¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY SANANDA!
Una vez más estoy aquí con gran alegría. Es con gran alegría que traigo todo mi amor, toda mi energía a cada habitante de este planeta. Los cambios son fuertes. Si os preguntáis cuándo ocurrirá todo, os diré que ya está ocurriendo todo. La transmutación de las energías, el equilibrio de las energías está teniendo lugar.
Toda la transformación de este planeta es la forma física de generar la energía necesaria para luchar contra lo que hay que luchar. Entonces muchos pensaréis: “¿Cómo que Gaia hace sufrir a tantos niños, que tantos pierden sus casas, que tantos lo pierden todo; es esta una forma positiva de transmutar la energía negativa?”. Voy a deciros que tenéis que dejar de pensar siempre en ustedes mismos como eternos sufridores.
Como se ha dicho aquí y se ha repetido innumerables veces, cada uno está donde tiene que estar. Antes de que juzgues a Dios Padre/Madre, juzgues a Gaia o juzgues a cualquier otra persona, te hago una pregunta: ¿Conoces a cada una de las almas que están ahí? ¿Conoces la historia de esa alma, lo que ha sembrado y lo que está cosechando ahora? No, no la conoces. Solo piensas que todo lo que ocurre es para mal, que todo lo que ocurre es para generar sufrimiento, como un castigo. Pero no es así, puedo decirte que todo gran sufrimiento corresponde a una gran lección. Nada es en vano, nada es un castigo.
Así que si esas almas que están allí en ese punto, donde la naturaleza se ha vuelto austera y violenta, no son pobres cosas pasando por todo eso, están recibiendo la cosecha de lo que han sembrado. Pero como tú no ves nada, solo juzgas: “La naturaleza está siendo despiadada y malvada”. Así que puedo decirte que aprendas a vivir con ello, porque el proceso no va a comenzar, ya ha comenzado. Y el equilibrio de energías necesario para el planeta ya se está produciendo.
Muchos dirán que tú has causado todo esto. El cambio climático en el planeta es el resultado de todo lo que has causado. Voy a decir que eso no es del todo falso. Una gran parte de lo que estás viviendo, de todo este desequilibrio, sí, lo has causado tú, pero otra parte no. Date cuenta de esto: Habéis creado egregores inmensos y poderosos durante mucho tiempo, durante eones en este planeta, y una simple lluvia no destruirá estos egregores. Necesitas una fuerza, una energía opuesta del mismo tamaño o mayor, para destruir cada uno de estos egregores. Y puedo decirte que los egrégores que están siendo destruidos son muy pequeños. Entiéndelo como quieras.
Nunca dijimos aquí que el proceso sería fácil de atravesar, al contrario, últimamente venimos repitiendo exhaustivamente que vendrán tiempos difíciles; y ustedes prefieren no creerlo, prefieren no entenderlo, prefieren no aceptarlo. Lo único que les digo es que cada uno de ustedes cosechará lo que sea proporcional a lo que necesite aprender, ni más ni menos. Los obstáculos que aparecen en tus caminos no son castigos, son puntos de atención, puntos de reflexión, para que no repitan errores del pasado, recientes o no.
No veas los obstáculos y los problemas como rocas insuperables; ve cada uno de ellos como lecciones que te están mostrando: Mira, ¡aquí tienes una lección que no puedes repetir! Y en el momento en que te detengas y escuches a tu corazón, pregúntate: ¿Qué lección tengo que aprender? ¿Qué he hecho yo para crear este obstáculo? ¿Qué hice para generar esta enorme piedra que no puedo quitar del camino? Y si preguntas con el corazón, escucharás la respuesta. Y entonces podrás tomar la decisión que sea necesaria en este caso: simplemente sentarte y mirar fijamente esa piedra insuperable y morir allí, o contratar a alguien que pueda venir y quitarla de tu camino, metafóricamente hablando.
No te asustes por los obstáculos, no te asustes por las lecciones, ya no durarán más. No tendrás otra encarnación en este planeta para disolver las lecciones, están llegando rápidamente, se están mostrando plenamente, y solo necesitas mirarlas a la cara, enfrentar los problemas, enfrentar los obstáculos y preguntar con el corazón qué hacer para salir de ellos. Eso es. No tienes que esperar mucho, a menos que quieras sentarte a un lado de la carretera y esperar un milagro. Puede que llegue, pero tendrás que sembrar para que llegue el milagro.
