¡Queridos! ¡YO SOY EL ARCÁNGEL MIGUEL!

Esta alegría es muy buena, porque acaba transmitiendo  a ustedes también. Y esto es lo que siempre hemos pedido: ¡olvidaros del mundo exterior! ¡Olviden lo que hay más allá de la puerta, más allá de la ventana! Vive cada día, pero teniendo siempre presente que todo ya ha salido bien y que no tiene sentido preocuparse por lo que vendrá. Lo que vendrá ya está escrito, no hay quien lo cambie, no hay quien lo altere. Lo único que podéis hacer (¡así que escuchad atentamente lo que voy a deciros!): el futuro, lo que llamáis futuro, para cada uno de ustedes, ya está escrito, ¡ya está definido! Lo único que podéis hacer hoy es vibrar confianza, vibrar fe en que estáis preparados para pasar por cualquier cosa. Entonces este sentimiento de aceptación, de tranquilidad (en términos) te hace emanar cosas buenas. Y os puedo garantizar que en este proceso podéis mejorar lo que está por venir para cada uno de ustedes. Porque es como si os dierais un empujón (energéticamente hablando) para mejorar cualquier cosa.

Ahora bien, también ocurrirá lo contrario. Así que si sigues vibrando miedo, sigues vibrando preocupación: «Oh, ¿qué me va a pasar? Oh, ¡porque no estoy preparado! Porque esto. Porque eso». Estás añadiendo más especias a esa comida. Es como si estuvieras cocinando y añadiendo más y más sal, hasta que la comida se vuelve intragable, no podrás comerla. Recuerda esta imagen: la olla, la comida y tú añadiendo sal, cada vez que te preocupas por lo que está por venir. Ahora, si dejas que ocurra, túmbate en el flotador y deja que el río te lleve, esa comida se vuelve aún más sabrosa. Tendrás que comerla, puede que ni siquiera sea una comida muy agradable, puede que tenga algunos ingredientes que no te gusten, pero le habrás añadido algún condimento, algo que te ayudará a comerla. Y todo saldrá bien. 

Así que, hermanos míos, no tiene sentido imaginar, tener idea de lo que va a pasar. Yo diría que incluso podéis imaginaros catástrofes, tragedias, que ocurran cosas horribles, ¡pero eso no significa que os vayan a golpear! ¡No significa que vaya a suceder así! Entonces, ¿por qué preocuparse? Pensar que algo va a pasar, y luego te das cuenta: «¡Pues no ha pasado nada de lo que imaginaba! Todo fue diferente!» Te diré una cosa: ¡lo que acabo de contarte aquí sucede a nivel global! Por tanto, si todo el mundo vibra con un sentimiento positivo, las cosas irán mejor. Por desgracia, lo contrario también es cierto.

Así que puedo asegurarle que no tiene forma de definir realmente lo que ocurrirá. Puede ser que pase mucho y puede que pase poco, todo dependerá de la reacción de la humanidad. Así que, hermanos míos, ¿por qué imaginar? ¿Por qué seguir mentalizando historias que puede que ni siquiera estén previstas, pero estáis creando un nuevo egregor? Y todo lo que creáis, toma forma, sucede. Así que dejemos de preocuparnos, ¿de acuerdo? Preocupémonos cada uno por el camino que tenemos por delante. Plantemos flores en el camino. ¡Reguemos las flores! Atrajimos a los pájaros. Tened siempre comida a mano para dársela a los pájaros. ¡Atraigamos a los pájaros! Estén dispuestos a acariciar a un animal, ¡sin mostrar miedo! Así que lo que tenéis que hacer ahora, todos y cada uno de ustedes, ¡es mirar vuestro propio camino! ¡Es crear un camino florido! Oh, ¡no olvidéis llevar también perfume para perfumar el camino! ¡Sed como los niños que saltan al andar! Algunos ni siquiera saben andar, corren o saltan. ¡Sed niños, sed alegres! «Ah, pero ¿qué pensarán de mí los de fuera? ¡Dirán que soy insensible!  ¡Que estoy loco! ¡Qué loco!» Así que te voy a decir: mientras te preocupes por la opinión de los demás, ¡dejas de vivir! ¡Deja de mirar el camino! Y cuidado: puedes tropezar con una piedra, porque en vez de mirar hacia delante, hacia tu carretera, hacia tu camino, has mirado a los lados para ver qué dice el otro de ti. ¿Qué te importa lo que diga la otra persona? Si le das importancia a lo que dicen, caerás en su energía y olvidarás tu propia alegría. Míralos y sonríe. Cuando alguien diga algo que te duele o te entristece (como sueles decir), ve a por ello con todo tu corazón. Por cierto, ¡es un dicho terrible! No me gusta. Lo repito, pero no me gusta. ¿Por qué hacer trabajar a tu corazón? Realmente no encaja, no creo que sea correcto. ¡Pero vamos! Tú hablas y yo, como buen loro, repito. ¡Vamos! ¡Hazlo lo mejor que puedas y da una buena sonrisa! ¡Eso es! ¡Vuélvete loco! ¡Si ya piensan que estás loco, lo sabrán seguro! Y entonces tal vez te dejen en paz!» »Ih, eso no sirve! Ni siquiera diré nada, ¡porque se ha vuelto loco!» ¡Genial! ¡Y tú en tu camino, sonriendo, rebotando, floreciendo a tu manera, perfumando tu camino, atrayendo animales, atrayendo gente! ¡Pero cada uno por su camino! 

