¡A todos los hermanos y hermanas de este hermoso planeta azul! ¡YO SOY URIEL!

Vengo traer esperanza, equilibrio y la certeza de un futuro mejor. La igualdad reinará en este planeta. No habrá más hambre, no más miseria, no más dolor, no más inferiores y superiores, todos serán iguales, todos tendrán derecho a todo, todos tendrán acceso a todo.

Cada uno de ustedes necesita mirar al otro dentro de sí mismo, no como alguien que usurpa lo que es tuyo, no como alguien que te quita para él, no como alguien que te impide tener algo. Quien está frente a ti es un hijo de Dios Padre/Madre igual que tú. No corresponde a cada uno juzgar lo que el otro merece o no, porque ahora mismo  están poniendo en un pedestal, intuyendo que lo merecen todo, sin importar todo lo que hay en el camino de su alma, y el otro no merece nada, a sus ojos. 

Su planeta cambiará; cambiará en concepto, en forma, en la manera en que cada uno de ustedes tiene acceso a las cosas. Por supuesto, no esperamos, y sabemos que no será, una transición fácil y suave. El desequilibrio reinará durante mucho tiempo, porque los que nunca han tenido acceso a nada se perderán en medio de tanta abundancia, no sabrán controlarse, no sabrán vivir como seres educados, como tú dices. Esto traerá mucha desarmonía, mucha ira, mucha discordia.

Así que les digo a cada uno de ustedes: Estás en un desierto, muriéndote de sed y de hambre. Y de repente ves un gran oasis frente a ti, con mucha fruta, mucha agua. ¿Qué haríais? ¿Serías extremadamente educado y tomarías el agua con calma, tomarías solo una pieza de fruta, porque eres extremadamente educado; o dejarías que tu cuerpo se hartara? Tendrás que tener mucho sentido común para que no haya juicios. Se darán un festín durante mucho tiempo, hasta que ese primer momento haya pasado y estén saciados. Y el equilibrio vuelve a reinar en sus cuerpos, en sus vidas. Entonces, ¿quién eres tú para decirles que sean comedidos, que tengan los supuestos modales que tanto aprecias?

Así que vayamos al otro lado. Los que siempre han dirigido este planeta, llenándose solo los bolsillos, acumulando más y más riqueza a costa del hambre y la miseria del planeta, lo perderán todo. No solo por ser quienes son, sino por seguir perpetuando el mismo movimiento que sus antepasados, sin cambiar una coma.¿Cómo aceptarán todo esto? ¿Fácilmente, mansamente, sin quejarse? ¿Quién estará más desesperado, el que siempre ha vivido en la arrogancia y el orgullo o el que nunca ha tenido nada y de repente lo encuentra? ¿Quién estará más desequilibrado?

Si pudiéramos dividirnos en grupos, yo diría que sólo hay dos: los que nunca han tenido nada están en el extremo de un espectro, los que siempre lo han tenido todo están en el extremo del otro espectro. Y los que están más cerca del centro son los que nunca se preocuparon por tener, solo se preocuparon por vivir, por ayudar a los demás; los bienes materiales nunca fueron una preocupación para estas personas.

Así que no hay tres grupos, solo hay dos, y a medida que estos grupos se acercan al centro, se produce el equilibrio. Cuanto más se alejan del centro, mayor es el desequilibrio. ¿En qué grupo estás tú? Te crees muy merecedor de todo lo que has construido hasta ahora, y estoy de acuerdo, si se ha construido con sudor, trabajo y amor, te lo has ganado. Ahora todo lo que se ha conseguido de forma ilícita, ¿qué va a pasar? No habrá ningún juicio por nuestra parte, no pondremos el sello de en qué lado están, ni  pondremos a cada uno en un lado o en otro. Estarán en el punto de producto de sus jornadas. Eso es todo.

Entonces el merecedor se acercará cada vez más al centro, al punto de equilibrio, despreocupado de las posesiones materiales. Hay algo de lo que aún no te has dado cuenta, nada pertenece a nadie, este es un concepto que fue traído de los gobernantes de tu planeta: posesión, propiedad. Ahora bien, ¿Alguien conserva algo cuando pierde su ropa física? Entonces nada es tuyo; si lo fuera, te lo llevarías contigo, es propiedad. Tu alma solo se lleva lo que ha vivido, lo que ha provocado, lo que ha recibido. Lo que es materia permanece. Queda para los descendientes, queda para los demás. Y con este argumento, los poderosos se sentían con derecho a dominar todo el planeta, sin importarles si había alguien muriéndose de hambre en el otro extremo.

No juzgues a todo el mundo por el mismo rasero. Si naces en un entorno hostil, donde no hay trabajo, donde no hay nada que comer, ¿es culpable de algo la persona que vive allí? ¿O es una lección para tu propia alma pasar por todo eso? Y como consecuencia, es una lección de solidaridad con otros hermanos y hermanas. El gran objetivo debería ser poner a todos al mismo nivel. Si alguien tiene hambre, no importa por qué tiene hambre, yo le daré algo de comer.

No importa si se volvió pobre porque perdió todo en una acción mal planeada, no importa, fue parte de su camino para llegar hasta ahí. ¿Y por eso le juzgas y no le ayudas? “¡No, tiene que aprender!” ¿Así que pasar hambre es algo que tiene que aprenderse? Dios Padre/Madre no creó a los seres humanos para pasar hambre. Por supuesto, los viajes de algunas personas llevan a esto, pero depende del resto de nosotros dar a nuestros hermanos y hermanas algo de comer. No te corresponde a ti juzgar si están agradecidos o no. Es solamente una cuestión de solidaridad. Eso es todo.

Hay un punto débil en tu planeta: la energía del dinero. Y es esta la que traerá todo el cambio, es esta la que traerá el Nuevo Mundo, porque todo se basa en esta energía que ha sido mal utilizada durante mucho tiempo. Pero pronto todo acabará y un nuevo sistema financiero vendrá a poner fin a las desigualdades. Todos recibirán el mérito de su camino o, todos perderán el producto de su camino. No habrá conchabo, ni pactos, ni trapicheos… se acabó. Y no tiene sentido tratar de esconderse, no tiene sentido tratar de ser precavido, porque todo cambiará.

¿Estás preparado para este cambio? ¿Estás preparado para vivir en un mundo donde reine la igualdad? ¿Estás preparado para vivir en un mundo en el que no serás superior a nadie en ningún aspecto? Porque todos tendrán derecho a todo. ¿Estás preparado para sentarte a la mesa con el que hoy llamas desigual? ¿Estás preparado? Dejad a un lado sus egos y dejad de preocupar por lo que perderán, porque eso también repercute.

¿Qué sentimiento hay detrás de este cambio? ¿La alegría de saber que nadie más en el planeta pasará hambre, o la preocupación de lo que se perderá? ¿O la codicia de lo que se ganará? ¿Cómo los sitúan en este proceso? ¿Cómo entienden la igualdad?

Cada uno tendrá el producto de su jornada del alma, no de esta vida, del alma. Y ciertamente puede ser sorprendente para muchos.

Traducción: Kelly Neri

Revisión: Regiani M. Bugalho