¡Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra! ¡YO SOY SAINT GERMAIN!
Llevo la Llama Violeta en mis manos. Y en este momento, os cubro a cada uno de ustedes con mi llama. Para que os transmute, os limpie, rompa todas las cadenas y ataduras que aún os atan a muchas cosas.
Ahora es el momento de soltar completamente este apego. Desprenderse de los bienes materiales, desprenderse de las personas, desprenderse de los acontecimientos. Dejar ir no es un momento fácil. Dejar ir significa desprenderse. Es hacerlo solo un recuerdo. Es darse cuenta de que ya no existirá.
Muchos de ustedes se preguntan: «¿Por qué dejar ir? ¿Quién nos garantiza que lo perderemos? ¿Por qué tenemos que hacer estos ejercicios que nos resultan tan dolorosos?». No puedo daros una sola respuesta. Solo puedo deciros a cada uno de ustedes que soltar, poco a poco, paso a paso, lentamente, sin prisas, no trae sufrimiento. Puede traer ese dolor en el corazón, esa lástima que sientes por perder algo, pero pasa rápido. Porque en el fondo, no crees que vayas a perder nada.
Nada es definitivo. Nada es exactamente lo que dice ser. Pero este es un ejercicio en el que la gran pregunta es: «¿Para qué necesito esto? ¿Qué aporta esto realmente a mi evolución?». Ah, sin duda encontrarás muchas cosas. E incluso aquellas que te ayudan a evolucionar deberían convertirse en un simple recuerdo. Nada más.
Hermanos y hermanas míos, cada paso del camino, cada paso dado hacia la Luz, es un momento sublime. Es un momento en el que hay que dar gracias intensamente, porque la evolución de un alma no es fácil ni sencilla. Se necesita la oportunidad; se necesita el momento adecuado; se necesita el aprendizaje adecuado. Esto no ocurre todos los días. No ocurre siempre en la historia de ningún planeta.
La evolución individual de un alma existe, pero cuando se libera del cuerpo físico. Allí, sí, tiene la oportunidad de aprender mucho, pero cuando vuelve al planeta para reencarnarse, todo se olvida. Así que no es un proceso de aprendizaje muy valioso. Es un constante aprender y olvidar.
Pero lo que estás viviendo ahora es un momento único en el universo. Te puedo asegurar que si hubiera televisiones en el universo, y si hubiera una gran empresa de radiodifusión, serías un culebrón; y todo el mundo estaría viendo cada capítulo con gran curiosidad por aprenderlo todo, lo que hay que hacer para evolucionar.
Sí, lamentablemente no hay programas de televisión en el universo que transmitan los hechos de un planeta a otro.
Pero debes saber que todo el universo sabe que el planeta Tierra está evolucionando; está renaciendo; se está convirtiendo en un planeta de Quinta Dimensión. Y todo el mundo tiene mucha curiosidad por saber cómo atravesarán este proceso los seres que viven aquí. ¿Cómo serán sus corazones? ¿Cómo serán sus mentes? Esta es la pregunta constante.
Así que te hago una pregunta: ¿Qué prefieres: hacer el ejercicio de soltar, poco a poco, con calma, sin demasiado sufrimiento; o perderlo todo de golpe? Algunos de ustedes habéis tenido recientemente la experiencia de perderlo todo, de un momento a otro. Preguntadles qué sienten.
Perder sus referencias, perder sus recuerdos, perderlo todo; quedarse sólo con lo puesto. Pregúntales: ¿qué es este momento? Yo les diría que estas personas están más que preparadas. Algunas conciencias caerán ahora. Algunos se darán cuenta de lo que realmente han sufrido. ¿Entiendes? Nada es lo que parece. Todo tiene una razón.
Así que, hermanos míos, aún tenéis esta oportunidad de soltar poco a poco. Vivir con lo mínimo. Hagan su parte por Gaia. Y estad seguros, cada pequeño gesto no es inútil, al contrario, cada pequeño gesto hacia el planeta se siente en el corazón de Gaia. Y ella está tan agradecida, tan halagada, que te hace regalos, aunque tú no lo sepas. Porque habéis hecho un gesto de respeto y amor hacia ella.
Me doy cuenta, hermanos míos, de que muchos de ustedes preferiríais que llegara el momento; que fuera todo de una vez. Pero os aseguro que no es un sentimiento fácil de experimentar ni de comprender. Y, sobre todo, tenéis que tener mucho cuidado de no darle la vuelta a la tortilla; de no saltar al otro lado de la línea y vibrar solo revuelta y dolor; perdiendo todo lo que ya habéis conseguido.