¡Podéis caminar juntos! Esto es algo que creo que nunca he dicho: este camino que a menudo digo que tienes que andar, puede tener compañía, ¡puede! ¡Puedes tener a alguien a tu lado! Y yo diría que puedes tener a mucha gente contigo caminando por el mismo camino, todos felices, alegres, cada uno haciendo su parte: uno plantando una rosa blanca, otro plantando una rosa rosada, otro plantando un árbol. ¡Mira qué maravilloso camino crearás! ¡Puedes tener compañía! Lo que no puedes hacer es mirar para otro lado, a gente que no tiene nada que ver contigo o a gente que no conoces, que no sabes qué camino están siguiendo. Porque esas personas que están a tu lado probablemente son tus amigos, son gente que conoces, así que puedes intercambiar ideas, puedes mirar para otro lado porque sabes por qué camino van. Ahora bien, el otro camino, no, ¡no sabes cómo es! Así que olvídate del otro camino. ¡Mira siempre hacia dónde caminas! 

Así que, hermanos míos, ¡vamos! ¡Dejemos de preocuparnos por lo que va a pasar! ¡Sed felices! Hay mucha gente que insiste en responderme en este momento: «¡No puedo ser feliz cuando hay tanta gente sufriendo!». Así que les daré una respuesta: ¡pobre de ti! Porque has dejado de vivir tu vida, tu camino, para vivir el de los demás. ¡Tonto tú, muy tonto! ¡Tonto tú, muy tonto! ¡Porque no es sufriendo el sufrimiento ajeno como vas ganando puntos en tu camino! Y entonces seré aún más cruel: ¡no ganaréis ningún punto, porque es una forma de olvidaros a ustedes mismos y eso no es bueno, no es bueno para nadie! Así que si queréis preocuparos, si queréis hacer algo, ¡hacedlo por ustedes mismos! ¡Olvídate del dolor ajeno! Ya lo he dicho aquí y lo repito: ¡puedes ser solidario! Se puede. Y yo iría más lejos: ¡debes hacerlo! Ahora, porque fulano está sentado en medio del barro, en medio de la calle, ¿te vas a sentar a solidarizarse con él en medio de la calle, en el barro? No, ese no es tu camino. Tu camino no incluye sentarte en el barro y vivir en la calle. No es así cómo vas a ayudar a esa persona. Vas a ayudarla, en cierto modo, tratando de sacarla de allí, permitiéndote vivir, ¡pero no viviendo a través de su sufrimiento! ¿De quién es el sufrimiento? Es de ella. ¡Así que dejemos esta pseudo bondad! «¡Oh, no! Porque tengo que sufrir lo que sufre la humanidad!» ¡Basta ya! ¡Esto es palabrería! No te beneficia ni a ti ni a nadie. ¡Porque normalmente los que sufren juntos no ayudan en nada! Sólo están ahí para hacer números, para decir después: «¡Oh, yo sufrí tanto como fulano!» ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué has conseguido? ¿Mejoraste la situación de fulanito? «¡Oh, pero vio que sufrí con él!». ¿Así que es un buen egoísta porque sufre y quiere que los demás sufren con él? Eso también está mal. ¡Nadie tiene que obligar a nadie a sufrir contigo! Es tu sufrimiento, ¡no tienes que compartirlo con nadie! 

