Maria – Liberen los Escudos de sus Corazones

¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!

Sientan en este momento como si alguien pusiera un manto sobre ustedes y la energía que trae; una energía de Amor, de paz, de armonía. Este manto es mío y vengo a cubrir a cada uno en este momento. Este manto permanecerá sobre ustedes mientras sus corazones vibren Luz, vibren Amor, vibren armonía.

Hijos e hijas míos, no dudéis de lo que sois capaces, creed, confiad en vuestros propios poderes. Siempre habéis sido capaces de construir vuestros propios caminos, atrayendo la alegría o atrayendo el dolor, atrayendo la enseñanza o atrayendo el sufrimiento. Eres tú quien siembra y luego cosecha, no hay interferencia del universo. El universo interfiere cuando vibras demasiado fuerte, sea para bien o no, entonces el universo se despierta y te devuelve todo lo que estás emanando, la misma cantidad o incluso más de lo que estás emanando.

Hijos e hijas míos, podéis hacerlo todo, podéis buscar el equilibrio, podéis buscar la armonía, la prosperidad. Pero necesitáis confianza, creencia y entrega. No hay una fórmula mágica, no hay un camino ya hecho. Pensémoslo de esta manera: te vas a hacer un traje a medida, ese traje se ajustará bien a tu cuerpo, puede que otra persona se ponga el mismo traje y le quede bien, pero no le quedará bien en todos los sentidos, porque fue hecho para ti.

De la misma manera camina tu alma, tienes tu forma de ser, tienes tu forma de pensar y todo está moldeado para tu alma, de acuerdo a estos aspectos, no hay ser humano igual a otro en el caminar. Cada alma tiene su manera, cada alma tiene su manera de evolucionar, no os comparéis con los demás.

Muchos necesitan mucho tiempo para conectar con nosotros, otros solamente piensan y ya nos hablan. ¿Y eso por qué? El que no tiene éxito lo intenta durante horas y horas, una y otra vez y nada, sin resultado. Y el otro, hace poco, no sigue muchos preceptos, que muchos dirían que son necesarios, pero tiene éxito. Entonces, ¿dónde está la fórmula mágica, dónde está el camino mágico?

No, no está en ninguna parte. El camino depende de cada uno; el que reza, se pasa horas rezando, intentando establecer una conexión, ¿no sería el caso, de ser más objetivo, de ser más profundo, y no rezar tan superficialmente, siguiendo reglas y creencias preestablecidas?

Todo tiene una razón, hijos e hijas míos. No seáis demasiado exigentes, sólo necesitáis que brille vuestro corazón, nada más. Dejad que vuestro corazón brille, romped esta coraza que os habéis puesto vosotros mismos, por el miedo al sufrimiento. Mirad dentro de vuestro corazón y si lo veis dentro de una bola que impide que salga la luz, romped esa bola. Sois capaces y veréis vuestros corazones brillar, inmensos, llenando todo vuestro cuerpo, todo vuestro caminar. No tengáis miedo de brillar, no tengáis miedo de lo que podáis experimentar.

Esta bola alrededor de sus corazones a menudo se interpone en el camino. ¿Y por qué se queda ahí? Por miedo, el miedo la creó, el miedo la mantiene ahí, porque estáis cansados de tantas encarnaciones, de tanto sufrimiento, de tanto dolor. ¿Y por qué arriesgarse a más de lo mismo? Pero yo os digo, hijos míos, que a medida que rompáis esta bola que cubre vuestros corazones, se expandirá y atraerá el camino, las respuestas, las acciones necesarias para vuestra evolución. No atraerá el sufrimiento y el dolor. Si el sufrimiento y el dolor aparecen, es porque forman parte del proceso de evolución, no porque el corazón los haya atraído.

No tengan miedo, expandan sus corazones, reciban esta Luz intensa que está llegando, bombardeando sus corazones para penetrar allí. Pero aquellos cuyos corazones están protegidos por este escudo de miedo, esta Luz de Alción no penetrará, porque ahí reside su libre albedrío, su elección. Pero os daré una pequeña ayuda.

No necesitáis mucho, hijos e hijas míos, sólo tenéis que sentaros y ver. De acuerdo, sé que no veis. Así que imaginad que vuestro corazón está cubierto por una bola oscura transparente y miráis dentro y veis vuestro corazón brillar, latir. Pero la luz no pasa, porque este gran escudo no lo permite. Y no lo olvides, no es el corazón físico, es el corazón espiritual que está en medio de tu torso, un poco por encima del plexo solar.

Así que mira esta bola y atentamente ve el corazón pulsando, lleno de Luz, e inmediatamente di:

“¡YO SOY LUZ! Y destruyo todos y cada uno de los escudos que puedan estar alrededor de mi corazón, para que brille e ilumine todo mi camino”.

E imaginen que esa bola se rompe, se disuelve, y el corazón se expande. Y se expande tanto que casi llena sus cuerpos con tanta luz. Sientan la energía, esta Luz brillando a través de sus cuerpos. Ahora bien, este es un ejercicio que hay que hacer constantemente, ¿por qué? Porque el miedo regresa al primer problema, el miedo regresa y ese escudo se recrea.

Así que hagan este ejercicio diariamente y poco a poco sus mentes se acostumbrarán a no crear más ese escudo y su corazón solo aumentará en brillo. Ahora, hijos e hijas míos, es decir, de cada uno de ustedes, no comentéis lo que les pasa en corazones, hacedlo por ti. El momento es individual, único y cada uno pasará por su propio momento.

Aprendan a callarse la boca, tienen una necesidad que no entendemos, de comentar, divulgar, difundir, todo lo que hacen, todo lo que sienten. ¿Qué sentido tiene? Esto es ego. Para demostrar que podéis hacerlo o no, para demostrar que sois pobrecitos. Así que, callaos la boca, haced cada uno vuestro proceso, entre ustedes. No necesitáis compartirlo con nadie.

Aprendan: el camino es individual, no es un grupo, no es una masa. Es cada uno vistiendo las ropas que fueron hechas a medida para ti, porque esas ropas son el camino correcto para tu alma, no para los demás, para la tuya. Por eso eres único, por eso cada uno puede seguir su propio camino, no tiene que compartirlo con nadie.

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