¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY LA MAESTRA NADA!
En este momento, tengo una pequeña bola de Luz Rubí en mis manos. Estoy jugando con ella. A veces la aplasto; otras veces la hago redonda; otras veces la convierto en un bastón rojo. Es maleable en mis manos y puedo hacer con ella lo que quiera. Pero en este momento, todo mi Amor y mi corazón están en esta bola de Luz Rubí. Y como está llena de mi Amor, crece, crece, crece, y se vuelve inmensa, y cubre todo el planeta Tierra. Es una Luz de coraje, de fuerza, vibrante, para traer ánimo, confianza y fortaleza a cada uno de ustedes.
El rojo es un color intenso, y ha sido tergiversado durante mucho tiempo. Pero es el color de la sangre que corre por vuestras venas; o podría incluso decir que un día corrió por mis venas. Es el color de una rosa, el color de algunas frutas. ¿Cómo podría ser un color no iluminado?
Por su propia frecuencia, trae la vibración, como si diera una descarga de energía a cada uno de ustedes, después de mirar una bola de Luz Roja. Es como si la sangre reconociera la misma vibración y se volviera intensa, poderosa, fuerte; y destruyera todo lo que no forma parte de su cuerpo; todo lo que contamina, que daña cada una de sus células.
Entonces, este será nuestro ejercicio de hoy. Soy consciente de que muchos no lo harán porque sus creencias no lo permitirán. Pero este es el momento de que empiecen a romper todas esas creencias que les han sido inculcadas.
Entonces, imaginen que tienen en sus manos una pequeña bola roja; un rubí intenso y brillante. En este momento, es una bola cristalina. Creen esta bola con el rojo más intenso que puedan. No un rojo oscuro, sino un rojo intenso y brillante.
No es una bola grande, es una bola pequeña, que pueden cerrar con ambas manos a su alrededor. Toquen esta bola. Es dura, porque es cristalina. Hagan girar esta bola entre sus manos. Sigan tocando esta bola entre sus manos.
Ahora, pensad en un vaso. Poned esta bola dentro del vaso. «¡Ah, pero no cabe!». Cabrá. Porque al hacerla…, el deseo de que quepa en el vaso, se volverá líquida y tendréis un vaso lleno de un líquido rojo brillante.
Miren activamente este vaso con este líquido. Sientan su sangre, como si percibieran algo, como si se acelerara, como si burbujeara. No, no está hirviendo, está expulsando todo lo que no forma parte de ella; son invasores; son productos; todo lo que hay en su mundo, que hoy corre por sus venas, pero que no es, no forma parte del ser humano.
Entonces, miren activamente este vaso. Respiren profundamente y exhalen con fuerza. Hagan este movimiento siete veces. Contaré cada respiración: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete. Algunos podrán estar viendo su propia sangre corriendo por sus venas, del mismo color que el líquido que hay en el vaso. Incluso aquellos que no hayan tenido esta visión, creedme, la sangre es del mismo color que el vaso. Limpia, sana, llena de nutrientes, llena de energía, del Rayo Rubí; de mi Rayo Rubí.
Ahora, quien lo desee, puede beber el agua del vaso. Quien, por cualquier motivo, no quiera beber, solo tiene que acercar el vaso a su corazón y todo el líquido desaparecerá. Este ejercicio se puede hacer tantas veces como queráis. Limpia y elimina toda la energía no saludable que corre por vuestra sangre. La respiración la expulsa, junto con el dióxido de carbono.
Así que, siempre que queráis, repetidlo. Mantened la sangre del mismo color que el agua del vaso. Limpia, brillante, fuerte; llevando energía positiva a cada una de las células de vuestros cuerpos. Y vamos a intentar desmitificar el color rojo. Al igual que el negro, no hay nada en este planeta que haya sido dominado por seres de baja vibración. Todo eso eran creencias, dogmas y conceptos puestos en vuestras mentes para traer la separación. ¿De qué color es el universo? Allí, en el fondo, es negro. ¿Todo el universo es malo? Por supuesto que no.
Podemos entender que el color negro es la ausencia total de luz. Pero esto es solo una propiedad, no una maldad. Al igual que el color rojo. Busquen el rojo en la naturaleza. La puesta de sol, a menudo, se vuelve roja. Flores rojas. Setas rojas. Alimentos rojos. ¿Todos ellos están impregnados de baja vibración? Es obvio que no.
El color rojo es un color como cualquier otro. Ni mejor ni peor. Cada uno tiene su rango vibratorio. Así que, simplemente, amen el rojo. Y dejen de lado cualquier creencia que les haga pensar que no es un color divino. Podría incluso decir que muchos de ustedes, a menudo, no me aceptan mucho por el color de mi rayo.
No, no se sorprendan. Existe este estigma de que el rojo es un color maligno. Pero esto no me afecta, porque este rayo es para mí lo más hermoso que pude recibir de Dios Padre/Madre. Y les traigo a todos ustedes mi energía. Y todos aquellos cuyos corazones ya se han liberado de tantas creencias, dogmas y prejuicios, me aman con todo el color de mi rayo. Y siempre estoy dispuesta a ayudar a cada uno de ustedes. Tengan la certeza de ello.
Para el Código de Luz de hoy, les dejo las siguientes frases:
«Yo Soy un ser vibrante y poderoso.
Yo Soy capaz de iluminarme.
Yo soy un ser poderoso.
Y yo soy capaz de hacerme evolucionar».
Después de estas frases, digan la siguiente palabra:
¡Pedulcitum! ¡Pedulcitum! ¡Pedulcitum!
Y recuerden, hermanos míos: no se dejen llevar por las creencias; no se dejen llevar por los dogmas que les han enseñado. Los objetivos no eran nada nobles. Hoy, cada uno de nosotros trae la verdad; trae la Luz, para cada conocimiento.
Así que dejad a un lado todo lo que pueda obstaculizar el camino. Porque tened siempre la certeza: todo lo que ha sido estigmatizado por los seres que están ahí, es porque tiene mucho poder. Y era precisamente la pérdida de este poder lo que querían traeros.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión:Ana Maria Souza