Así que, hermanos míos, ¡dejemos la hipocresía! ¡Dejemos de mostrar falsa bondad! ¡Así no se muestra la bondad! Por supuesto, siempre debe haber sentido común. No se trata de ignorar el dolor ajeno. ¡Hay que saber marcar la diferencia! Experimentar el dolor ajeno es una cosa, ¡ignorar el dolor ajeno es otra! Puedes mirar el dolor de otra persona y hacer algo al respecto, pero no puedes sufrir el dolor de otra persona. ¡Y ni siquiera puedes mirarlo e ignorarlo! Ahí es donde reside la gran sabiduría. Así que eso es lo que digo: es una falsa bondad, porque sufrís juntos, pero no hacéis nada para mejorar la situación del que sufre. Estás ahí sólo para decir que eres un amigo: «¡Oh, he sufrido contigo! ¡Grandes cosas! ¡Porque no hiciste nada bueno ni por ti ni por la otra persona! Así que ¡basta! Tú puedes vivir tu vida, ser feliz y la persona que tienes al lado no, ¡así son ellos! Por supuesto, no necesitas restregar (como tú dices) tu alegría en la cara de la otra persona, bailando delante de alguien que está sufriendo. «¡Oh, yo soy feliz y tú no!». ¡Menos! ¡Tampoco es eso! ¡Ahí es donde entra el respeto! Así que sabe vivir tu alegría por ti mismo, ¡no tienes que tener público! ¿Todo lo que haces tiene que tener público? ¿Alguien tiene que estar mirando? ¿Alguien tiene que saberlo? ¡Tienes que ponerlo en todas partes, para que todo el mundo lo sepa! ¡Es un público! ¿Qué sois? ¿Artistas? ¿Actores? ¿Una persona importante en política, para tener audiencia? ¡Así que alegraos por ustedes mismos! ¡Sed felices! ¡Sed felices! ¡Ese es el objetivo ahora mismo! Mírense con amor. Cuida de ti mismo, hazte feliz, ¡intenta hacer cosas que te hagan feliz! Olvidaos de la otra persona. Si hay un punto en vuestro camino en el que se cruzan en vuestro camino, sucederá, y podréis hacer algo por ellos. Si no, ¡que cada uno siga su camino! ¡Que cada uno siga su camino! Cuanto más te elevas, me elevas al conjunto. ¡Compréndelo! Y cuanto más caigas, más caerá el conjunto. Este es el gran reto: mantener siempre la cabeza alta y el corazón rebosante de amor, luz y alegría. La vida apesta (como tú dices), pero todo está bien, «¡sigo con mi vida!». ¡Bien! ¡Así son las cosas! Al otro lado de la puerta reina el caos, la violencia acecha. ¡No dejes que te afecte! No te dejes atrapar por este caos, esta violencia. De la puerta de la calle hacia dentro, tiene que haber alegría, luz, amor, amistad, comprensión, abundancia, prosperidad y, sobre todo, lo que trae todo esto de lo que vengo hablando: ¡equilibrio! Cuando hay equilibrio, ¡todo esto sucede! El mundo se cae y tú estás de pie. Resbalando, ¡pero sin caer! 

Así que, hermanos míos, ¿por qué preocuparse? ¿Por qué alimentar lo que no sabéis si sucederá? Yo diría que penséis en esto: muchos de ustedes habéis estado acostumbrados a creer que nuestro Padre/Madre Dios era despiadado, castigador, altamente separatista: «¡no, tú eres bueno, así que te quiero! Tú, caramba, eres un demonio, ¡te odio!». Mucha gente sigue pensando eso de Dios hoy en día. Así que voy a repetirlo ya no sé ni cuántas veces: ¡que Dios Padre/Madre es Amor infinito, Amor incondicional siempre!

