¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY MARÍA!

Como siempre, llevo un gran manto en mis manos. Pero hoy, envuelvo todo el planeta en un gran corazón, para que cada hijo e hija reciba esta energía de gran Amor, de gran equilibrio y de gran Luz.

Hijos míos, estad en equilibrio. Buscad el equilibrio. Esta es la palabra clave del momento. No busquéis el exceso. No busquéis lo que os hace sentir incómodos. Busquen siempre el equilibrio. No hay castigo. No hay castigo. ¿Por qué queréis castigaros? A menudo provocando reacciones profundas e innecesarias.

El camino de la evolución no es así. Es ligero y equilibrado. Así que todo debe suceder a su debido tiempo. Todo debe suceder dentro de tu zona de confort. No tiene sentido asumir objetivos, metas, que te lleven a un estado de depresión o tristeza o carencia. Todo debe hacerse gradualmente.

Hijos míos, han sido milenios y milenios de caminar con los pies torcidos. No queráis enderezar vuestros pies de la noche a la mañana. Esto causará dolor, incomodidad y desánimo. Tenéis que corregir vuestros pies, cada uno a su tiempo. Y si vuelves a tener los pies torcidos, no tienes por qué culparte. No hay por qué desanimarse. Simplemente, intenta volver a poner bien el pie.

 No sigas el camino de los demás. Cada uno encuentra su propio estilo. Cada uno encuentra su propio modo. Cada uno encuentra su propio camino. Deshacerse de todo lo que decimos que no es bueno. Claro que tienes que cambiar. Por supuesto que tienes que prestar atención a las adicciones; a todo lo que ya sabes que no es bueno. Pero no se puede hacer nada bruscamente,  forzado, impuesto, porque no funciona.

Necesitas conciencia. Esto es lo que os hará cambiar. No vuestras mentes. La conciencia, la comprensión y la sabiduría afectan a vuestros cuerpos. Y entonces el cuerpo empieza a dar señales de que quiere cambiar. El cuerpo empieza a rechazar ciertos alimentos. El cuerpo empieza a querer comer otros alimentos. Hay que prestar atención al cuerpo. Hay que cuidarlo con mucho amor.

Intentad comer sano. ¿De qué sirve dejar de comer porquerías si no puedes comer cosas sanas? Pasaréis hambre y enfermaréis. Así que necesitas un enfoque diferente. Tienes que cambiar tu forma de comer. Ser más sano. Conocer otros sabores. Crea nuevos hábitos. Entonces será fácil olvidar lo viejo; olvidar lo que no es bueno. Porque ya te estás acostumbrando a muchas otras cosas buenas.

Así que, hijos míos, tiene que haber un equilibrio. Sí, aquí decimos a menudo que hay que dejar de comer animales, dejar las adicciones, dejar muchas cosas. Pero cada vez que decimos eso, hay una energía que emana de nosotros. Hay una energía que llega a sus conciencias. Y sus conciencias alcanzan sus cuerpos. Y sus cuerpos empiezan a cambiar.

Cambian sus deseos. Cambien para mejor.

No cambien rígidamente. No hagan del comer, del vivir, algo sin placer. Hay que comer con placer. Pero disfrute de las cosas sanas. Tienes que buscar. Tienes que encontrar lo que le gusta a tu cuerpo, no lo que le gusta a otro, no lo que dice otro. Cada cuerpo es diferente. A ti te puede gustar una fruta que a nadie más le gusta. Y es a tu cuerpo al que le gusta.

Así que no te guíes por las ideas de los demás. Busca tus propias opciones. Busca lo que es sano en primer lugar. Acostúmbrate a lo sano. Abre tus opciones. Come cosas sanas. Vive sano. Muévete. Haga ejercicio. Empieza con un simple paseo. Puede que sólo te guste caminar, y eso está bien. Lo importante es que te muevas, que no estés sentado frente a un aparato, sea cual sea.

Cada uno de ustedes es único. Cada uno tiene su propia manera de vivir. Lo que es bueno para otra persona puede no serlo para ti. Y viceversa. Así que busca lo que es saludable a tu manera, a tu modo. Busca lo que hace feliz a tu cuerpo.

Tengo que decir que tampoco es un camino fácil. Porque a menudo tienes que ser diferente del resto de la familia. Pero ahí es donde entra la conciencia. Ahí es donde entra la fuerza de voluntad; querer cambiar, querer evolucionar. Nada es fácil, nada es sencillo. Todo es muy complejo. Pero es la intención lo que cuenta; es la voluntad lo que cuenta.

Así que busca, busca siempre lo sano. Acostúmbrate a lo sano. Una vez que hayas creado una inmensa gama de cosas sanas, entonces empezarás a olvidar lo que no es sano. Y empezarás a dejarlo atrás, naturalmente, porque estarás acostumbrado a otros alimentos, a otras formas de vivir.

Todo es cuestión de equilibrio, hijos míos. No os torturéis. Nos damos cuenta de que para muchos es una tortura dejar de comer ciertas cosas. ¿Y eso por qué? Porque la atención se centra en no comer. ¿Y dónde está el foco para las cosas nuevas? No lo hay. Así que sepa cómo cambiar sus hábitos. Escucha a tu cuerpo. Están siendo tratados. El propio cambio de estructura de carbono a cristalino significa que su cuerpo está siendo tratado. El propio cambio de estructura de carbono a cristalino significa que sus cuerpos ya están empezando a rechazar ciertas cosas.

Así que nada se detiene. Están recibiendo ayuda. Pero es importante que escuchen a sus cuerpos; que entiendan lo que comen y cómo se metaboliza. Cada uno de ustedes es un organismo diferente. No busquéis la solución en otra persona. El sabor, el gusto, es vuestro; no pertenece a otros. Así que encuentra tus propias alternativas. Y puede que os sorprendan.

Tened la seguridad, hijos e hijas míos, de que estamos con ustedes en este momento. Estamos ayudando a todos los que quieren mejorar. Estamos juntos, dándoos ideas, ayudándoos a cambiar. Creedlo. Pero no os torturéis. No hagas que el cambio sea incómodo. Porque así no sucederá.

Traducción: Regiani M. Bugalho

Revisión: Ana Maria Souza