No estoy diciendo aquí que os vayáis a vivir al medio de la calle, sin ningún tipo de comodidad. No. Continuad en vuestras casas, viviendo vuestras vidas. Simplemente, aprended a dejaros llevar y a vivir con lo menos posible. Aprended a compartir con los que no tienen nada, o con los que tienen menos que ustedes. Pero prefiero que compartan con los que no tienen nada, es más justo. Porque los que tienen poco tienen algo, pero están los que no tienen nada.
Así que procura que las cosas lleguen a los que no tienen nada. Pon tu granito de arena. Empieza a compartir. Empieza a permitir que cualquier hermano o hermana tenga todo lo que tú tienes. No te aferres a nada. No sufras por nada. No des tu sangre, como dices, para conquistar nada. Ya no es el momento.
Ahora es el momento de vivir. Se trata de estar agradecido por todo lo que has conseguido. Se trata de estar agradecido por vivir en este momento, donde tendrás la oportunidad de pasar por todo el proceso. Aprenderás muchas cosas, sobre todo que todo a lo que te aferras hoy no tiene valor; nada tiene el valor que tú le das.
Lo que realmente tiene valor es el amor en tu corazón; es el sentimiento hacia el otro; es el desapego, la paz que reina en tu corazón. Esto no tiene precio. Vibrar paz, vibrar Amor, vibrar Luz no tiene precio. Nada se compara. Nada sustituye. Nada añade. Es solo servir. Pero no servir como un lacayo, como un sirviente. No tome al pie de la letra. Es un sentimiento, es una forma de vivir, en la que sigues teniendo comodidad, pero si mañana no la tienes, tampoco pasa nada. Porque has aprendido a valorar otras cosas; a valorar lo que hay en tu corazón. Es decir, desapego. Es quitarle valor a cada cosa. Es quitar la dependencia de cada cosa. Es quitar de sus mentes esa frase: «¡No puedo vivir sin esto!». Sí que puedes. Cada uno de ustedes puede vivir siendo sólo ustedes. Nada siendo tuyo. Todo siendo de los demás. Podéis hacerlo. Pero tenéis que aprender. Tienes que dejar ir.
Y por último, hay otro punto que es tan importante como soltar las cosas: soltar a las personas. Nadie es propiedad de nadie. Así que no mires a los que te rodean como si fueran de tu propiedad. Todo el mundo tiene una mente y cada persona puede elegir un camino diferente del que tú consideras correcto.
Así que tendrás que aprender a respetar el camino de cada uno, la decisión de cada uno, la forma de ver las cosas de cada uno, la rebeldía de cada uno. No pienses que todos caminarán como tú has caminado hasta ahora. No. Será una época muy difícil para la mayoría del planeta. Y tendrás que observarlo todo, impasible, sin actuar, sin mover un dedo, para nada. Ayudando cuando se os pida ayuda. Nada más.
Así que no quieras ser profeta. No quieras ser pastor. No quieras ser el que dirige a las masas. No. Simplemente serás tú. Las masas serán guiadas por los Seres de Luz. Ellos guiarán a las masas. Guiando a cada persona a encontrar el camino correcto, si ese es el caso.
No interfieras con las acciones de los Seres de Luz. Sabrás mucho. Sabrás muchas verdades. Y no serán verdades bonitas. Crees que sabes mucho, pero puedo decirte que no sabes nada. Solo ves un punto, pero el iceberg es mucho más grande.
Así que mantente entero, vibrante en Luz y Amor. Y respeta las decisiones de los demás. No entres en ese…, en ese proceso de pensar que puedes evitar que esa persona vaya por el camino equivocado. No, no detendrás nada. Porque cada uno tomará su propia decisión. Y verás a muchos irse. Sí, lo harás, literalmente.
Así que empieza a dejar ir también. Porque serán amigos queridos; serán familiares queridos; algunos muy cercanos, otros no tanto; los que tomarán la decisión de marcharse. No tendrán el valor que tú has tenido para llegar hasta aquí. Así que respétalo. ¿Y cómo puedes soportar todo esto? Solo dándote cuenta de que un día, muy pronto, podrás volver a estar con ellos. Y echarles de menos. No de un cuerpo físico, sino del sentimiento, de la conexión vivida, del amor intercambiado entre ustedes. Porque nada se acaba. Se acaba el cuerpo, no el alma.
Así que respeta cada decisión. Respeta cada camino. Y asegúrate de que tu camino está iluminado. Y que puedas continuar en la misma dirección en la que vas hoy. No, no estoy siendo malo ni intenso; estoy siendo real. Empezad a vivir como seres que no tienen nada. Y que en cualquier momento podéis perderlo todo y a todos los que os rodean.
Traducción: Regiani M. Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza