Esta meditación debes hacerla acostado.
La idea es que podamos tratar sus cuerpos por completo al tenerlos totalmente relajados.
Así que recuéstate cómodamente. Cierra los ojos e inspira profundamente varias veces.
Mantén las manos alineadas con el cuerpo.
Estás dentro de una cueva.
Esta cueva está abierta y su puerta está conectada directamente con el mar, con la playa.
Dentro de esta cueva hay una mesa, una meseta. Mírate a ti mismo tumbado ahí.
Sienta la frescura de esta caverna con la brisa que viene del mar.
Mantén los ojos cerrados.
Solo siente en tu cuerpo todo lo que va a pasar.
La cueva no es muy clara.
El sol empieza a salir.
Y cuando los primeros rayos de este Sol comienzan a cubrir tu cuerpo, sientes como si una gran descarga eléctrica hubiera atravesado todo tu cuerpo.
La entrada a la cueva es inmensa y a medida que el Sol sale, se encuentra con más y más de su cuerpo, aumentando esta energía aún más.
Ahora, no abras los ojos.
Pequeños seres elementales dorados, caminan alrededor de tu cuerpo y sobre él.
Son elementales del sol.
Y brillan, brillan con fuerza.
Y al tocar tu cuerpo penetran en tu piel sin causar dolor ni ninguna molestia.
Y estos elementales recorrerán todo tu cuerpo, transmutando todo lo que no es bueno, que puede ser eliminado de cada punto de tu cuerpo.
Permanezca en este proceso durante 5 minutos
Ahora, al final de este tiempo, si abres los ojos allí en la cueva, te verás todo dorado.
Puedes levantarte y mirar tu cuerpo.
Eres de oro. Te iluminas.
Y tu resplandor se mezcla con el de los rayos del sol.
Ahora acuéstate de nuevo.
Cierra los ojos
Respira profundamente ese aire fresco de esa cueva.
Y siente que ese aire recorre todo tu cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de los pies, como si fueras un globo que se desinfla.
Inhalas, y al exhalar el aire sale por todo tu cuerpo llevando frescura a cada célula.
Ahora respira normalmente.
Agradece una vez más toda esta experiencia.
Y cuando abres los ojos ya no estás en esa cueva.
Sentirás que algo abandona tu cuerpo; son los elementales solares que abandonan tu cuerpo.
Y tienen la capacidad de llevarse todo lo que se han llevado.
Tu cuerpo está perdiendo ese brillo, está perdiendo, perdiendo, y los elementales saliendo, volviendo a los rayos del sol, llevándose con ellos todo lo que han quitado de tu cuerpo.
Emana, expresa, mucha gratitud por estos pequeños seres.
Por la hermosa limpieza que han hecho en sus cuerpos
Siéntate. Puedes abrir los ojos. Los rayos del sol no te harán daño
No son tan fuertes como antes.
Ver el sol brillando y dorado en el horizonte.
Agradece todo lo que has recibido.
Ahora acuéstate de nuevo.
Cierra los ojos