¡Mis amados hermanos de este hermoso planeta! ¡YO SOY ROWENA!
Hoy traigo conmigo la llama rosa del Amor. Vean cada uno de ustedes, en este momento, un gran cristal rosa, pero con una llama rosa brillante en su interior. Tomen este cristal y pónganlo en su corazón. Esta llama nunca se apagará y vibrará según vuestros pensamientos y vuestras vibraciones. Cuanto más la elevéis, más alta será, cuanto más baja, disminuirá, pero nunca se apagará.
No tengáis miedo de ponerlo en vuestros corazones.
El momento es para que alimentemos cada vez más la llama del Amor, la llama de este sentimiento que ha sido tan corrompido, tan modificado, tan disminuido en relación con lo que es, y fue creado por el Dios Padre/Madre. Amar no es posesión, no es deseo, no es venganza, no es ira, no es odio. “¿Cómo que amar es odiar?”. La línea que separa el Amor del Odio es muy delgada y cuando la persona que amas no ve satisfechas sus necesidades o deseos, el sentimiento se convierte en odio. ¿Es esto Amor? Es cualquier cosa menos Amor.
De hecho, yo también fui una vez de este planeta y experimenté el sentimiento que tú estás experimentando hoy. Después de mi ascensión, me di cuenta de que nunca había experimentado el verdadero Amor, que nunca había experimentado el Amor incondicional. Siempre había vivido el Amor que me enseñaron, ese Amor que suplica, que pide, que impone, que intercambia, que sufre; eso no es Amor, eso es cualquier sentimiento menos Amor.
Hermanos míos, decir: te quiero, a cada momento, a cada minuto, es una frase casi impotente porque se convierte en un hábito, se convierte en algo que se dice solo para complacer a la otra persona, porque la otra persona necesita oírla. Pero yo te pregunto: ¿esta frase sale siempre con el contexto que representa, sale siempre de lo más profundo del corazón, sale siempre como el verdadero sentimiento que representa? Te diré que la mayoría de las veces no. Hablas por hablar, hablas para mostrarte y hablas para complacer a la otra persona, porque en ese momento no te apetece decirlo, pero lo dices porque la otra persona espera oírlo.
Y así os engañáis a ustedes mismos, creéis en algo que en realidad no existe. Ningún ser humano en este planeta sabe realmente lo que es decir: Te amo. Esta frase pronunciada por el Dios Padre/Madre es perfecta, porque ama a todos sus hijos, sean quienes sean, actúen como actúen o se comporten como se comporten. Esta es la verdadera frase, esta es la verdadera meta, amar incondicionalmente. Pero aún no sabes cómo amar de esta manera.
Pero no digo todo esto para que perdáis la esperanza y las ganas de cambiar, al contrario, es para que dejéis de engañaros, es para que dejéis de intercambiar Amor. El Amor no se intercambia, el Amor solo se siente y no importa si es recíproco o no. Si sientes que el Amor es tuyo, si no es correspondido, no pidas nada a cambio, estás viviendo este Amor porque quieres por tu elección; no culpes al otro, no exijas del otro.
Enseña a tus hijos a amar incondicionalmente, a amar a todo el mundo, a amar a los amiguitos que tienen más cerca, a amar a los amiguitos que les molestan porque no saben lo que es el Amor. Así que simplemente utilizan acciones, no muy apropiadas, para mostrar su existencia. No hay niños malos, no hay niños traviesos, no hay niños sin educación, hay niños sin Amor. Pero el Amor puro de un padre y una madre.
Perdónenme madres y padres que no estén de acuerdo con lo que digo, pero seguro que algún día aprenderán que no amaron a sus hijos, lo que era ser amados, por eso son lo que son. Cualquier niño tranquilo, pacífico, recibe Amor, recibe paz y armonía, cualquier otra cosa, eso no es lo que recibe. Así que ella solamente muestra lo que está recibiendo, lo que ve.
Pero no estoy aquí para juzgar la educación entre padres e hijos, estoy aquí para mostrarte lo que es realmente el Amor, y ciertamente aún estás muy lejos de vivir el Amor incondicional, porque aún juzgas, criticas, miras con ojos juzgadores a los que no te gustan, condenas a los que no siguen las normas, condenas a los que no actúan como a ti te gustaría; entonces, ¿cómo puedes pretender vivir el Amor incondicional?
Vivir el Amor incondicionalmente no es vivirlo el 1% del día, es vivirlo el 100% del día. Entonces siempre podrás afirmar: Estoy avanzando hacia vivir el Amor incondicional. Esto es verdad, estáis siendo guiados y estáis buscando este Amor, pero ninguno de ustedes lo está viviendo todavía. No dejéis que vuestros egos os digan que estoy equivocado. Ninguno de ustedes vive todavía el Amor incondicional. Observen sus acciones y se darán cuenta de que, a cada instante, siguen cometiendo todas esas actitudes que no son compatibles con el Amor incondicional.
Pero esto no es motivo para que os desaniméis, al contrario, es motivo para que busquéis vivirla cada vez más, para que os corrijáis, para que busquéis actuar dentro de sus leyes. Y como un atleta; tiene una meta, no importa qué tipo de deporte, tiene una meta. Y entrena, entrena, entrena, todos los días para alcanzar esa meta. Entonces compite y pierde, alguien ha superado su meta. ¿Se da por vencido? No, al contrario, le dan ganas de ir cada vez más lejos, y sigue insistiendo, sigue insistiendo, para alcanzar una nueva meta. No estoy juzgando aquí la superación y la competición, estoy dando un ejemplo.
Así que no te molestes porque te diga que aún no vives en el Amor Incondicional. Solo te advierto que todavía tienes que mejorar mucho antes de poder abrir la boca y decir que vives en el Amor Incondicional. Eso es lo que he dicho: vivirlo al 1% no es vivirlo. Necesitas llegar al 100%. “Ah, pero ¿seremos capaces de llegar al 100%”? Tal vez no, pero yo diría que hay un porcentaje mínimo que tenéis que alcanzar para evolucionar, y ciertamente no es el porcentaje que tenéis hoy.
Presten atención a sus sentimientos, a sus costumbres y hábitos. Hablar por hablar no son más que palabras al viento. Todo hay que decirlo desde el corazón. Es como si la boca ya no estuviera en la cabeza, sino en medio del pecho, y decir: te quiero, saliera de dentro del corazón, no de la cabeza.
El día en que sientas que esta frase sale de tu pecho, entonces podrás afirmar: “Estoy viviendo en el Amor incondicional porque lo he dicho desde el corazón, lo he dicho con gran Amor”. Y aprenderás a usar la boca de tu corazón, no la boca de tu cabeza.
Suena gracioso, pero no lo es. El corazón habla y si le dejáis hablar no tenéis ni idea de lo mucho que mejoraríais vuestras vidas, porque mientras la mente tenga el control, el Amor Incondicional se aleja cada vez más. Así que dejad hablar a vuestro corazón, dejadlo gritar y cuando lo haga, recordad que he dicho: estáis viviendo en el Amor Incondicional.
Traducción: Rita Silvana Monteiro
Revisión: Regiani Maria Bugalho