¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY ROWENA!

Tengo en mis manos en este momento una rosa de color rosa para cada uno de ustedes; recibid esta rosa, está llena de amor, de paz, de armonía. Siempre que podáis, comprad una rosa rosa, una sola rosa y dejadla cerca de vosotros. No hace falta que me dediquéis la rosa porque siempre me representa y siempre estaré ahí emanando amor, emanando paz, emanando alegría.

Hermanos míos, la alegría a veces es un sentimiento difícil de mantener, parecen momentos inalcanzables, parecen momentos que nunca llegarán, pero creedme, basta una sonrisa, pero una sonrisa de corazón, para que la alegría llene tu cuerpo y tu pecho. Siente tu corazón sonreír y todo a tu alrededor cambiará, todo a tu alrededor se elevará.

La tristeza es un sentimiento poderoso; es como un gran agujero que a medida que penetras en él te hundes más y más, y se hace cada vez más fuerte, más poderoso. ¿Cuál es el final de este agujero? No lo hay, sólo existe la capacidad de tu mente de envolverse en este sentimiento y traer todas las consecuencias a tu cuerpo físico. No alimenten la tristeza.

Recuerda siempre esto: cuando te sientes triste se está abriendo un agujero y tú estás en él y cuanto más lo alimentes más te hundirás. Así que sal del agujero a tiempo, porque llegará el momento en que sólo con ayuda, mucha ayuda, saldrás del agujero. ¿Y cómo transmutar esta tristeza?

Mira la naturaleza, mira un animal, mira una flor, mira el cielo, y agradece tener la oportunidad de poder ver todo esto. Muchos no tienen esta oportunidad. Para estos conecta con cada elemento en tu mente y sentirás la energía de cada uno de ellos; mira un árbol, conecta con un árbol. No hace falta mucho, no tiene que ser cerca, simplemente mira un árbol y di: “Conecto contigo” y ten por seguro que inmediatamente una conexión de amor, de energía nutrirá tu cuerpo, tu mente. Abre tu corazón para recibir esta energía y verás como la tristeza, poco a poco, perderá su fuerza y una gran alegría, una ola de gratitud se apoderará de tu cuerpo y de tu mente, y sobre todo de tu corazón.

Hermanos míos, no alimentéis el sufrimiento, no viváis el sufrimiento de los demás. Cada uno es responsable de sus elecciones, y cuando cada uno, por sus elecciones alcanza a los que le rodean, esto también es una carga para él, porque debe tener el discernimiento de sufrir solo sus propias elecciones y consecuencias, no involucrar a nadie más en esto.

No os dejéis involucrar. No os dejéis engullir por el sufrimiento de la otra persona; esto no es amor, esto es acomodación. Si realmente amáis, salid de esta energía que os rodea, miradla con amor. No te involucres en ella, no permitas que te involucre. No es tu energía. Aprende a distanciarse de algo que no es tuyo. Recuerda que ya tienes tu propio viaje, tus propios problemas que resolver, tus propias lecciones que aprender, no necesitas involucrarte en las lecciones de nadie más.

Ahora, no tomes esto como abandono, como negligencia. Debes aprender a mirar el sufrimiento de los demás con amor; rodéalos siempre de luz y amor. Esta es la respuesta a la lección, así es como aprendes a no involucrarte en el sufrimiento ajeno. Porque la ira, la tristeza y el malestar hacen que las energías se entremezclan, choquen, se conviertan prácticamente en una, y como ese sentimiento no es el tuyo, sientes ira, tristeza y malestar.

Así que no os dejéis atrapar por ello. Respetad el sufrimiento del otro y miradlo con Amor y Luz. Cada uno responde al sufrimiento a su manera; algunos lo aceptan, se ríen de él, son personas elevadas, felices incluso con toda la carga del sufrimiento. Ya han aprendido a transmutarlo. Otros no, se creen fuertes, poderosos, pero sólo emanan dolor, malestar, heridas, rabia, y se sienten extremadamente prejuiciados contra los demás, agraviados. Entonces, necesitas emanar toda esta carga hacia los que te rodean, y esto sólo te perjudica; no te ayuda en nada.

Depende de ti, de los que te rodean, mirar esa nube negra de dolor, de sufrimiento, de herida, de resentimiento, y envolverla en una bola de Luz, sellando ese momento. Sellen ese momento con Luz y poco a poco sus cerebros aprenderán que no necesitan escuchar nada, no necesitan involucrarse con nada, simplemente miren todo con amor y Luz. Este es el papel de ustedes que están alrededor.

Cada uno debe cargar con su propio sufrimiento y no esparcirlo por el mundo. Esto también es una lección, pero muchos no lo saben, piensan que es injusto sufrir solo. Así que depende de los que te rodean conectar con ese árbol y pedirle: “Dame luz, dame alegría, dame fuerza”; para que puedas en cada momento emanar luz, emanar amor. Esa es tu lección, pues cualquier otro sentimiento lo mezclas con esa energía y entonces no es bueno para nadie, porque tu ira, tu tristeza, tu malestar se sumarán al sufrimiento de quien ya está lleno de ello. Fíjate cuánto daño le estás haciendo a ese ser al responder de la misma manera a la energía que te envió.

Piensa en esto. Estás aumentando tu sufrimiento. Entonces, no hay otra salida; la salida es crear una burbuja de Luz y emanar amor. Puede ser difícil para ti hacer esto pero cada vez que empieces a hacerlo, es todo entrenamiento y aprendizaje y encontrarás que con el tiempo tus cerebros, tus mentes serán más rápidas que tú en crear esa burbuja de Luz y ni siquiera te darás cuenta de lo que se dijo allí, de lo que se hizo. Nada más te sacudirá, así es como necesitas vivir para tener alegría.

Nunca olvides el agujero de la tristeza, baja y crece rápidamente; sólo un pensamiento, sólo una lágrima de dolor. Así que acepta que puedes cambiarlo. Ocúpate de tu propio sufrimiento. No necesitas cargar con el sentimiento, con el sufrimiento de los demás. Cada uno tiene su propia carga, cada uno tiene su propio camino, y cada uno cosecha los resultados de sus elecciones. No hay otro camino. No hay otra solución, porque cualquier otra solución que emanes, recuerda que estás añadiendo sufrimiento al que ya es tan grande en el otro. Y no importa si la otra persona es egoísta, no importa, no importa cómo piense o cómo sea; no es tu problema, es lo que es, y actúa como cree que es correcto, como tú también lo haces.

Así que no le juzgues, pero no hace falta que te involucres. Amar es respetar incluso el sufrimiento del otro. Amar es involucrar a la otra persona en la Luz y decir: “No, este es tu sufrimiento, no el mío. No quiero compartirlo”, y mirarlo con Amor y Luz. Inténtalo de esta manera, y no olvides tus conexiones con la naturaleza, no olvides la rosa rosa.

La que has recibido hoy está en tu corazón, a menos que no quieras que esté. Entonces di: “No quiero esta rosa” y no la pondré allí. De lo contrario, todos tenéis mi rosa en tu corazón trayendo amor, alegría y tranquilidad.