¡Queridos hermanos y hermanas! ¡YO SOY ADAMA!
Hoy comento el capítulo 15 del libro III de Telos.
Este capítulo habla de la Llama de la Ascensión; una llama perteneciente al Cuarto Rayo, cuyo Chohan es Serapis Bey.
Como he dicho, haga estas meditaciones de una en una. Lo importante es que te fijes un rumbo, un objetivo. Si te das cuenta de que tu cuerpo puede soportarlo, puedes hacer más de una cada semana, pero no dejes que el ego hable; no dejes que el ego dirija este proceso. Porque te dirá: “Hazlas todas. Una tras otra”.
Algunos de ustedes podrán hacerlas todas a la vez y no tener ningún tipo de reacción, pero les garantizo que la mayoría sí. Y no son reacciones fáciles. Están pasando muchas cosas en tu cuerpo. Hay que tomárselo con calma. No tiene sentido querer hacerlo todo a la vez. Es como he dicho: elabora una estrategia. Hazlo con calma, una cada semana. Si crees que estás realmente preparado, haz un máximo de dos. Y procura dejar mucho espacio entre ellas.
El Templo de la Ascensión está en Telos, y hemos tenido el cuidado, el Amor y la responsabilidad de mantener esta llama durante todo este tiempo, hasta el presente. El Rayo Blanco es la suma de todos los colores. Así que es un rayo que tiene mucho poder, mucha fuerza, y es el que está comandando todo este proceso en el planeta y en ti.
Pide a Serapis Bey que haga que este camino sea ligero y fácil para cada uno de ustedes. Los cambios externos, los cambios internos, los cambios corporales, a veces traen resultados que no son muy agradables. Pero todos son necesarios. Cada evento que hace que cada uno de ustedes piense, cambie, actúe de manera diferente la próxima vez es un punto de ascensión; es un punto de limpieza de sus almas.
El cambio de comportamiento, donde siempre hay que tener el Amor como primer sentimiento para recibirlo todo. No es un proceso de aprendizaje fácil. No es un proceso de aprendizaje sencillo. Has sido entrenado para emanar muchos malos sentimientos, para dejar de lado el Amor, para mirar todo racionalmente. Porque mirar con Amor, se ha dicho, siempre ha traído dolor y sufrimiento. Cuando es exactamente lo contrario, porque cada sentimiento de baja vibración que emanas vuelve en forma de dolor y sufrimiento.
El Amor nunca hace eso. Te equivocas cuando dices que sufres por Amor. El Amor no te hace sufrir. Si el Amor te hace sufrir, no es Amor lo que sientes. Es cualquier otro sentimiento: carencia, apego, orgullo herido, cualquier cosa menos Amor verdadero. El verdadero Amor no se aferra a nada; libera, no aprisiona; acepta, no impone.
Así que, hermanos y hermanas, el camino de la ascensión es difícil de recorrer, pero no es imposible. Decimos que es difícil porque sabemos lo difícil, que es el cambio para ustedes, para todos y cada uno de ustedes. Cambiar la forma de pensar, cambiar la forma de ser, cambiar la forma de actuar, cambiar la forma de comer. Hay tantos parámetros que modificar casi al mismo tiempo.
No es un proceso fácil, lo sabemos, hemos pasado por ello. Pero puedo asegurarte que si te entregas a todo este proceso, sin ningún tipo de resistencia, sucederá de forma natural. Las lecciones llegarán, sin duda, pero estarás preparado porque no reaccionarás ante ellas. Cuanto más reacciones, más difícil será.
Entrégate. Entrégate a la Luz que viene. Entrégate a todo este proceso, y te resultará más fácil superarlo. No te hagas ilusiones pensando que: “Tal y como soy es suficiente”. Nunca lo será, porque es tu ego el que habla. No escuches más a tu ego. Déjalo ir. Empieza a mirar las cosas por ti mismo, y siempre con Amor.
Los que miran todo con Amor no escuchan al ego, porque el ego piensa que todo es basura. Así le enseñaron. Así que necesitas domarlo, mostrarle que el Amor es el sentimiento principal en todo. Este es el camino de la ascensión. Vive el Amor, emana Amor, cree en el Amor y, sobre todo, vive el Amor.
No hay otro camino. No hay fórmulas milagrosas. No hay rescate. No hay nada que vuestras mentes puedan imaginar. Hay, sin embargo, todo el Amor de Dios Padre/Madre en este momento para cada ser de este planeta, deseando que vuelvan plenamente a su conexión con él, y que hoy, el Amor, solamente el Amor, la restablezca.
Traducción: Rita Silvana Monteiro
Revisión: Regiani Maria Bugalho