Así que ahora no es el momento de esperar lo que está por venir, ahora es el momento de vivir el presente, vivir el momento, vivir lo que venga y te das cuenta de que hay un punto que superar. Genial, entonces es el momento de sentarte y preguntarle a tu corazón cómo superar ese obstáculo. Cuando digo que escuches a tu corazón, puedes escuchar al Ser Superior, puedes escucharnos a nosotros, puedes escuchar a quien quieras. Simplemente, ponte dentro de tu corazón y haz la pregunta. Y te aseguro que puede que no venga como una respuesta inmediata, pero vendrá, cristalina. Porque ya no hay tiempo para que juguemos a las adivinanzas contigo, mostrándote símbolos, mostrándote formas, para que entiendas la respuesta.
También tenemos que ser muy rápidos con las respuestas que te damos, para que puedas coger ese obstáculo y superarlo, para que aparezcan nuevos obstáculos, y así puedas aprender cada vez más lecciones y evolucionar. No hay tiempo para juegos, no hay tiempo para conjeturas, no hay tiempo para que pases tiempo y tiempo y tiempo tratando de entender dónde está el problema. Y te aseguro que seremos rápidos, extremadamente rápidos en responderte cuál es ese obstáculo.
Ahora, lo que hagas con ello, esa es tu elección, esa es tu verdad, es tu conciencia, es tu evolución la que dirá: “Lo entiendo, voy a tomar una decisión”. Bien, no esperes que tomemos la decisión por ti, la decisión siempre será tuya, porque las elecciones siempre son tuyas. Pero seguro que sabrás exactamente cuál es el problema, para poder tratarlo adecuadamente, para poder tratarlo con urgencia y resolverlo eficazmente. Y entonces volveremos a hablar de si nos haces caso o no.
Este tema ya se está volviendo aburrido y bastante repetitivo, y mucha gente no soporta oírlo más. No tenemos mucho problema con eso, seremos tan aburridos como sea necesario, para que entiendan, para que realmente nos entiendan. El que se canse y no quiera oírlo más, que no nos escuche. A quienes les moleste que repitamos esto una y otra vez, puede que haya algo grave que no quieran recalcar. No nos importa complacerles, tenemos que mostrarles el camino.
Y este ha sido un camino que no queréis recorrer, porque lo habéis intentado muchas veces y no habéis conseguido nada. Por eso os digo: mientras no os empoderéis, no os creáis dignos, no os creáis preparados para oír nuestra respuesta, no oiréis nada, no percibiréis nada. Os aseguro que los que nunca se han rendido puede que no nos oigan hablar, pero sus corazones sí. Y no hay ninguno de ustedes que no escuche a su propio corazón, porque forma parte de ustedes, no está fuera.
Insistiendo y confiando conseguirás lo que quieres. El problema es que estás tan cansado de tantas cosas dichas y no vistas que ya no crees en nada. Es una pena, porque los que creen en lo que no ven avanzan, crecen y evolucionan. Y los que dudáis, los que no os creéis preparados y no hacéis el más mínimo esfuerzo por estarlo, recogeréis lo que sembréis. Nada más. No esperéis que las cosas sean cada día más fáciles, al contrario, cada día serán más difíciles, porque ahora será el momento de aplicar todo lo aprendido. Será el momento de vivir como te han enseñado. Quien actúe de estas dos maneras lo superará todo de pie, aunque el mundo a su alrededor se venga abajo, lo superará de pie. Ahora bien, si no puedes vivir lo que has aprendido, entonces tu camino será muy difícil.
La Tierra se está transformando y esta transformación es necesaria para eliminar los egregores que habéis creado. Así que la tendencia nunca será a mejorar. Ahora bien, aquellos de ustedes que sigáis el camino correcto por el que os hemos guiado no pasaréis por nada de esto, porque mereceréis, en un momento determinado de vuestro camino, partir hacia la Quinta Dimensión. Y los que se queden aquí, preguntándose todavía si deben creer o no, vivirán lo que tengan que vivir; nadie está libre de nada. Y realmente me gustaría que todos y cada uno de ustedes se dieran cuenta de que todo, todo por lo que están pasando o pasarán, es el resultado del camino de su alma. No hay escapatoria. Simplemente, aprended a resolver los problemas y seguid caminando. Sentarse y llorar no os llevará a ninguna parte.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Regiani M. Bugalho