, sólo emanar Luz, emanar un sentimiento de amor para cada uno, para que acepten nuestro amor y protección. Porque algunos rechazan esto y también son respetados y llevados a donde tienen que ir.
No puedo deciros, hijos e hijas míos, que todo esto pasará. No puedo. Me acusarían en el futuro por una mentira que dijera; por el contrario, veréis cada vez más los resultados de lo que vosotros mismos habéis creado. Esto es necesario. Las almas necesitan irse, las almas necesitan aprender, las almas necesitan evolucionar. Entonces cada una tendrá su propio camino. No sufras el sufrimiento de los demás, actúa, este es tu papel. No se trata de sentarte a llorar por el sufrimiento de tu hermano, se trata de actuar, de mostrar solidaridad, de emanar Luz a los que se quedan y a los que se van.
Y lo más importante: analiza cada acontecimiento que sucede en tu planeta, ¿por qué? ¿A quién afectó? ¿Por qué fueron golpeados? Y tendrás muchas respuestas. Y esperamos que esto os sirva de lección para el futuro, para que cuando estéis en la Quinta Dimensión no repitáis los mismos errores. Habiendo visto, y algunos incluso sentidos, las consecuencias de lo que habéis hecho, no hay forma de evitarlo. Gaia también llora. Es como si cada punto de este desequilibrio fuera un punto enfermo en el planeta y Gaia sintiera el dolor. Es como si fueran grandes heridas que ella necesita liberar energía para sanar, para equilibrar.
Así que estad preparados, corazones atentos, mentes abiertas. No hay castigo. No hay castigo. No hay castigo.
Traducción: regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
