Queridos hermanos del planeta Tierra: ¡SOY LA MAESTRA NADA!
Hoy quiero hablarles de un tema diferente: la paz en el corazón. La paz interior. ¿Qué significa tener paz interior?
Para muchos, significa tener una vida perfecta. Todo en su lugar, todo perfectamente correcto; esto traería paz interior. Pero, ¿es eso la paz interior? ¿Y cómo se puede lograr en este mundo caótico en el que vivimos?
Diría que es un poco difícil. Pero reflexionemos sobre ello un poco. Al despertar, el primer pensamiento del día deberá ser:
“Mi día será maravilloso, equilibrado, próspero y tranquilo”.
Ese es el primer pensamiento. Estarás emanando buenas energías en tu camino. Te rodeas de buenas energías, iluminando así tu senda. Y entonces comienzas tu día con todas las tareas propias de la mañana; te nutres de alegría, te nutres con calma.
¿Qué sentido tiene comer deprisa, sin dedicar el tiempo necesario a tu relación con la comida? Simplemente, estás llenando tu estómago. ¿Has intentado alguna vez despertarte unos minutos antes y permitirte un buen desayuno, con paz, tranquilidad y equilibrio? Notarás una gran diferencia en tu día.
Y, las tareas continúan. Todo está siendo hecho. Llega la hora del almuerzo. De nuevo, vas con prisas; comes rápido. Ni siquiera te das cuenta de lo que pones en el plato. A veces comes demasiado, a veces comes muy poco. Porque no estás presente en lo que eliges. No dejas que tu cuerpo te diga lo que quiere comer. Comes aceleradamente rápido y sigues con tu día.
Al final del día, lo mismo. O cenas o no, pero todo lo haces mecánicamente.
Entonces, ¿cómo esperas encontrar paz interior? No le dedicas tiempo a tu cuerpo, a tu mente, a tu propia vida. Pero te quejas de que tu vida es difícil, de que va a toda prisa. Pues te digo: Ella es difícil, va a toda prisa, porque no encuentras el equilibrio, no atraes buenas energías; solo atraes todo aquello que te desequilibra.
No te digo que debas meditar todo el día. El equilibrio no solo proviene de la meditación; el equilibrio proviene de la respiración. Respira hondo tres veces antes de empezar algo. Centrarás tu cuerpo. Tu mente se centrará en el presente. Y entonces, comienza tu tarea.
Antes de comer, haz lo mismo. Respira tres veces antes de llenar tu plato. Y centra tu atención en el plato, en lo que pones en él. Deja que tu cuerpo diga: «¡Lo quiero!, ¡no lo quiero! ¡Pon más, pon menos!». «¡Ay, no sé cómo hacer eso!», sí que lo sabes. ¿Cuántas veces sientes ganas de comer algo? Es tu cuerpo el que habla.
Dale tiempo para que se acomode y diga lo que quiere. Prepárate una comida saludable. Aprende a elegir lo que comes. No cedas a las tentaciones ni a las distracciones. Aliméntate bien.
Al final del día, cuando te duches, haz lo mismo: respira hondo tres veces. Y que la ducha sea una limpieza profunda. En ese momento, intenta sentir solo el agua cayendo sobre tu cuerpo, ¡nada más! Olvídate del mundo exterior. Deja que el agua equilibre tu cuerpo y limpie tu aura. Mientras te duchas, sigue respirando, siempre respirando. Esto hace que toda la negatividad se la lleve el agua. ¡Y se va! Saldrás de la ducha sintiéndote mucho más ligero.
Ten cuidado con los problemas que te llevas a casa después del trabajo. Tu hogar debe ser un altar, donde solo se digan cosas bonitas e elevadas, inspiradoras. No te lleves los problemas del trabajo a casa. Déjalos allí. Pertenecen al trabajo, no a tu hogar.
Para quienes solo se dedican a las tareas del hogar, al final del día, no hagan una lista de quejas sobre todo lo que salió mal. Al contrario, agradezcan todo lo que salió bien. Lo que no funcionó, déjenlo para el día siguiente. Todo irá mejor. Aprendan a no reclamar. Aprendan a no alimentar la negatividad del día. Porque al quejarse, alimentan esa energía negativa.
Entonces, ¿qué significa tener paz interior? Significa seguir gradualmente cada uno de estos pequeños pasos que he mencionado. Aprendan a hacerlo, poco a poco, cambien su energía. ¡Cambien sus pensamientos!, traigan armonía y alegría a sus hogares.
Cuando lleguen a casa después de un día de trabajo, dejen los problemas afuera y entren solo con el corazón. Y quienes estén adentro, al final del día, también dejen atrás todos los problemas que pasaron; si es posible, desháganse de ellos. Tómenlos como basura y desháganse de ellos. Cambien su vibración. Aprendan a hacerlo. Y comprenderán lo que significa tener paz interior.
¡Ah! Y no puedo olvidar lo más importante: antes de dormir, no te lleves a la cama todo aquello que te haya preocupado durante el día. Los problemas no pertenecen a la cama. Deshazte de ellos. Así que, antes de acostarte, aún sentado, respira hondo tres veces. Coloca ambas manos sobre tu cabeza y visualiza rápidamente cómo tus manos extraen todo lo que tienes en mente en ese momento. Al terminar, deshazte de ello. Haz el gesto de lanzar con las manos. Entonces, puedes acostarte. Porque irás a la cama solo, ya sea contigo mismo o con la persona que estará a tu lado.
Enseña esto a los demás en tu hogar. Y ten la certeza: encontrarás paz en tu corazón.
Para el Código de Luz de hoy, te dejo con las siguientes frases:
“Soy capaz de mantener mi equilibrio.
Soy capaz de deshacerme de los problemas.
Soy capaz de vaciar mi mente.
Y soy capaz de encontrar la Paz en mi corazón.”
Después de estas frases, di la siguiente palabra:
¡Lurântinum! ¡Lurântinum! ¡Lurântinum!
Lo que les he enseñado hoy no es nada absurdo. Son los poderes que ustedes poseen y no los usan. La respiración es increíblemente poderosa. Es capaz de obrar milagros. Así que úsenla, úsenla, usen su respiración constantemente, antes que nada. Experimenten y verán los resultados.
Traducción: Íngrid Elena Sanchez Schnoor Nunes
Revisión: Regiani Maria Bugalho
