¡Queridos hijos e hijas del planeta Tierra! ¡SOY SANANDA!
A cada día, con cada paso, la caminata hacia la Luz se vuelve más difícil, se vuelve más importante, se vuelve más desafiante. Pero quiero decirles a cada uno de ustedes que ha llegado el momento de mucha atención. Ha llegado el momento de detenerse, sentarse y analizar cada punto, cada obstáculo que se presenta en el camino.
Quienes ya están en el camino y han superado muchos obstáculos, ya son un poco listos, y muchas veces ya saben sortear las situaciones que se presentan, y están logrando dar pasos largos hacia la Luz.
Algunos, todavía, insisten en permanecer sentados, pensando, pensando, pensando, qué hacer. Cuando muchas veces el camino, la solución, está ahí justo delante de ti. Pero no quieren perder nada, no quieren renunciar a nada. Así que simplemente siguen sentados, esperando que llegue un milagro y les diga: “¡No!, carguen eso. No hay problema, pueden cargarlo”. Lamentablemente, les diré que las pérdidas serán muchas. Porque, en verdad, ustedes nada pierden, porque, ustedes nada tienen. Ustedes, en esta vida que tienen, poseen algunas cosas.
Ahora mismo, su mundo, su sociedad, les ha dado la posesión momentánea, momentánea, en esta vida. Pero nada es tuyo. Sería tuyo si pudieses poner todo en una maleta y llevar para la Luz. Porque cuando estás en la Luz, nada se necesita. Nada de lo que tienes aquí, nada de lo que experimentas hoy aquí, en la Tercera Dimensión, es necesario en la Quinta Dimensión. Todo es creado, para aquel momento, para tu deseo. Y si eso no es bueno para el todo, eso se deshace. Solo queda lo que es bueno para el Todo. Entonces, no hay nada que tener. No hay posesión. Hay la vivencia, hay el “aquí-y-ahora”.
Entonces, mientras ustedes, que están sentados esperando un milagro para no tener que deshacerse de nada, siguen sentados, el tiempo va pasando, las oportunidades de cambio están pasando. Y tal vez puede que ustedes se pierdan el tiempo; el precioso momento de la evolución, porque no quieren perderse nada.
No se equivoquen, mis hijos e hijas. El Momento se acerca cada día. Si dan un paso hacia la Luz, por pequeño que sea, cada día, están caminando. No importa si es un pequeño paso o un gran paso. Lo que importa es qué están haciendo por. Se están liberando, están dejando muchas cosas por el camino. Y cada vez que se desapega de algo, su alma se vuelve más ligera y el paso se vuelve más fácil, más grande.
Mientras carguen con todo lo que llevan, mientras arrastran esas cadenas, la marcha es dura, es pesada, es difícil. Pero si empiezan a dejarlo ir, empieza a ser liviana, empieza a resultar agradable. Pero, todo son escojas y ustedes necesitan hacer estas escojas. Y cuando hablo de escojas, no me refiero solo a cosas materiales, sino también a las personas.
En relaciones a las que se aferran como a un salvavidas, aunque sepas que allí hay una prisión, aunque sepas que allí está tu derrota, tu ruina. Y que si no tomas una decisión, no caminarás; permanecerás donde estás hoy, estancado, completamente estancado con esa persona. ¿Y por qué?
Hay muchas manos extendidas hacia ti. Escoge una y pide ayuda, para que podamos darte fuerzas para salir de la situación. Nada es fácil y sencillo. Pero si quieres nuestra ayuda, te la daremos. Y verás como todo es posible. Basta querer.
Así que les digo a cada uno de ustedes que se desapeguen. Empiezan a dejar de lado, por el camino, lo que no es importante; eso que solo los atan a una situación, a alguien, a algún lugar; y que, de hecho, les impide caminar. Y verán, después de eso, qué fácil se volverá la marcha, qué hermosa se volverá la marcha, florido y fragante ese camino del que tanto les hablo.
¡Suelten sus cadenas, mis hijos e hijas! El momento es urgente. Para que tengan tiempo de caminar. La marcha es todavía larga, el camino aún es largo. ¡Es necesario empezar ayer! ¡Hoy ya llegas tarde! Entonces, miren sus marchas, libérense de muchas cosas. Empiecen a vivir, como si nada los detuviera. Empiecen a vivir como si la puerta para la Quinta Dimensión estuviera a solo un paso de distancia, y tú simplemente hubieras qué dar ese paso, dejándolo todo atrás.
¿Cuál sería tu sentimiento? ¿Qué te traería dolor? ¿Qué te traería sufrimiento? Por qué sigues en prisión. Piensa sobre eso. Este es un hermoso ejercicio: Vea una puerta brillante frente a ti, e intenta pasarla. E inmediatamente sentirás lo que te frena, lo que necesitas dejar ir, lo que necesitas soltar, lo que necesitas cambiar.
Haz esto, a diario. Llámenme, si quieren ayuda, y Yo estaré en la puerta, del otro lado, con la mano extendida, esperándolos. Y cuando toques mi mano, sentirás exactamente lo que necesitas largar. ¡Haz el ejercicio! Tantas veces como quieras. Y Yo te mostraré uno por uno, cada punto, cada cosa, cada persona que necesitas soltar, de la que necesitas liberarte, para que puedas estar conmigo del otro lado de la puerta.
Traducción: Ingrid Elena Sanchez Schnoor Nunes
Revisión: Ana Maria Souza