Debes hacer esta meditación sentada. En este punto, respire profundamente 3 veces.
Mírate sentado en cima de una montaña. Mira el horizonte. Vea demasiado verde, otras montañas, animales caminando en silencio. Siente el viento golpeando tu cara y siéntete extremadamente cómodo en este entorno. Mira el horizonte. Un gran sol, inmenso, brillante, dorado, se eleva en el horizonte. Los primeros rayos de este sol comienzan a golpear tu cuerpo. Es como si sintieras cada rayo que pasa por encima de tu cuerpo, por completo. Siente el calor de estos rayos dentro de tu cuerpo. No hay dolor, no hay molestia, solo los rayos que penetran en la piel y salen por el otro lado. Y a medida que sale el sol, más rayos penetran en su cuerpo. Siente la energía de estos rayos dentro de tu cuerpo, es como si se estuviera moviendo dentro de tu cuerpo. Ahora los rayos ya no salen por el otro lado, penetran en tu cuerpo y parecen acumularse dentro de él. Y sentirás, creciendo, a medida que estos rayos se acumulen dentro de tu cuerpo. Te encuentras creciendo, creciendo y haciéndose enorme, como casi un globo. No flotarás. Todavía estás sentado en lo alto de la montaña, simplemente inmenso, lleno de los rayos dorados de ese sol. Estos rayos están actuando dentro de su cuerpo, iluminando cada punto oscuro y sucio oculto a lo largo de las épocas; está limpiando sus células, sus cuerpos alrededor del cuerpo físico, toda su aura está siendo limpiada. En este instante comienzas a vaciarte, y de tu cuerpo sale una nube de polvo negro, como si fueras un globo pinchado. Y estás vaciando y el polvo saliendo, vaciándose y el polvo saliendo, hasta que vuelvas a tu tamaño normal. Todo es normal en tu cuerpo. El sol sigue brillando en el horizonte, pero sus rayos ya no penetran en tu cuerpo. Simplemente, sientes el calor de ese sol, pero es un calor cálido y agradable; nada intenso. Ahora, coloque la solicitud que desee en este momento a este Sol. Pide algo que sea bueno para ti, para tu caminar. Una sola frase.
Sé agradecido de haber vivido este momento. Cierra los ojos en la cima de esta montaña. Respira hondo. Abre tus ojos físicos y regresa al lugar donde estabas sentado, recuperando tu conciencia.