Siéntate cómodamente.
Y respira, con calma. Profundamente.
Varias veces. Muy despacio.
Calma tus pensamientos, tu cuerpo.
Y ahora, imagínate sentado en la arena de una playa.
Mirando al horizonte.
Delante de ti, aguas azules y cristalinas.
Las olas acarician ligeramente tu cuerpo.
La brisa toca tu cuerpo.
No hay nada a tu alrededor salvo arena y agua.
No importa dónde estés.
Estás donde tu mente te lleva.
Así que crea este lugar, tan hermoso como puedas.
Ahora el viento parece agitarse.
Las olas empiezan a levantarse.
Y sientes el movimiento del aire en tu cuerpo.
Y se hace más grande. Aumenta. Aumenta.
Ya casi no puedes permanecer sentado.
Este fuerte viento representa todo lo que hay en tu vida y que te desequilibra, que te molesta, que te hace desviarte todo el tiempo.
Así que, ahora mismo, el viento se arremolina a tu alrededor.
Sopla en este viento todo lo que quieras apartar de tu camino.
Pero no involucres a otras personas, porque entonces estarás invadiendo su libre albedrío.
Di, mental o audiblemente, todo lo que quieres de tu vida, que se resuelva, que deje de ser una carga, que deje de ser un peso.
Sigue hablando. Piensa en ello.
Primero escríbelo, ¿vale?
Sigue diciéndole al viento todo lo que quieres.
Y da vueltas y vueltas y vueltas.
Y ahora se calma.
Ahora puedes abrir los ojos.
Y vuelves a mirar el mar.
Vuelve a estar en calma.
Y tú, tranquilo, sentado en la arena.
¿Cómo te sientes ahora? ¿Más ligero?
Tal vez no te sientas diferente.
Y puedes repetir esta meditación tantas veces como quieras.
Cada vez que tengas un problema, algo que te moleste pero que no implique a otras personas, puedes soltar todo el problema al viento.
Y será analizado por el universo.
Y si tiene que ser despejado de tu camino, lo será.
Si es una lección que aprender, permanecerá, pero tendrás la claridad para ver la solución.
Porque el viento se la lleva.
Y te será más fácil resolver ese problema.
Créeme, todo tiene solución.
Vuelve a mirar el mar.
Sigue en calma y es hermoso.
A pesar del viento que le llegó, a pesar del viento que agitó sus aguas.
Esto te dice que, con todas las tribulaciones, con todos los problemas, todo es temporal.
Pero siempre debes afrontar el problema de frente, con amor y determinación.
El Universo está ahí para ayudarte.
Todo lo que tienes que hacer es pedirlo.
En este momento, hay una brisa suave, no demasiado fuerte; muy suave.
Las aguas empiezan a agitarse un poco.
Pero sin demasiadas olas.
Esta brisa te trae prosperidad, alegría. Abundancia. Equilibrio, Amor.
Cierra los ojos.
Abre los brazos.
Y recibe todas estas bendiciones del universo a través de esta brisa.
Agradece estos momentos.
Vuelve a cerrar los ojos.
Respira profundamente.
Si quieres permanecer en este lugar, quédate todo el tiempo que quieras.
Si no, vuelve lentamente a tu conciencia y abre los ojos.
Traducción: Ana Maria Souza
Revisión: Regiani M. Bugalho