Entonces, ¿qué te imaginas? Que Él programó todo este proceso, quería que pasaras a la Quinta Dimensión en cuerpo físico, «Oh, pero Él va a hacer algo…» (¡iba a decir una palabra, pero no la voy a decir!), ¿crees que te va a tender una trampa? «Oh, voy a hacer que todos pasen por el cuerpo físico y a la hora H voy a atraparlos a todos!» ¿Ese es Dios Padre/Madre hablando? ¿Ese es Dios Padre/Madre hablando? ¿Está preparando algo, algo realmente siniestro, para que cuando llegue el momento pueda dañar a todos? ¿Es eso lo que estás pensando? ¿Quién es Dios Padre/Madre? ¡Es puro Amor! ¿Y qué es lo que quiere? Quiere que este pasaje sea lo más fácil posible. ¿Cómo va a difundir esto por todo el Universo si mañana llega alguien de la agencia de noticias del otro planeta, y viene un reportero y te pregunta: «¿Cómo fue tu pasaje a la Quinta Dimensión?». Y usted dice: «¡Vaya, he sufrido mucho! ¡Dios mío! Fue muy malo, ¡fue horrible!». Esto tendrá repercusiones en todo el Universo, porque ese reportero lo pondrá en la primera página de los periódicos del Universo. Y entonces, ¿quién querrá evolucionar más en el cuerpo físico? Oh, ¡nadie! Todos querrán suicidarse, querrán pasar por el alma, porque esa persona dice que fue horrible. ¿Es eso realmente lo que estás imaginando? Por supuesto, Dios Padre/Madre hará todo lo posible para que sea lo más fácil posible, para que sea lo más fácil posible, ¡y para que vaya la mayor cantidad de gente posible! ¿O qué crees? ¿Qué todo este trabajo que hemos hecho, años y años y años de batalla, desde que empezamos a liberar este planeta, para que media docena vaya a la Quinta Dimensión? ¡Realmente no sé lo que piensas! Ya te he dicho que si realmente te fuéramos a exigir que pasaras 100% limpio, pues te voy a decir que no iría nadie. Yo no iría. Pero, ¿qué está haciendo Dios Padre/Madre? Está haciendo una excepción para que puedas estar preparado, poco a poco, para llegar. Y no se trata solo de llegar allí, mirar a tu alrededor y decir «¡oh, no quiero quedarme!» y dar media vuelta y marcharte. Tienes que saber exactamente lo que te vas a encontrar. Así que tendrás un buen periodo de entrenamiento, un buen periodo de adaptación, para que la mayor cantidad de gente posible permanezca en la Quinta Dimensión. Y cuando venga el reportero: «¿Cómo ha ido tu paso? ¿Cómo ha sido en la Quinta Dimensión?»,»¡Oh, ha sido maravilloso! ¡Fue muy fácil! Con algunos problemas… Oh, pero cuando llegué me quedé deslumbrado…» ¡Ya está! ¡La noticia dará la vuelta al Universo y todo el mundo querrá evolucionar! ¡Eso es, hermanos míos! Aquí nadie os va a exigir la perfección, aquí nadie os va a exigir que estéis preparados al cien por cien.

