¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡YO SOY SANANDA!
Una vez más mi corazón está lleno de alegría por poder estar aún más cerca de cada uno de ustedes. Este es un tiempo de elevación. Este es un tiempo para el crecimiento. Este es el momento de liberarse de tantas cosas que ya no les sirven.
Hijos e hijas míos, tratad de hacer de sus vidas momentos de alegría, momentos de paz. Intente liberarse de tantas tareas, compromisos, que de momento no os llevarán a ninguna parte. Mirad, mirad en tu corazón. Pregunte: “¿Esto es para mi evolución o no?”.
Una vez dije que tienes la mala costumbre de ponerte varios objetos en las manos, porque crees que cuantos más objetos tengas en las manos, más preparado estarás para la evolución. Vuelvo a recordarte lo más importante: el cambio de corazón, el cambio de hábitos, el cambio de mentalidad.
No te aferres a todo como a ese último lugar en ese último barco que partirá; y harás cualquier cosa por estar allí. Este es un tiempo para la serenidad. Este es un momento para la calma. Es el momento de hacer balance de todo lo que habéis aprendido para poder aplicarlo, no a los demás, sino a ustedes mismos.
Es como si dijeras: “¡Tómate unas vacaciones!”. Por supuesto, sé que no todo el mundo puede elegir tomarse unas vacaciones ahora mismo. Pero las vacaciones de las que hablo son unas vacaciones de búsqueda, de nuevos caminos, de nuevos conceptos. Pon los objetos que tienes en las manos en esa estantería. Son tuyos. No busques más objetos.
Es hora de mirar hacia dentro. Lo que ya has aprendido, aprendido está. No necesitas buscar otra fuente. Has bebido de las fuentes durante mucho tiempo y has aprendido mucho. Ahora es el momento de calmar tu mente, es el momento de recordar lo que has aprendido, es el momento de sentarte tranquilamente en un rincón y simplemente rememorar.
Deja de buscar nuevos caminos. Así no encontrarás la evolución. Sepa distinguir cuándo llega un camino. Puede ser que algo te llegue y te veas impulsado a hacer, a buscar, a aprender. Pero antes de tomar una decisión, escucha a tu corazón. “¿Necesito hacer esto?”. Y si te responde que sí, entonces será un camino para tu alma, será algo que realmente te ayudará. Pero si tu corazón dice que no, es porque no te hará ningún bien, no en este momento.
Yo diría que tenéis que practicar más. Habéis aprendido muchos ejercicios, pero algunos no practicáis. Tenéis que practicar más. Y no, no esperéis a la otra persona. No esperéis a que alguien os coja de la mano y os diga: “Vamos a hacer este. Hagamos esto otro”. La decisión y la elección son tuyas, no de la otra persona. Lo que le gusta a otra persona puede ser lo que a ti no te guste.
Hijos e hijas míos, la energía que llega es intensa. Tenéis que calmar sus cuerpos, hacer cosas sanas, no atascarlos más con preocupaciones, con nuevas disposiciones, nuevas ideas. Es el momento de calmarse. Es el momento de encontrar ese espacio para no hacer nada, pero sin culpa; sin pensar que quedarse quieto no es bueno, que estáis haciendo daño a alguien.
Empezad a miraros a ustedes mismos, hijos míos. Dejad de mirar a los demás. Los demás no conocen su camino. Así que no os importe lo que piensen. No os importe lo que piensen. Es su experiencia y nadie sabe cuál es la experiencia suya.
Aprende a ir más despacio, a detenerte un momento, a mirar simplemente el cielo, ver las estrellas; mira una flor que se abre; mira las montañas y conecta con ellas; mira a tus hermanos y hermanas y emana Luz, sin pensar en lo que cada uno está pasando o sufriendo. Emana sólo Luz.
Necesitas calma, necesitas descansar. Deja de buscar cosas que crees que te aportarán nuevos conocimientos. Te lo digo: no lo harán. Has tenido acceso a muchas enseñanzas. Ya no hay necesidad de aprender. Solo trata de practicar. Piensa, pero piensa solo en ti.
Mira en tu interior y pregúntate: “¿Qué necesito para entrar en la calma?”. El primer paso es poner todos los objetos que tienes en las manos en la estantería, dejarlos vacíos. Querer hacer demasiadas cosas a la vez no funciona, no haces ninguna bien. Elige una cada día y practícala. Alterna. Suelta las reglas que te has creado.
Intenta hacer las cosas con más ligereza, con más suavidad. Y verás que después de un tiempo sentirás la diferencia. Y entonces es cuando te digo que estarás realmente en el camino de la evolución.
Traducción: Kelly Neri
Revisión: Regiani Maria Bugalho