¡Queridos hermanos del planeta Tierra! ¡SOY EL ARCÁNGEL URIEL!
Cada vez que puedo estar aquí con ustedes, me gusta traer algo que sea importante para sus caminos.
El equilibrio lo es todo. En todos los sentidos, en todos los aspectos de sus vidas. Donde hay equilibrio, hay Luz intensa. La Luz actúa en el equilibrio. Y es en el equilibrio donde alcanzan niveles superiores.
Muchos en este camino se alejan, se rinden, porque piensan que necesitan ser monjes, santos, seres de extrema benevolencia; de lo contrario, no lograrán nada. El camino no es ese. El camino es estar en equilibrio. El camino es buscar, andar por el camino correcto. Pero siempre habrá un resbalón aquí, otro allá. Están en medio. Solo están aprendiendo a ser más atentos, a estar más presentes en cada situación.
No queremos generar millones de santos, millones de monjes. Solo los orientamos hacia el equilibrio. La gran sabiduría del equilibrio es que, al cometer un acto que no es muy recomendable para la Luz, lo rompan con algo iluminado. Romperlo en el sentido de destruirlo realmente; cancelar lo que se ha hecho.
Voy a dar un ejemplo sencillo. Criticaste a alguien. Te diste cuenta. ¿Cómo destruir eso? Emanar mucha Luz y mucho Amor hacia la misma persona a la que criticaste. Eso es el equilibrio. ¿Entienden? Nadie se volverá perfecto de la noche a la mañana. Solo tenéis que cuidar el equilibrio. Por eso es importante estar presente en cada momento. Para que no dejéis pasar nada; para que encontréis el contrapunto de la acción, no tan iluminada, que acabáis de cometer.
Si se refiere a una persona, centraos en la persona. Si se refiere a una situación, centraos en la situación; emanad Luz y Amor hacia la situación. Esto es vivir en equilibrio. Pero sin que esto sea una carga. Esto tiene que ser ligero. Es como si… Es como pisar el barro y luego lavarse el pie. Se ensució y lo limpiaste. Y por eso no dejaste de pisar el barro. A muchos incluso les gusta divertirse pisando el barro. Y luego basta con una buena ducha y todo volverá a estar limpio.
Entendedlo; esto es el equilibrio. No hagáis que vuestro camino sea extremadamente rígido. Porque cuando lo endurecéis, el corazón se va; se convierte en algo mecánico. Y entonces no tiene mucho valor. Es como si fuerais un robot, repitiendo las acciones; sin sentimiento, sin Amor. Por lo tanto, lo importante es el equilibrio. Siempre.
No queráis crear alas de ángeles ni aureolas de santos, porque no las tendréis. Nadie estará 100 % limpio para ascender. Todos lo saben. Dios Padre/Madre no creó este proceso para generar millones de santos en el planeta. Solo quiere que sean conscientes de cada acto. Y, poco a poco, empiecen a darse cuenta de lo fácil que es no repetirlos.
Pero comprendan que el objetivo no es convertirse en santos ni en perfectos, porque no lo conseguirán. El objetivo es que sean conscientes. La conciencia de lo que no se debe hacer. Y con ello iréis ganando puntos para subir esa pirámide; cada escalón de esa pirámide. Poco a poco. Más aún, llenos de defectos, llenos de hábitos, llenos de manías; adquiridos y arraigados a lo largo de siglos.
Nadie cambia. Sois lo que sois. Pero podéis ser conscientes de los actos que cometéis. Y daros cuenta de si son correctos o no. Y la cuestión aquí no es lo correcto o lo incorrecto; la cuestión aquí es lo que emanáis. Porque lo que es correcto para ustedes puede ser incorrecto para otro. Así que no entréis en esos parámetros.
¿Vuestra acción emanó Amor y Luz como resultado? Si es así, no importa qué acción fue; puede haber sido una acción absurda a los ojos de muchos. Pero generó Amor y Luz. ¿Cuál es el problema? Lo importante es el resultado, no la acción en sí. Entonces, esta es la enseñanza. Es que toméis conciencia de cada punto al que debéis prestar atención; atención a la destrucción de lo que acabáis de decir, pensar o hacer.
Sí, no basta con hablar; también hay que pensar, también hay que actuar. Estad presentes en cada momento. Y fácilmente encontraréis el equilibrio.
Para el Código de Luz de hoy, dejo las siguientes frases:
«Yo soy un ser que busca el equilibrio.
Yo soy un ser que aprende a tener conciencia.
Yo soy un ser humano.
Y como tal, con humanidad, me convertiré cada vez más en un ser mejor».
Después de estas frases, di la siguiente palabra:
¡Equilibrium! ¡Equilibrium! ¡Equilibrium!
Busquen siempre el equilibrio. No busquen soluciones extravagantes ni difíciles. Las soluciones son sencillas. Nada que sea muy complejo lleva al resultado deseado. Las cosas sencillas son las que, en la mayoría de los casos, generan el equilibrio.
Traducción: Regiani Maria Bugalho
Revisión: Ana Maria Souza
