Queridos hermanos y hermanas del planeta Tierra ¡SOY SERAPHIS BEY!
Llevo conmigo un gran bastón; el bastón del equilibrio. Un palo blanco; como un gran cristal de selenita en forma de palo. Cada uno debe imaginarse este palo a su altura. Es delgado. No pesará.
Coge este bastón y colócalo entre tus dos manos. Sujétalo con las palmas hacia arriba y encuentra el equilibrio en este palo. Es un ejercicio sencillo, pero muy interesante. ¿Por qué? Porque si no estás en equilibrio, el palo se inclinará hacia un lado. Y tendrás que encontrar el punto correcto para sujetarlo, de modo que quede recto en tus manos.
Entonces, esta es una forma de que ustedes tengan la certeza de si están en equilibrio o no. Y no sirve de nada que quieran colocarlo en equilibrio en el momento en que lo toman. Solo permanecerá en equilibrio si ustedes están efectivamente en equilibrio.
¿Y cómo alcanzar el equilibrio? No forzando el bastón para que quede recto. Respirando profunda y lentamente, para que vuestra mente se calme, salga de ese ajetreo diario y equilibre vuestro cuerpo y vuestra mente.
Es un ejercicio importante e interesante. Es una forma de mantenerlos en equilibrio todo el tiempo. Basta con detenerse un minuto, coger el bastón y respirar. Porque a medida que respiras y te calmas, equilibrándote, el propio bastón se mantendrá en equilibrio en tus manos. Y podrás continuar con tu día.
Pruébalos. Te gustará este ejercicio. Es una forma de llevarte al equilibrio, al centro, al momento presente; fácil y rápido. Porque mientras prestas atención al bastón, a la respiración, estás presente en el momento; llevas la atención a ese momento. Y esto es muy importante.
Están recibiendo mucha energía; y, a menudo, esta sobrecarga de energía también tiende a desequilibrarlos. El sueño se vuelve ligero; se despiertan y no pueden volver a dormir. Todo esto es debido a lo que está llegando, a los cambios, a las transformaciones que están ocurriendo.
Solo sean agradecidos por estar pasando por todo este proceso, por estar viviendo este momento. Y por poder contar algún día toda esta historia a aquellos que nacerán. Y que preguntarán: «¿Cómo fue la ascensión? ¿Cómo fue pasar por el cuerpo físico?». Muchos en el universo les preguntarán, porque serán los pioneros en tal proceso.
Entonces, todos estos cambios son parte de los cambios que sus cuerpos también están experimentando. Créanme, no todo es enfermedad. Muchos de los desequilibrios que están teniendo son consecuencia de lo que está por venir. Y la forma en que cada uno afronta los cambios se corresponde con los síntomas que está sintiendo.
Si se adaptan, si aceptan, todo viene muy ligero. Ahora bien, si se resisten, si no aceptan, si discuten, todo viene intenso; y muchas veces incluso doloroso. Entonces, entréguense al proceso. Dejen que todo suceda tal como está llegando. La Luz es sabia, no está dañando sus cuerpos.
Los síntomas son parte del desequilibrio, porque el cuerpo no puede entender lo que está pasando, es algo nuevo para él. Entonces se desequilibra por un tiempo hasta encontrar un nuevo nivel de equilibrio. Pero el cuerpo se equilibra, porque ustedes están cambiando; y el cuerpo llegará al momento en que podrá soportar todo esto.
Entonces, hermanos míos, busquen siempre el equilibrio.
Para el código de luz de hoy, dejo las siguientes frases:
“Soy un ser en evolución.
Soy un ser en pleno ascenso.
Mi cuerpo asciende conmigo.
Y soy capaz de vivir todo este proceso”.
Después de estas frases, diga la siguiente palabra:
¡Repentótinum! ¡Repentótinum! ¡Repentótinum!
El bastón estará siempre a vuestro lado. No se caerá, no se romperá. Es como una sombra, cerca de ustedes todo el tiempo. Pero estará ahí para aquellos que realmente crean; para aquellos que confíen y quieran hacer el ejercicio con mucho Amor y mucha dedicación. De lo contrario, no estará ahí; no sentiréis nada, no intuiréis nada.
Y no te preocupes si no ves el bastón. Sentirás el peso en tus manos. Y cuando se desequilibre, una de tus manos sentirá más peso. Así es como lo sentiréis. Quien sea capaz de verlo, muy bien. Pero no esperéis ver el bastón en vuestras manos. Lo sentiréis o lo veréis en vuestras propias mentes. Solo tenéis que creer en ello.
Traducción: Kely Neri
Revisión:Regiani M. Bugalho


