¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡SOY SANANDA!
Una vez más puedo estar aquí contigo, y saber que en mi corazón estoy todos los días. Aunque no traiga mensajes, aunque no demuestre en mis palabras todas las enseñanzas que tengo, estoy con ustedes todo el tiempo, en sus corazones.
Agarrense a la Luz, sean Luz, no se dejen llevar por sentimientos pequeños y mezquinos. Dentro de la Tercera Dimensión sabemos que no les resulta fácil emanar Luz todo el tiempo, porque los problemas aparecen, aparecen contratiempos, aparecen insatisfacciones, todo el tiempo. Lamentablemente no hay manera de que puedan evitar esto, porque muchos son parte del gran proceso que se ha creado a su alrededor.
Hay que tener una mente muy fuerte, muy centrada, muy enfocada en lo que quieren mantener. Sabemos que no es fácil. que tus propias tareas mundanas muchas veces les desvían del camino de la tranquilidad; la rutina pesa mucho en sus espaldas; la repetición diaria de las mismas cosas, de los mismos intereses, colabora con que se sientan desanimados a menudo, completamente perdidos dentro del contexto.
Sabemos que mantener altos sus pensamientos, mantener alta su vibración, no es un proceso fácil, porque el entorno no ayuda; las lecciones no ayudan; los que están alrededor no ayudan; y siempre llega ese momento en el que quieren tirarlo todo hacia el alto, renunciar a todo, porque el camino no es fácil.
Sí, mis hijos e hijas, somos plenamente conscientes de todo. Muchos piensan que no sabemos lo difícil que es vivir ahí donde ustedes están. Sólo me gustaría que ustedes recordasen que muchos de nosotros también hemos vivido allí y sabemos exactamente cuál es el atractivo de este mundo. Y muchos de nosotros ya llevamos mucho tiempo alejados de la vida terrenal, por eso el atractivo hoy es mucho mayor, es mucho más difícil. Lo sabemos.
Pero necesitamos animarlos a seguir en el camino, porque si todo lo que he dicho aquí efectivamente los hace desanimarse, desistir, nuestra misión estará incompleta. Porque no es eso lo que queremos. Queremos estar al lado de cada uno de ustedes, y ayudarlos en este empeño, en esta marcha. ¡Pidan nuestra ayuda! Es como hemos estado diciendo, casi a diario: No podemos cambiar sus lecciones. Cualquier cosa que tengan que pasar, lo pasarán, pero sí podemos, sí, aliviar algo de ese peso, de ese descontento, de ese desánimo, que empieza a tomarlos por entero.
Muchos están cansados; han recorrido un largo camino, un camino difícil, de cambios: de pensamientos, de paradigmas, de todo; y en realidad poco llega, como resultado. Al contrario, están viendo un mundo cada vez peor, están viendo cosas más difíciles, un mundo en el que es más difícil vivir. Le diría que no mejorará. La carga de su mundo no mejorará; ahora, la carga de cada uno, está sí, se puede hacer más ligera.
No esperen cambios beneficiosos en su mundo. No por ahora. El mundo necesita…, lo voy a decir aquí como una parábola: “El mundo necesita ahogarse enteramente en la podredumbre de los seres humanos para que puedan entender que hay aire sobre sus cabezas”. Su mundo necesita aprender. Y no será un tiempo fácil. Pero lo repito aquí y ahora: tu camino puede ser más ligero.
Pide nuestra ayuda. No tengan miedo. No crean que nos molestarán. No crean que no les atenderemos. Recuerden siempre que no les quitamos las lecciones, pero todo lo demás podemos hacer , aligerar la carga; mostrar caminos que los lleven a cambios, por pequeños que sean, pero que marcarán la diferencia, que ayudarán a cada uno de ustedes a tener un poco de alegría, a tener un poco de entusiasmo, a saber que están consiguiendo.
No se desanimen. No se rindan. Tienen nuestra ayuda. Basta pedir. No podemos sacarlos de este mundo, todavía, porque dependerá de la evolución de cada uno, de la frecuencia de cada uno, pero sí podemos, en cierta manera, modificar su entorno; ayudarte a superar tus molestias de una forma más liviana, sin que ello les desvíe del camino ni les haga ir por el caminos equivocados.
Créeme, estamos en una llamada de ayuda. Basta pedir. Solo no nos pidan que quitemos sus lecciones, porque estas tienen que ser aprendidas, pero en todo lo demás, estamos aquí para ayudar, estamos aquí para hacer este camino más fácil. Somos conscientes de que la marcha no es fácil, de que es pesada y que ustedes necesitan ayuda. Somos muchos. Llame a uno. Llama a todos. Llama a quien quieras. Todos tenemos el mismo propósito.
Y nunca duden. ¡Nunca! Si no fuera por el Amor que tenemos por toda la humanidad, todo sería mucho peor. Hemos hecho lo que ha sido posible, sin interferir en las lecciones de la humanidad en su conjunto. Y hemos evitado que sucedieran muchas cosas. Así que confíen en nosotros. Pidan nuestra ayuda. Pero pidanla de corazón. Y ciertamente iremos aliviar la carga de cada uno de ustedes.
Traducción: Ingrid Elena Sánchez Schnoor Nunes
Revisión: Ana Maria Souza