¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡SOY MELQUESEDEQUE!
El corazón a menudo se aprieta. Tristeza, preocupación, soledad, indignación. Hay tantos sentimientos que pueden desequilibrar el corazón. ¿Qué significa cada uno de estos sentimientos? ¿Dolor, sufrimiento, desesperación?
No. Significa un punto del camino en el que necesitas prestar más atención. Es ese punto del camino en el que necesitas sentarte, descansar un poco, calmar tu mente, reunirte con tu Presencia Divina y pedirle que te muestre lo que realmente necesitas aprender en ese momento.
Ten siempre presente que la desesperación, la tristeza o cualquier otro sentimiento que te haga vibrar bajo no te traerá la solución. Necesitas aprender. Muchas veces sufres por las personas que te rodean, por aquellas con las que convives y que están muy cerca de ti. No solamente la familia. Pueden ser amigos, conocidos, vecinos; da igual. Siempre tienes que recordar que es la lección de la otra persona. Nunca la tuya.
«Ah, pero a veces la lección también nos golpea a nosotros». En este punto, haz exactamente lo que dije al principio. Pregúntale a la Presencia Divina, ¿cuál es tu parte en esa lección? No es cargar con el sufrimiento. Es el sufrimiento de la otra persona. Pero si te afecta de alguna manera, hay algo que necesita ser mirado en ti. Porque te molestó, te afectó. Pero eso no significa que el sufrimiento de la otra persona tenga que ser el tuyo. Nunca tiene que ser el tuyo. Puede que te haya afectado en algún momento, pero no será el sufrimiento de la otra persona, sino el tuyo propio.
Así que, hermanos míos, el camino de cada alma siempre tiene sus altibajos. Lo que ustedes llamáis sufrimiento, nosotros lo llamamos aprendizaje. Es algo que el alma necesita aprender. Es como la manera de educar a los niños: cuando hacen algo mal, se les castiga para que piensen en lo que acaban de hacer.
No es que estemos fomentando el castigo aquí, pero un momento de reflexión siempre es necesario después de un mal acto. Una conversación, una manera de explicar que lo que se hizo no estuvo bien. Así que es…, el paralelismo es el mismo. Es necesario que haya un momento de reflexión. Y puedo decirte que hay un punto muy importante en todo esto. Muchas veces una caída puede doler, sí, pero si te ha
observado eficazmente lo que te llevó a caerte, te volverás más observador, más inteligente. Y tendrás mucho más cuidado al andar para no volver a caerte.
Así que hubo un aprendizaje, una lección. Y siempre estarás buscando un nuevo camino para no repetir esa caída. Así que, muchas veces, lo que llamas sufrimiento, lo que llamas castigo y que no existe, es solo un punto de reflexión; y una puerta que se abre más adelante, trayendo un camino mucho más iluminado, mucho más evolucionado.
Comprende, la evolución no ocurre en la inercia. Siempre necesita algo que la impulse hacia adelante. Porque si no, acabas acostumbrándote a lo mismo de siempre, a ese camino sereno, a ese camino tranquilo y cómodo. Y por miedo a cometer errores, no intentas mejorar. Se vuelven complacientes. Así que siempre debe haber un impulso para evolucionar. ¿Y cuál sería ese impulso? Algo que te haga parar. Algo que le haga pensar. Para que tengas la oportunidad de encontrar ese camino evolutivo.
Por supuesto, no siempre lo encuentras. Acabas volviendo a ese camino seguro y cómodo en el que estabas. Pero el universo no se dará por vencido. Seguirá haciendo que te detengas. Hasta que encuentres el camino de la evolución. Así que, siempre que haya algo que te moleste, algo que necesite ser analizado, sentido y comprendido, entra en la Presencia Divina, habla con ella. Y tendrás la claridad que necesitas para seguir cada camino. Y, sobre todo, para seguir el camino de la evolución.
Para el Código de Luz de hoy, te dejo con las siguientes frases:
«Soy capaz de evolucionar.
Soy capaz de encontrar el camino de la evolución.
Soy capaz de desprenderme de los caminos cómodos.
Y soy capaz de encontrar el camino que me hará crecer y evolucionar».
Después de estas frases, di la siguiente palabra:
¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
No te asustes por la palabra. Se adapta exactamente al momento. Mantén la calma. Se abrirán caminos evolutivos. No tengas miedo de recorrerlos. Son las puertas de la evolución, para que puedas acercarte cada vez más a la Quinta Dimensión.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