Por supuesto, tenemos que ser un poco firmes, ¡porque si no, no te soltarás! Desprenderse, ¡yo diría que hoy es el problema más difícil al que nos enfrentamos! Porque cuando se oye la palabra «desprenderse», todo el mundo se estremece, todo el mundo emana miedo, todo el mundo se siente triste, todo el mundo se siente enfadado. ¿Cómo se puede resolver esto? No te imagines que vamos a hacer excepciones. No, no las haremos. Porque no hay manera. No hay manera de que lo que está aquí, en la Tercera Dimensión contigo, pueda ser llevado a la Quinta. No hay manera. Pero tendrás que aprender a soltar, poco a poco, gradualmente. Nadie va a ser tomado por sorpresa, porque esto genera revuelta, esto genera rabia y es este sentimiento que ustedes van a vibrar en la Quinta Dimensión… Así que, hermanos míos, ¡parad a pensar un momento! Nada será desesperante, abrumador o desafiante. Tendréis mucho tiempo para aprender, para acostumbraros, para que vuestros cuerpos se liberen de todo lo que coméis aquí y que no tendréis allí. ¡Compréndelo, hermanos míos! ¿Te das cuenta de lo complejo que es todo este proceso? No se trata simplemente de recoger de un punto y llevarte a otro. Si así fuera, ¡habría realmente una enorme nave nodriza, que iría cargada con todos los habitantes del planeta y aparecería en la Quinta Dimensión! ¡Qué maravilla! Pero, ¿y tus sentimientos? ¿Y qué has dejado atrás? ¿Se ha olvidado de todo el mundo? ¡Ah, ya veo! Vamos a lavarle el cerebro al mundo entero y todos lo olvidarán todo. ¡Así que todos llegarán a la Quinta Dimensión, atónitos, olvidados y nadie sentirá nada! ¡Qué maravilla! ¡Me gusta la solución! ¡Bueno, ten paciencia! ¡Nunca haríamos eso! Si hay que pasar por el cuerpo físico, ¡hay que pasar por todo! ¡Así que date cuenta de que nada es un chasquido de dedos! Todo tiene que hacerse gradualmente. 

Te quejas de que no pasa nada. Oh, ¡no tienes ni idea de lo que ya está ocurriendo! Estás viviendo la vida con normalidad, ¡y el proceso está en marcha! ¡Ya ha empezado y lleva mucho tiempo en marcha! ¡Y todo el mundo sigue viviendo su vida! Por supuesto, a medida que pasen los días, digamos que ocurrirán cosas nuevas. Hasta que llegue el momento de que ocurran las cosas más impactantes, entonces las cosas están que arden (no, en el sentido de la palabra), porque la reacción de la humanidad será bastante fuerte y tendremos que tomarnos tiempo para lidiar con ello. No se nos impondrá nada. ¿Alguna vez te he impuesto algo? Desde que empezamos hace siete años, ¿he impuesto algo? Os he mostrado el camino, ¡quien haya elegido seguirlo! ¡Pero no he impuesto nada! Y así es cómo continuará el proceso, ¡con cada uno tomando sus propias decisiones! Así que dejemos de imaginar, de soñar, de hablar de lo que pasará, ¡no lo sabéis! Todo depende de la reacción de la humanidad, de si el proceso se acelera o se ralentiza. ¡Pero ya ha comenzado! ¡Ya no dependemos de ti para empezar nada! ¡El proceso ya ha comenzado! Es más, ¡no hay quien lo pare y no hay marcha atrás! Como las reacciones se suceden, no se puede deshacer una reacción. Ya se ha producido, ¡y se ha producido! Así que estad siempre muy, muy preparados para seguir con vuestras vidas con normalidad, como hasta ahora, ¡nada más, nada más! ¡Exactamente como habéis estado llevando vuestras vidas! 

Comprended, hermanos míos, que el camino será difícil a veces, incluso puede ser doloroso, pero no será así todo el tiempo. Recordad al periodista: os entrevistará cuando lleguéis y tendréis que decir que todo ha ido bien. ¡Cada uno será lo que ha sembrado! Por eso les digo, hermanos míos: siembren alegría hoy, ¡porque cosecharán esa alegría en el futuro! Siembra miedo y tristeza, ¡y los cosecharás! Es vuestra elección, no la nuestra. Solamente os digo: construid vuestro camino con alegría, con amor, con flores, con amigos, con familia, con niños. Ah, ¡nada mejor que los niños para alegrarlo todo! Hazlo así y verás exactamente lo que cosecharás en el futuro. Te garantizo que los problemas, si llegan, serán tan fáciles de resolver que dirás: «¡Caramba, pensaba que iba a ser peor!». ¡Ya está! 

Así que cada uno elige cómo quiere afrontar todo este proceso. ¡Olvidaos del mundo exterior! Vivid vuestro camino, ¡eso es lo que importa!

Dejad que lo demás ocurra, ¡luego ya pensarás en ello! ¡Hazlo y no te arrepentirás! 

Traducción: Bernadete Maria Marafon

Revisión: Regiani M.Bugalho